La comunicación en el Equipo de Trabajo
“La comunicación funciona para aquellos que la trabajan”. John Powel
La comunicación es la piedra angular de un equipo de trabajo.
El diálogo, la discusión y el intercambio de ideas, facilitan el consenso y la definición de objetivos.
En una conversación, no solo importa lo que se dice, sino también cómo se dice y desde qué espacio emocional se dice.
Cuando en un equipo de trabajo existe la comunicación abierta y asertiva, se genera un espacio en el que sus integrantes pueden establecer acuerdos e identificar errores, lo cual brinda oportunidades de aprendizaje. Facilita, además, que fluyan las ideas y se optimicen los procesos.
Es en ese ambiente de franca y efectiva comunicación, donde las personas pueden unir sus conocimientos, capacidades y valores para el beneficio común. Es decir que juntas generan nuevos conocimientos, aprenden a partir de sus errores y descubren sus fortalezas.
En un equipo de trabajo donde existen mecanismos de comunicación adecuados, se estimula la sinergia a lo interno, se fortalecen los vínculos de cooperación entre sus miembros y mejoran los procesos creativos.
Para comunicarse de forma efectiva, no solo es necesario saber hablar, sino también escuchar. De esa manera es posible conocer los sentimientos y expectativas de los demás, así como su realidad y los argumentos que plantea.
La escucha activa, va de la mano de la empatía, a través de la cual es posible generar un entorno de confianza y seguridad en el equipo y la actitud adecuada para llegar a acuerdos y resolver conflictos.
Podemos hablar entonces de la escucha empática, por la cual se recibe el mensaje del interlocutor sin prejuicios, y se le comprende desde su propio marco de referencia, tanto intelectual como emocional.
La escucha empática implica acceder al mundo de la otra persona, lo cual no quiere decir pensar o sentir como ella, sino respetar sus argumentos y emociones e interesarse por sus puntos de vista.
Si existe alguna duda acerca de lo que la otra persona expresa, se hace necesario hacer preguntas que nos aproximen aún más a la realidad del otro, a sus puntos de vista y a su visión del mundo.
Las preguntas bien formuladas, invitan a observar los detalles, profundizar en el análisis de las situaciones o problemas desde diversas perspectivas y desarrollar formas novedosas de resolverlos.
Además de promover el diálogo y el debate de ideas, el planteamiento de preguntas permite explorar opciones de planeación, ejecución y formas alternativas de alcanzar los objetivos establecidos en el equipo.
Es necesario que las preguntas sean claras y sin segundas intenciones, por lo tanto, es necesario formularlas sin la pretensión de aconsejar, corregir o tratar de convencer.
Al ser escuchados, los miembros del equipo sienten que sus opiniones son valoradas y tomadas en cuenta.
Una comunicación efectiva a lo interno de los diferentes equipos de trabajo, facilita la implementación de los cambios que fuesen necesarios para la organización, haciéndola más competitiva.
También constituye un elemento integrador y motivador a la vez que fomenta el compromiso, responsabilidad y sentido de pertenencia de sus miembros.
Ayerim Riera
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