LA ANTESALA DE LA LEY DE SEGURIDAD INTERNA.

La "militarización" del país, así como la criminalización de las protestas sociales, entre otros, son algunos temas que han causado preocupación también en opositores y organizaciones no gubernamentales, hay quienes están a favor, y defienden la necesidad de este marco regulatorio. Pero... ¿porque en los últimos días a la sociedad en México le preocupa el tema de la militarización en las calles?, ¿qué significa que nuestro ejército, este ahora cuidando los espacios públicos, realizando tareas de investigación, con autonomía jurídica que les permita poner a disposición a todo aquello que cometa una infracción o un delito grave.?

La Ley de Seguridad Interior aprobada el jueves pasado en la Cámara de Diputados, es una legislación en la que se define y detalla la actuación de las Fuerzas Armadas en tareas de seguridad y señala en que situaciones los militares a partir de ahora podrán actuar. Aunque parezca algo nuevo, esta iniciativa de Ley estuvo prácticamente congelada durante 11 años, cuando el Presidente en turno Felipe Calderón sacó al Ejército de sus cuarteles, para combatir directamente al crimen organizado, en ese momento, no existía un marco jurídico, ni normativo que sustentara las tareas del ejército nacional.

Suena bonito, que a partir de ahora los mexicanos seamos cuidados y resguardados, por nuestro Ejército, pero no hay que olvidar, que introducirse en un mundo del crimen organizado, de la delincuencia activa, de los actos de violencia tan impunes y agresivos que existen en nuestro País, de las altas cuotas de poder, de la cobertura de los intocables, injustificada por cierto, de muchos, nuestros militares estarían inmersos en un mundo en donde la corrupción, corrompe a todos. Y quizá la única institución en la que confiamos los mexicanos se volverá vulnerable ante actos que vayan en contra de la justicia que tanto esperamos y demandamos.

Para la mayoría de los mexicanos, sin excavar, ni investigar sobre la Ley de seguridad Interna, aprueban la llegada del ejército a las calles, seguramente no se han detenido en el hecho de pensar, que a partir de que se apruebe en su totalidad, la Ley de Seguridad Interna, aquellos acostumbrados a protestar por hechos que consideran injustos en las luchas o causas que encabezan, será el mismísimo Ejército Nacional, quien intervenga y desaloje manifestaciones sociales y políticas que pudieran interferir en la paz y tranquilidad del País.

No es que esté en contra o a favor de esta Ley de Seguridad Interna Nacional, simplemente creo que se necesitara tiempo, para analizar cada recoveco que emane de esta Ley. Son pocos los Países en los que se decide que sus ejércitos intervengan en la seguridad nacional interna, sobre todo, aquellos países cuestionados por sus procesos democráticos. En México, existen acontecimientos históricos en los que se confirman actos abusivos cometidos por parte del ejército hacia la ciudadanía, lo que pone en riesgo también la oportunidad de defensa de los civiles, al estar reglamentado el comportamiento de los militares para ser sancionados en las calles.

No debemos perder de vista, que la función principal de un ejército es salvaguardar la integridad de un País en caso de que alguna nación más, afecte sus derechos libertarios.

Nos costó mucho trabajo, recuperar después del 68 la credibilidad en nuestro Ejército, hoy después de muchos años, de grandes hazañas militares, que quedaron en la mente y el corazón de muchos mexicanos, por desastres naturales en los que vimos la voluntad, la fuerza pero sobre todo el corazón, recuperamos la confianza y la fe, en nuestra máxima institución de seguridad Nacional. No digo y afirmo que este mal o bien, que el Ejército vuelva a las calles, sòlo afirmo que la Ley es mucho más profunda, si no queremos repetir nuestro pasado histórico, repleto de injusticias, sangre y muertes innecesarias, será oportuno, revisar con detalle cada párrafo, cada letra, que garantice, la oportuna y debida actuación del Ejército Nacional.