La actitud positiva en el liderazgo

La actitud positiva en el liderazgo

Un cambio de perspectiva para un efecto multiplicador

En mi experiencia como coach ejecutiva, acompañando a líderes de diversas organizaciones en Uruguay y la región, una de las herramientas más reveladoras dentro de estos procesos son las autoevaluaciones. A través de ellas, los líderes pueden reflexionar sobre diferentes áreas cruciales para su desarrollo y, es allí donde surge un patrón recurrente: habilidades como la planificación, negociación, resolución de conflictos o la administración del tiempo suelen ser las más consideradas por éstos. Sin embargo, competencias como la autoconfianza, la comunicación y la empatía, si bien importantes, reciben menor atención y, casi nunca se incluyen habilidades como la resiliencia o la actitud positiva.

Es curioso cómo, aunque las habilidades de gestión son esenciales para liderar eficazmente, en lo cotidiano, suele existir una tendencia a centrarse solo en ellas, olvidando que el liderazgo implica también la gestión emocional y motivacional del equipo. Las habilidades de liderazgo interpersonal, que son tan necesarias en el entorno laboral de hoy, muchas veces quedan relegadas en la práctica diaria.

Cuando propongo trabajar en la autoevaluación de la actitud positiva, definida como una forma saludable y motivadora de enfrentar la vida, las y los líderes con los cuales he tenido el gusto de acompañarlos en estos procesos de desarrollo (diferentes culturas, generaciones, contexto) suelen calificarse a sí mismos con un puntaje relativamente bajo. Profundizando en esto, es común escuchar que pasan gran parte del día resolviendo problemas, cumpliendo con una agenda abrumadora de reuniones y compromisos, sin tiempo para "distracciones", el foco lo tienen puesto en la resolución de problemas y a menudo sin prestar atención al costo emocional que esto conlleva.

El liderazgo moderno exige mucho: desde la responsabilidad por el desempeño de sus equipos, hasta la generación de una cultura de compromiso y el desarrollo personal de sus colaboradores. Es tanto lo que se les pide, que con frecuencia se olvidan de cómo su propia actitud impacta en ellos y en los demás. Están tan inmersos en "hacer", que no se dan el espacio para "ser". En este contexto, la actitud positiva se convierte en un recurso clave, muchas veces ignorado, que puede marcar la diferencia tanto en el rendimiento como en el bienestar personal y colectivo.

El liderazgo coherente empieza por el autoliderazgo, por la capacidad de conocer y gestionar nuestras propias emociones y actitudes. Implica tomar conciencia de nosotros mismos,  si me autoevalúo, me conozco, si me conozco, me puedo gestionar.

El punto palanca

En mi práctica, he visto cómo las personas que trabajan en mejorar su actitud positiva, impactan a su vez en mejoras de otras áreas como por ejemplo la comunicación, los vínculos interpersonales, la resolución de conflictos o el manejo del estrés. Tornándose la actitud positiva en el punto de apalancamiento para crecer y desarrollar otras habilidades. Trabajar con emociones positivas potencia el rendimiento y el bienestar de líderes en entornos diversos y complejos. Estas emociones, como ha señalado la psicóloga Barbara Fredrickson con su teoría de "ampliar y construir", permiten a los líderes ver más posibilidades, desarrollar nuevas habilidades, y fortalecer la resiliencia y las relaciones interpersonales. Además, Fredrickson introduce el concepto de “La espiral ascendente de las emociones positivas” . Las emociones positivas, crean un efecto acumulativo, por ejemplo, en el liderazgo, si los lideres cultivan una actitud de gratitud y optimismo, estos comportamientos generan a su vez respuestas más positivas de los colaboradores, creando un espiral ascendente que impacta positivamente en la cultura organizacional.

¿Cómo desarrollar una actitud positiva?

Practicar la gratitud: La gratitud tiene el poder de cambiar nuestra perspectiva, ayudándonos a enfocarnos en lo positivo. Nos permite evitar quedarnos anclados en lo que salió mal, en lo que no pudimos hacer o en lo que no resultó como esperábamos.

Fomentar el autoconocimiento y el autocuidado: La meditación, la reflexión y la retroalimentación son herramientas poderosas para identificar nuestros pensamientos y emociones. Al conocernos mejor, podemos gestionar nuestras actitudes y respuestas ante los desafíos diarios.

Reformular desafíos como oportunidades: Recuerdo cuando una cliente compartió lo difícil que había sido liderar un área nueva en la empresa, mientras cubrían esa vacante. Se enfocaba en lo agotador que había sido enfrentarse a un equipo nuevo, que al principio no respondía como esperaba y, en las altas expectativas que no se estaban cumpliendo. Le pedí que identificara cinco aspectos positivos de esta experiencia. Al final, encontró más de cinco entre las que mencionó el darse cuenta de su fortaleza personal, de su capacidad de diálogo y de su habilidad para influir positivamente en el equipo. Una concusión sin dudas mucho más gratificante y positiva.

Rodearte de personas con energía positiva: Es vital interactuar con personas que nos aporten energía y motivación. Como dice Marian Rojas, busca rodearte de “personas vitamina” y, en lo posible, evita aquellas que generen toxicidad.

Fomentar un ambiente de trabajo positivo: Celebra los logros, fomenta la colaboración, demuestra empatía, crea espacios para la creatividad y, sobre todo, ¡sonríe más! Estos pequeños gestos pueden generar grandes cambios en la dinámica del equipo.

Como vemos, la actitud positiva, no es solo una herramienta, es una elección diaria que construye los cimientos de un liderazgo transformador.

¿Estamos dispuestos a cultivarla?


Valeria Pedemonte

Lic. en Gerencia y Adm. de Empresas

4 meses

Cuantas verdades! Liderar ya no está en estrategias de libros, sino en aquellas personas dispuestas a aprender a sanar, estar bien consigo mío y reflejarlo en los demas. Felicitaciones! Gran artículo!!

Pablo Martín Palomé

Gerente Negocios B2B en Telefónica | Senior Executive Corporate Account Manager

4 meses

¡Bien dicho!

Johanna Diaz Noble

Cooperación, Sostenibilidad y Gestión de Proyectos.

4 meses

🌟

María José Naya

Head of Comms @ PayRetailers | Creating bridges between brands and people | Branding | PR

4 meses

¡Qué buen artículo Estela Gutiérrez! Gracias por desafiarnos a encontrar y trabajar nuestra actitud positiva en el entorno laboral y en cargos de liderazgo. Una práctica diaria que implica un trabajo interno profundo. ¡A por ello! 😊

Claudia Rodriguez Verde

CEO at RARASCRO - delivering a new concept in clinical research

4 meses

El gran desafío es aplicar el positivismo a uno mismo y no tener la vara demasiado alta y auto flagelarse porque objetivos muy ambiciosos no se alcanzan. A veces un poco de conformismo es positivo. Gracias por generar reflexión Estela Gutiérrez

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