LA CADENA FATÍDICA

Vaya por delante que no es momento de que los políticos se dediquen al navajeo habitual, eso ha de quedar necesariamente para el momento en que se supere la crisis de COVID-19. Sin embargo, no podemos olvidar nada de lo que ha sucedido, ni tampoco de lo que sucederá, que se anuncia peor. Los ciudadanos podemos/debemos recordar y denunciar para que los políticos no olviden, para que llegado el momento se exijan responsabilidades, para que a la hora de depositar el voto se reflejen las consecuencias de la situación.

Y esta situación se debe en primera instancia a la aparición de un virus desconocido, una crisis sanitaria imprevista, pero previsible con sólo mirar lo que ha sucedido antes en China e Italia de un lado, para evitar el mal, en Corea del Sur y en Taiwan de otro, para imitar el éxito.

A pesar de todo, en España se ha producido una ominosa cadena fatídica, que debemos recordar para siempre:

Primer eslabón: Imputable a la sucesión de gobiernos que poco a poco ha vaciado el Ministerio de Sanidad de competencias y contenidos, salvo para marcar posiciones ideológicas. Así, se trata de un ministerio vacío salvo para “marcar paquete” en ideología. Por ejemplo no existe una central de compras sanitaria nacional dependiente del ministerio.

Segundo eslabón: Dos meses atrás el presidente Sánchez forma gobierno. Como ministro de Sanidad designa a Salvador Illa: un Licenciado en Filosofía sin experiencia alguna de trabajo en empresa, lego en materia sanitaria -es su primer destino en el sector- y de quien no consta que jamás haya tenido que organizar profesional ni políticamente nada más complicado que una concejalía de pueblo y un cargo cuasiornamental en el Departamento de Justicia de la Generalitat. En resumen: un político florero, colocado por razones ideológicas en un destino supuestamente inocuo, por su carencia de competencias reales, para contentar al PSC y reflejar la importancia en el gobierno del señor Iceta.

Tercer eslabón: También en la misma tesitura, la entrada en el gobierno de un político meramente mitinero, un absoluto inexperto en todo cuya única “virtud” estriba en la capacidad de pronunciar muchas palabras en muy poco tiempo, en escupir sobre los demás, en prometer lo que no cumple. Fíjense en como el Sr. Iglesias pretendía presentar a su partido, ahora que es ministro junto a su pareja, la supresión del límite en el ejercicio de los cargos y del límite de ingresos por persona junto a la obligación de donar el exceso al partido.

Cuarto eslabón: Durante dos meses, el gobierno se ha dedicado sólo a organizar demagógicamente las manifestaciones del 8 de marzo. Se trata de capitalizar, casi exigir, la exclusividad del voto femenino como medio para mantenerse en el poder.

Quinto eslabón: Cuando la crisis se expande por China e Italia, los cargos “competentes” se miran el ombligo y en total autocomplacencia nos dicen que aquí no hay riesgo, que el peligro está muy lejos. Esta posición habría sido lógica en el siglo XIX, en que la expansión mundial de un virus se demoraba durante años, extinguiéndose el peligro casi por sí solo. Sin embargo, las experiencias del SARS procedente de China o del MERS brotado en Arabia indicaban todo lo contrario. Hoy un virus se expande a todo el planeta en escasamente una semana.

Sexto eslabón: en la primera semana de marzo el virus se extiende por España, afecta primero a Valencia, Vitoria y Madrid, pero da muestras de una actividad poco común. La Comunidad de Madrid lanza su alerta el día 5 y pide al gobierno dotaciones sanitarias y la supresión de las manifestaciones del día 8. El gobierno insiste en que no pasa nada, no hace caso y tanto el encargado de la vigilancia de la situación, el Dr. Simón, como la vicepresidenta, Sra. Calvo, animan a participar en la manifestación, esta última llega a decir que “nos va la vida en ello”, irónicamente: no sabía cuánta razón tenía…

Séptimo eslabón: Se celebran las manifestaciones del 8 de marzo. En su cabecera sosteniendo la pancarta están Irene Montero, Begoña Gómez y Carolina Darias. El martes 10 las tres dan positivo por COVID-19. Aunque Montero y Darias lo hacen público de inmediato, el positivo de Gómez se oculta hasta la noche del día 14, en un ejercicio de ocultación de lo que no interesa clásico en este gobierno que sólo se ocupa de su imagen.

Octavo eslabón: El jueves aparece el gobierno anunciando que se anunciará que el sábado se tomarán medidas….

Noveno eslabón: Un vicepresidente declarado en cuarentena asiste al Consejo de Ministros del día 14, presidido a su vez por un presidente que tenía que estar en cuarentena por el positivo de su mujer, pero no lo está porque este hecho se ha ocultado. Los dos se enzarzan en una triste y demagógica pelea, en la que compiten las pulsiones incautatorias de los dos gallos del gallinero. Nunca debió suceder, ambos estaban inhabilitados por las propias normas que allí se proponen y aprueban.

Décimo eslabón: Las medidas en sí, al ser tomadas por aficionados y legos en la materia acaban por agravar el problema y no solucionarlo. Por ejemplo, la pulsión incautatoria determina que se intervengan las mascarillas, geles desinfectantes, étc. La causa es evitar la especulación y el objetivo es que el ministerio reparta lo intervenido. Pero la letra es equivocada, la letra del decreto no distingue, no excepciona el material adquirido o encargado por las consejerías de sanidad de las autonomías.

Undécimo eslabón: La letra legal se aplica “al pie de la letra”. Se presume de inmediato de la incautación de 150.000 mascarillas en Alcalá la Real, pero su destino era la Consejería de Salud de Andalucía, era material preventivo, no especulativo. Se presume igual de la incautación de otra partida de 500.000 mascarillas, cuyo destino era la Consejería competente de la Comunidad de Madrid. El único éxito real es la paralización de una presunta subasta por internet de 1.200 mascarillas.

Duodécimo eslabón: Al no haber central de compras nacional, no existen mecanismos de distribución del material incautado, este simplemente se bloquea, con lo que se impide que llegue a manos de quien lo necesita. Los proveedores extranjeros no envían el material encargado por las comunidades, ya que al intervenirse en aduanas y no llegar al destinatario las consejerías no las pagarán, con toda la razón legal pues no están en su posesión; la incautación afecta al proveedor, que todavía las posee, no al destinatario: nadie envía un producto si sabe que no va a cobrar. El ministerio no tiene central de compras, no puede comprar y por tanto no proveerá de material….

Decimotercer eslabón: El vicepresidente se salta el confinamiento por segunda vez y da un mitin de autobombo desde Moncloa, él y sólo él mantiene en el gobierno la defensa de los intereses del pueblo….

Los sanitarios de Madrid se fabrican trajes y mascarillas con bolsas de basura

Esta es la situación a 19 de marzo. Recen lo que sepan, y si sobreviven no olviden

Daniel Prades.

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