La dependencia de la independencia (de mi móvil)

La dependencia de la independencia (de mi móvil)

Este titular puede acarrear diversas esperanzas y/o expectativas (positivas o negativas) sobre el contenido de estas palabras, pero de lo que os voy a hablar en realidad, es de la dependencia que llega a generar un simple aparato que te ofrece una supuesta amplia independencia. El SMARTPHONE. Ese trasto tecnológico que para las hiperconectadas como yo es la base de nuestro día a día.

¿Y qué pasa cuando no lo tenemos? La mayoría solemos decir: "Nada. Un día sin móvil no me afecta, ¡podría estar una semana!". Yo también lo decía, hasta hoy.

Éste no es un artículo tecnológico, ni un tutorial, ni una lista de tendencias, es la realidad de mi lunes.

Hoy, 28 de septiembre, 07:25h de la mañana. Acarreada con la bolsa del gimnasio, el portátil, el bolso y todos sus enseres, el tupper... me dispongo a irme hacia el principio de mi lunes. Esos lunes que tampoco odiamos porque son días espléndidos que nos dan energía para toda la semana...ejem ejem... (esta frase hay que leerla con todo irónico). Bajo al parking, abro el asiento para sacar el casco y poner el tupper y el bolso (asiento profundo como el que más), me coloco el "buff", los guantes, la chaqueta, el casco, me cuelgo las bolsas varias y... la moto no va 🤦🏻‍♀️

Tranquilidad, volvemos a encender. No va. Volvemos. No va. Saco palanca de arranque, no va. 15 minutos dándole. No va. Apago. Vamos a dejar que descanse. Volvemos. No va. Empieza la mezcla de calor (con todo el atuendo puesto y la carga considerable), temor, ira y desespero. 8:30h. No va. Bueno, vamos al plan B, visto que se hace tarde hoy me voy en coche y ya después lo haremos con calma... ¿el bolso? ¿Dónde está el bolso, llaves, teléfono...? Debajo del asiento. ¡Aaargh! No hay transmisión, no hay sistema eléctrico, no funciona el botón de abrir el asiento. No va.

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Y aquí empieza mi fantástico lunes de trabajo sin teléfono. Hay que decir que maldecir ayuda en parte a relajar el estrés pero que después no soluciona el tema.

Una vez liberado todo aquello que se puede decir en formato de palabrota, maldición, exclamaciones varias, sonidos epopéyicos y demás, pienso: "bueno no pasa nada, un día sin móvil puede venir bien para estar más relajada trabajando y tener menos distracciones". Relax, tranquilidad...

Conseguido entrar de nuevo en casa (otra aventura del día) y con el ordenador personal, empieza la jornada y aquí el reconocimiento poco a poco de la dependencia que tenemos en realidad de un aparato que sirve, se supone, para tener total independencia.

Lo primero: avisar a mi marido de que hoy no estaré en el teléfono. Mail. De momento esto va y con suerte lo leerá antes de entrar en fase de desespero porque no le cojo las llamadas.

Lo segundo: vamos a preparar los archivos de repaso de la clase de hoy. Queda 30 minutos. Bien. ¿Dónde dejé yo los documentos? A sí, en el pendrive... ese que se quedó en el despacho el viernes pensando "Bueno, el lunes llegaré temprano y ya lo revisaré y lo subiré entonces a la nube..." ¡JA! Y aquí va el primer enorme ¡JA! No pasa nada, todo está en la plataforma virtual, vamos a seguir... ¿porque está, verdad?

Seguimos...media mañana voy a llamar al mecánico para comentarle la jugada y ver cómo podemos solucionarlo. Voy a llamar... digo... ¿mi teléfono? Ah, ¡si! En el asiento de la moto que no va. Momento en que me viene a la memoria ese teléfono fijo que un día corrió por casa y que debe estar... ¡no está! Me voy a conectar a clase, a ver si así, pasa el rato.

Acabada la clase pienso en volver a bajar al parking a ver si la moto está más desahogada (los moteros/as entenderéis) y puedo recuperar mi bolso y mi comida. Enciendo. No va. Vuelvo. No va. Saco palanca de arranque, no va. La pateo, le grito, la sacudo y evidentemente... no va. ¿Y si estiro de ese cable? No lo veo muy bien, pero para eso tengo linterna... a no, no tengo. Está en el teléfono... Me vuelvo para casa a prepararme algo nuevo de comer.

Normalmente como buena autónoma que suele comer sola, disfruto del ocio en plataformas de series desde el móvil o la televisión. Pienso, "voy a ver un capítulo así me distraigo un poco y dejo ir mi ira". Enciendo la tele, busco la plataforma correspondiente... actualizando...cargando...no apague...reiniciando...iniciar sesión... ¿Iniciar sesión? ¿Cuál era mi contraseña? No la recuerdo pero no pasa nada, la tengo guardada en el teléfono. ¿Teléfono? ¡Aaaargh! Como mi nueva ensalada, sin ver nada y vuelvo al trabajo.

Tengo toda la tarde para ordenar las fotos que saqué para la presentación de la clase de mañana de Instagram. Ya tengo preparado mi fantástico "power point" la mar de bonito, solo me queda subir la fotos que tengo en el...t-e-l-é-f-o-n-o... 🤬🤬🤬

17:37h. Desesperación. "Ok, Google búscame el teléfono de la grua" - "Lo siento, pero el número está grabado en tu teléfono y no puedo conectarme". ¡¿$%"@!&

Creo que empiezo a pensar que las 18h de la tarde es un buen momento para ir a dormir, dejar que pase el día y pensar que mañana será mejor. Desgraciadamente, en este mundo tan digital, mi despertador también está en el TELÉFONO.

Si me necesitáis, estaré en el correo electrónico, esperando contacto con la realidad y reflexionando hasta qué punto la independencia que te da un teléfono de hoy en día, te convierte en un completo dependiente del mismo. No pensamos por nosotros mismos, no ejecutamos, no recordamos y ahora también, parece ser, que tampoco nos podemos despertar a tiempo.

Antes de irme a dormir, voy a buscar en Amazon un teléfono fijo, una linterna, una libreta para apuntar los contactos, un pendrive de aquellos que se cuelgan en las llaves, una llave inglesa (por si sirve para forzar el asiento), un nuevo pedal de arranque y unos pañuelos para las lágrimas. Aunque tendré que hacer aquello de "recordar contraseña", ya que seguro que adivináis dónde está guardada... maldito teléfono.








Montse Rodríguez Colomer

Asesora Comercial de Servicios Empresariales

4 años

Ara entenc el dilluns que portaves l'altra dia, sort que després del dilluns ve el dimarts i pot ser millor!! 😉

Xela Falgueras

Think digital. Act human

4 años

Dolors molt bona reflexió de com de depenents en som de la tecnologia. Espero que la història hagi acabat bé a mida que la setmana ha avançat

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