LA CUMBRE DE INVEMAR
Amylkar D. Acosta M1
¡O nos salvamos todos o nos hundimos todos!
La Región administrativa y de planificación (RAP) del Caribe convocó a un importante núcleo de avezados expertos y conocedores de la problemática del medioambiente, puesto a prueba por los retos, cada vez mayores que plantea el Cambio climático. Se trataba de ahondar en la formulación del Plan estratégico regional (PER) del Caribe, de enriquecerlo, contando con esta masa crítica de conocimiento, experiencia y experticia. Las instalaciones del Instituto de investigaciones marinas y costeras (INVEMAR) sirvieron de escenarios para esta cita con el futuro de la región Caribe.
Como es bien sabido el Grupo intergubernamental sobre cambio climático (IPCC), creado en 1988 por las naciones unidas, concluyó que el calentamiento se debe, con un 90% de certeza, a la actividad humana, en especial por el uso masivo de energía basada en combustibles fósiles. Estas son las características del Cambio climático: no es cíclico, no es periódico, no es estacional. Es recurrente. Por eso prefiero hablar del desorden o de la variabilidad climática. Los fenómenos extremos a que da lugar, el fenómeno de El Niño y de La Niña son cada vez más frecuentes, más intensos y más duraderos. Acabamos de salir de una Niña que duró, por primera vez en lo que va corrido de este siglo, tres años. Según el observatorio europeo copernicus, la temperatura promedio del verano de 2023 ha sido la más alta para el planeta desde que se llevan registros. Los cambios son cada vez más disruptivos.
Ello llevó a afirmar al Secretario general de las Naciones Unidas Antonio Guterres que “el colapso climático ha comenzado”. Y más recientemente afirmó: “la era del calentamiento global ha terminado, ha llegado la era de la ebullición global. los líderes deben liderar. Se acabaron las vacilaciones. se acabaron las excusas, se acabó esperar a que otros actúen primero. Sencillamente, ya no queda tiempo para eso. Todavía es posible limitar el aumento de la temperatura mundial a 1.5 grados centígrados y evitar lo peor del cambio climático. Pero sólo con una acción climática drástica e inmediata”. Como dijera el gran escritor Jorge Zalamea, no hay tiempo que perder hay vidas por ganar!
1 Director de la Región administrativa y de planificación (RAP) del Caribe.
Estas expresiones no tienen nada de catastrofista ni de apocalíptico. Estamos ante esta dura realidad. Se suele decir que un pesimista suele ser un optimista mejor informado: el caso de la Sierra Nevada de Santa Marta, a la que le quedan, según el IDEAM, sólo 17 años para su total desglaciación, es dramático, como lo es también el avance incontenible de la erosión costera, como pruebas irrefutables de los estragos del Cambio climático.
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William George Ward acuñó esta certera frase: “el pesimista se queja del viento, el optimista espera que el viento cambie de dirección y el realista ajusta las velas”. Por su parte Charles Darwin, que tenía por qué saberlo, nos enseñó que “los sobrevivientes no serán ni los más inteligentes ni los más capaces, si no aquellos que sean capaces de adaptarse mejor al cambio”. De allí la importancia de las acciones de adaptación, la mitigación y la resiliencia.
Hay un antes y un después del año 2015. Ese año se aprobaron los Objetivos del desarrollo sostenible (ODS) y el acuerdo de París, que propende por la descarbonización de la economía. Uno y otro se están incumpliendo. Se acordaron unas metas de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) hacia el 2030, Colombia en particular se comprometió a reducirlas el 51%, como meta volante para llegar a la carbono – neutralidad en 2050, pero los compromisos no se están cumpliendo!
Y justamente estos dos compromisos de Colombia con la comunidad internacional, por ser signatario de los mismos, los ODS y el Acuerdo de París, constituyen los dos ejes, transversales además, del PER, en su versión preliminar, aprobado por el consejo regional, integrado por los gobernadores de los departamentos que hacen parte de la misma, compartido con ellos y que ahora está en la etapa de concertación y validación departamento por departamento. Para su versión final es mucho lo que ellos, los expertos, con sus luces, nos aportaron. Ellos son nuestros aliados en esta tarea, esta es la primera, pero no la última convocatoria que le hacemos, de la mano de la Corporación Andina de Fomento (CAF), que preside un hombre del caribe, samario además, Sergio Díazgranados, y la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI), dirigida por Mariela Barragán, también de la región Caribe, que también son nuestros aliados.
Hay una premisa básica, la descarbonización de la economía por la que propende el Acuerdo de París, no se reduce a la transición energética, esta es parte de la solución pero no es la solución. En este contexto colombia no puede ser ni polizón climático ni atlas climático, porque este desafío demanda todas
las energías de todos los países. La COP26 dejó sentado el principio de la responsabilidad solidaria pero diferenciada, en el entendido que ningún país sólo podrá enfrentar con éxito los desafíos del cambio climático, pero diferenciada.
Por ello hemos venido planteando una Transición energética a la colombiana porque el Pareto colombiano nos debe llevar a poner el énfasis en la demanda de fuentes de energías de orígen fósil más que su producción y en los tres factores que más contribuyen a las emisiones de GEI en Colombia: el cambio de uso del suelo, la agricultura, la ganadería y la deforestación, que sumados representan el 55% de las mismas.
Lo que no podemos es asumir la actitud del gitano andaluz, quien en sus imprecaciones al Señor le pedía tres gracias, a saber: la primera que su mujer no le fuera infiel, la segunda que si le llegara a ser infiel él no se enterara y tercera que si le llegaba a ser infiel y él se diera cuenta no le importara nada!
Santa Marta, septiembre 7 de 2023 www.amylkaracostamedina.net