La brújula rota

Uno de los recuerdos que todavía conservo de mi padre es una brújula rota. Le tengo especial cariño, por encima de otras pocas cosas materiales que heredé de él, como algunos sextantes y mapas ajados con rutas aéreas de nuestro país.

Me imaginaba las veces en que aquel rudimentario instrumento le habría servido en sus vuelos de rutina, iniciando el recorrido posterior a un despegue, rectificando el curso luego de una tormenta o simplemente marcando el rumbo de un regreso esperado.

Todavía lo recuerdo enseñándonos orgulloso a mi hermano y a mí cómo usarla, y aún siento la fascinación que me provocó ver como esa flecha recorría girando casi con vida propia los puntos cardinales y siempre encontraba el norte.

Nunca más la ví hasta luego de su muerte, y allí fue cuando noté que la aguja, personaje principal en ese pequeño teatro circular, yacía inerte en el fondo, atravesada de mala manera sobre la ya amarillenta rosa de los vientos. Muchos años después, y con la perspectiva distinta que dá la vida transcurrida, este hecho cobró para mi un simbolismo distinto, y hasta me sorprendí de no haberlo notado antes:

'Alguien perdió el rumbo y pide que no lo sigas'.

'Alguien se perdió en su camino hacia algún lado'.

'Alguien quedó navegando a ciegas en una tierra menos firme aún que el cielo mismo'.

En vano traté de arreglarla durante muchos años. Intenté sacar el vidrio superior que también servía de tapa, aún a riesgo de romperlo. También probé agitándola repetidas veces, y hasta la invertí para forzar que la aguja magnética oscilante se posara nuevamente en la punta afilada que le servía de apoyo, pero no... aquélla parecía conforme con no regresar a su pasada vida de indicadora de rumbos...

Aún la conservo, y aunque a veces parece que nos perdemos, el día menos esperado reaparece adentro de una caja metálica, o en un necessaire lleno de objetos sin clasificar.

Tomé la decisión de no intentar repararla más porque hoy me resulta más reveladora la re-significación de su estado actual, desde donde me sugiere que cada uno debe procurarse su propio norte. De que tenemos la capacidad de desarrollar nuestros propios artilugios para orientarnos. Que no debemos confiar en el recorrido de nadie, sino forjar nuestro propio viaje en base a instinto, espíritu y superación.

Y que por cada camino a seguir, hay mil nuevos que esperan aún ser descubiertos.

#rumbos #brujulas #norte #caminos #superación.