LA ADAPTACION AL CAMBIO NO ES OPCIONAL.
Cuando leí el libro de Spencer Jhonson, “Quien movió mi queso”, a finales de la década de los noventa, descubrí las ventajas que tiene todo aquel que se puede anticipar o percatarse de cambios futuros y de los que nos llegan sin previo aviso.
Actualmente la capacidad de adaptación al cambio no es opcional. Es un proceso diario y permanente en todos los ámbitos del diario vivir. Las empresas requieren un conjunto de competencias en sus directivos, gerentes y empleados como es el trabajo en equipo, la creatividad, empatía, auto desarrollo, liderazgo, impacto e influencia, resolución de conflictos, comunicación efectiva y otras que permitirán una eficiente dirección estratégica a quienes gestionan la totalidad del negocio para hacer frente a la dinámica del cambio.
En sectores como la tecnología, donde suponemos que todas las empresas surgen con un carácter visionario e innovador, y que por el grado de competitividad del sector, los líderes se mantendrán al tanto de las novedades, grandes negocios de la primera década de este milenio hoy viven solo en el recuerdo de algunos consumidores. Tal es el caso de Nokia y Blackberry, empresas que fueron líderes en el segmento de comunicación móvil y que han sido desplazadas por no haber cambiado al ritmo de sus competidores. Estas empresas apostaron en contra del cambio de la predilección por parte de los consumidores a la tecnología táctil en las pantallas de los celulares, así como de la popularización de las aplicaciones de mensajería instantánea.
Desde hace años las empresas vienen desarrollando plataformas que permitan a sus clientes acceder a sus servicios en forma remota. Un ejemplo evidente de esto se ha llevado a cabo en las entidades bancarias, donde se ofrece al cliente información en tiempo real, nuestros balances se actualizan de forma instantánea y donde ya no requerimos visitar sus localidades con frecuencia. Los pagos se realizan de forma electrónica y esto nos ha liberado de la necesidad del dinero efectivo a mano. Esto nos hace impensable aperturar un servicio financiero en alguna entidad que no disponga de estas facilidades.
Otro caso en donde estuvo ausente el liderazgo visionario, es el gigante de ventas de calzados al detalle, Tiendas Payless, empresa cuyo nacimiento implica la innovación en el autoservicio para poder brindar a sus clientes mejores precios y a la vez, mayores ganancias a los inversionistas. El simple hecho de menospreciar los intereses de sus clientes y no ofertar sus productos online les ha llevado a problemas financieros y al cierre de tiendas a nivel global.
Con las restricciones de movilidad que amerita el desarrollo de la pandemia que estamos viviendo actualmente, podemos ver como han colapsado los servicios online que ofertan los supermercados en República Dominicana. Aunque solo dos empresas líderes de este sector detallista de alimentos han empleado recursos desde hace algunos años, este servicio no se percibía como algo imprescindible hasta que la demanda de los clientes ha sobrepasado la capacidad instalada por ambas. Esta es una señal que no pueden ignorar las empresas que ofertan productos al detalle.
Esta pandemia COVID-19 nos ha obligado al distanciamiento social de forma repentina y no gradual, sin embargo, aún podemos ver personas que se resisten al cambio. Se resisten en todos los sentidos, en el uso de mascarillas, en evitar tocarse ojos, nariz y boca para evitar contagios, en evitar reuniones, encuentros sociales, etc. Estos ciudadanos no están conscientes del riesgo que significa para nuestro débil sistema sanitario la presencia simultánea de una cantidad de pacientes que produzca el colapso del esquema de salud pública.
Si eres el líder de una empresa, líder de otros líderes o líder de quienes se autogestionan es importante tomar en cuenta que adaptarse al cambio ya no es opcional. De la adaptación al cambio depende no solo el crecimiento de los negocios sino la supervivencia de los mismos.