LA CALIDAD y UTILIDAD DE LA FORMACIÓN PROFESIONAL PARA EL EMPLEO EN UN HIPERPRECARIZADO MERCADO LABORAL

LA CALIDAD y UTILIDAD DE LA FORMACIÓN PROFESIONAL PARA EL EMPLEO EN UN HIPERPRECARIZADO MERCADO LABORAL

Estamos expectantes ante esa “nueva normalidad” cargada de incertidumbres en el ámbito social y económico, cuando aún no hemos superado apenas unos pocos escalones de la crisis sanitaria producida por covid-19, siendo constante el hostigamiento con cifras sobre el complicado panorama económico que repercutirá a corto y medio plazo en nuestro ya maltrecho mercado de trabajo,  y no es mi deseo reiterar aquí de nuevo esos abrumadores datos que puedan ahondar más aún en el pesimismo.

En cambio, creo que es necesario pararse a reflexionar sobre el futuro papel que tendrá la formación profesional para el empleo en este gris escenario y su utilidad como principal política activa de empleo. Aquí anoto algunas:

  • La formación a lo largo de la vida”, se acuerdan, era la década de los 90 del siglo pasado, una política promocionada desde la Unión Europea y también por el administraciones públicas españolas que no logró convencer de sus bien intencionadas virtudes para la mejora de la empleabilidad en nuestro mercado de trabajo.
  • La formación online y el blend learnigha sido una buena herramienta metodológica que ha facilitado la supervivencia (menores costes de personal, eninstalaciones, materiales, etc.) a los operadores privados de la formación después del derrumbe del sistema, a partir del año 2013 en plena crisis económica. La brecha dital ha sido y seguirá siendo un problema para el acceso generalizado a este modelo de enseñanza.
  • El actual “estado de alarma” es el reclamo perfecto, no estés en casa sin aprovechar el tiempo formándote, te lo damos gratis, si no después te arrepentiras, y a posteriori ¿Qué ocurrirá?, ¿será nuestro tejido empresarial más flexible para facilitar la formación continua de sus trabajadores y trabajadoras? ¿servirá la formación para la promoción interna y su desarrollo personal?
  • El descubrimiento del teletrabajo, que ahora se presenta como una nueva realidad, obligada, no surgida por iniciativa conveniada entre el empresariado y las personas trabajadoras para mejorar la calidad en el empleo con la conciliación entre la vida laboral y personal, y la salud y el bienestar. Habrá que hablar también de la adquisión de nuevas competencias profesionales y un uso razonable de los dispositivos digitales, el derecho a la desconexión digital y una mayor regulación.
  • La aparición de la “clase trabajadora, distinta a la clase media, que está posibilitando las sostenibilidad del país” como afirma Vicenç Navarro. Personas trabajadoras pobres (España es el tercer país de la Unión Europea con trabajadores que ingresa menos de 8.400 euros anuales) con contratos temporales o a tiempo parcial y muchas dificultades para acceder a una formación continua de calidad y utilidad.

EL “distanciamiento social” no puede conertirse en una norma dentro de la Formación Profesional para el Empleo, tiene que volver la formación presencial. La interacción social garantiza mucho más la calidad y utilidad en el del proceso de enseñanza-aprendizaje. 


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