La comunicación política... o el arte de la manipulación de la percepción

La comunicación política... o el arte de la manipulación de la percepción

El fenómeno de la comunicación en la política es apasionante. A primera impresiíon, a mucha gente le parece incomprensible la popularidad de cirtos políticos, a pesar de que sus resultados hayan sido malos... o pésimos; pero también ocurre al revés: hay ciertos políticos que han dado buenos resultados; pero su imagen pública es muy mala. ¿Qué diferencia los unos de los otros? ¿Cómo comunicar efectivamente en política? ¿Cómo tener seguidores? He aquí las claves:

1. Comunica a sus seguidores una meta. Pero ojo, esa meta tiene que ser simple, que todo mundo entienda; pero también lo suficientemente vaga para jugar con ella: "Acabar con la corrupción", "Make America great again", "Por el bien de todos, primero los pobres"... 

Tenga en cuenta que la masa seguirá a quien ellos perciban con una meta atractiva, que les reportará bienestar de algún tipo y que sea capaz de realizar esa meta.

Tenga cuidado de hacer ver a la gente que su meta es buena. La masa es muy simple. Clasifica las cosas como buenas o malas. Si se convence a un grupo que algo es malo, lo rechazará; aun cuando no entienda el concepto en sí; por lo tanto, es importante que convenza a la gente que su meta es buena; pocos entenderán la meta realmente; pero si están convencidos de que es buena, lo seguirán.

2, Tienen un enemigo a vencer. Sus seguidores necesitan creer que forman parte de un club exclusivo unido por un objetivo común. Luego necesita encontrar ese enemigo que intenta dañarlos, una fuerza que quiere frenarlos. Después de eso, cualquier ataque del exterior será identificado como esa fuerza maligna.

Ese enemigo inflama la imaginación y el sentimiento de pertenencia de los seguidores; puede ser la competencia directa, o puede ser algo vago... "el imperialismo americano", "la mafia del poder", "the bad hombres", "la plutocracia", "los iluminati"...

3. Se deben a sus seguidores. El mensaje debe ser, no en función del político, sino de sus seguidores. La frase "Ya no me pertenezco, le pertenezco al pueblo" se ha repetido con todas sus variantes durante décadas. La gente debe sentir que el político se sacrifica por ellos.

4. Su mensaje es simple. Los asesores políticos dicen que el mensaje debe ser lo suficientemente simple para que lo entienda un niño de sexto de primaria. Algo más complejo que eso lo alejara de las masas. Seha visto en ocasiones que hay políticos con buenas ideas, que explican no sólo el qué, sino los cómo; pero que su discurso se pierde en el aire, porque poca gente lo entendió... las elecciones se ganan con votos y si la mayoría no entiende el mensaje, es como si no se hubiera dado.

5, Su imagen es accesible. ¿Se ha fijado que los políticos no usan traje cruzado? ¿o traje de tres piezas? Todos usan traje recto, de dos piezas, porque comunica más accesibilidad. Claro, puede ser que ese traje cueste más que un año de salario de sus seguidores; pero sigue reflejando más accesibilidad que las otras opciones. Muchos incluso usan relojes baratos; aunque hay sus excepciones. Todo es una simulación; pero es simulación efectiva.

6. Es carismático. El carisma es la seducción de las masas. El carismático mantiene en el misterio la fuente de sus cualidades. El rostro del carismático suele estar animado, lleno de energía, deseo, alerta… la gente sigue a estas personas porque les gusta ser guiados, en particular por personas que ofrecen aventura o prosperidad. La gente se enamora de su causa.

7. Teatralidad. Los líderes tienen una presencia fuerte. Los actores saben cómo pararse en un escenario y llamar la atención. No es el actor que más grita y gesticula el que llama más la atención, sino el que guarda la calma, irradiando seguridad en sí mismo. El efecto se arruina si se hace demasiado esfuerzo. La extravagancia no tiene nada que ver con el carisma… atrae la atención; pero también las críticas y la burla.

 8. Es más visual y sensual y menos intelectual. Cuando la gente empieza a seguirlo hay dos cosas que tienen que evitar que sucedan: el aburrimiento y el escepticismo.

La mejor forma de hacerlo es a través de ciertos recursos un poco teatrales. Rodéese de lujos. Deslumbre a sus seguidores con esplendores visuales y lléneles los sentidos con espectáculos deslumbrantes. Esto llamará la atención y atraerá más seguidores.

Muchos charlatanes usan lo exótico (culturas lejanas, costumbres foráneas) para crear efectos teatrales y hacer que lo más banal y ordinario parezca señal de algo extraordinario. Esto le impide a los seguidores ver lo absurdas de sus ideas y lo hueco de sus sistemas de creencias.

Suena manipulador, ¿verdad? Lo es. Pero los políticos saben que, para el ser humano, la percepción es más importante que la realidad, por lo que se convierten en manipuladores de percepción.

Ahora bien, estas técnicas de comunicacioón funcionan no sólo en el ámbito político; aunque la ética nos pide que el discurso no sólo esté lleno de demagogia, sino que se busque en realidad el bien de los seguidoresy las ideas que se compartan sean verdaderas. Desgraciadamente, para un político parece que es pedir demasiado.

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