La dictadura de la empatía y el "Desgaste por Empatía"​ profesional.

La dictadura de la empatía y el "Desgaste por Empatía" profesional.

A mí, dime las cosas claras, pero sólo las que quiero oír y como las quiero oír, muestra empatía”.

Hace poco, una persona en búsqueda de empleo se quejaba de que algunas personas se quejaban de sus condiciones laborales, debido a que esas publicaciones no eran empáticas con la gente que no tenía empleo y por lo tanto no lo sufría. Pero ¿y la empatía del que no tiene empleo hacia el que lo sufre?

Llevamos años viviendo de la dictadura de la empatía, pero una dictadura mal definida, unidireccional, sin preocuparse por los demás sino sólo por uno mismo (reclamamos que se sea empático con nosotros, sin mostrar empatía por los demás). Pero ¿Cómo definimos esa empatía?

La empatía es una habilidad social que permite comprender y reconocer las opiniones y sentimientos de las demás personas, sin necesidad de sentirse identificado con ellos o de adoptar los mismos. Una persona empática sabe escuchar y ponerse en el lugar del otro, conociendo su manera de pensar y de percibir las cosas. Esta es la razón por la que las personas empáticas hacen “click” más fácilmente con otras ya que hacen que se sientan reconocidas y valoradas a pesar de no coincidir en gustos, creencias y/o preferencias.

La empatía es indispensable para entender y socializar correctamente, comprender la situación de los demás, y sus problemas, o malestar. El problema es que la empatía mal planteada acaba siendo un yugo que acalla las opiniones opuestas ante la amenaza de “no ser empático”.

El okupa acusa a la sociedad de su falta de empatía, pidiendo que se pongan en sus zapatos, sin haberse puesto en los zapatos de la persona a la que le quita su hogar. El enfermo pide empatía para acelerar su proceso de recuperación, sin pensar que puede haber gente en peores condiciones o que un criminal reclame una reducción de su condena.

La empatía y otras emociones suelen motivarnos a hacer lo correcto, pero son igualmente capaces de motivarnos a hacer lo incorrecto. En la toma de decisiones éticas, la capacidad racional del ser humano es fundamental.

De ahí la necesidad de desarrollar otras habilidades indispensables como la asertividad.

La asertividad es una forma de comunicación que consiste en defender nuestros derechos, expresar nuestras opiniones y realizar sugerencias de forma honesta, sin caer en la agresividad o la pasividad, respetando a los demás, pero sobre todo respetando tus propias necesidades.

La dictadura de la empatía y la destrucción de la Asertividad. “El Desgaste por Empatía”

El egoísmo empático unidireccional o el miedo a que nos puedan señalar como alguien poco empático, ha desarrollado una “hiperempatía” que ha llevado a un desgaste emocional y social eliminando en muchos casos la capacidad de demostrar asertividad en ciertos entornos como el de las Redes Sociales, donde imperan los discursos prefabricados por las víctimas o los que reclaman esa empatía.

Después de años de pandemia, paro, ERES, ERTES, y problemas relacionados con la inestabilidad laboral, la consecuencia ha sido clara, muchos profesionales están desarrollando el llamado “Desgaste por empatía”.

Es importante que los profesionales (psicólogos, médicos, RRHH, directivos, etc.) cuenten con empatía; sin embargo, dado que es un arma de doble filo, el aplicarla en exceso trae repercusiones para el interviniente. Una de estas consecuencias, llamada síndrome de desgaste por empatía,

Este "desgaste por empatía" también se conoce como "fatiga por compasión" término propuesto por el psicólogo Charles Figley dentro de la Psicotraumatología, es una consecuencia por el residuo emocional de tratar con personas que han o están pasando por situaciones de trauma, sufrido por aquellos profesionales que están en contacto constante con pacientes que están o han sufrido experiencias altamente estresantes. Pero habría que diferenciar la empatía de la compasión: la compasión no implica reflejar la angustia de otra persona. La ayuda compasiva es buena para uno mismo y para los demás, pero la angustia empática es destructiva para el individuo: experimentar el dolor de los demás puede ser una experiencia agotadora. Ser buena persona está más relacionado con una compasión más distante, autocontrol, sentido de la justicia, amabilidad e inteligencia.

Alejandro Maya, MBA

Regional Sales Manager North America and Latin America

8 meses

Gracias Hector por este excelente artículo. El entendimiento equivocado de empatía es el combustible que muchos hoy están utilizando para manipular y reclamar derechos y beneficios sin esforzarse lo suficiente o en muchas ocasiones sin ningún esfuerzo. Por otro lado, la sociedad y sus instituciones han sido permisivos por los pocos o nulos programas para educar a la población en este concepto que si se aplicara de manera adecuada seria un catalizador para la resolución de diferencias y un mundo más objetivamente justo que es lo que reclaman los que aplican erróneamente el concepto de empatía.

Adrián Gilabert

Escuela de desarrollo personal HR BOOSTER SCHOOL - Fundador- Mentor senior empresas, emprendedores y profesionales

10 meses

Bastaría con aflojar un poco y darse cuenta de que a veces se puede y a veces no se puede. Hasta que no se comprenda que es un estado y no un valor invariable se estarán incrementando los problemas mentales. Considero que quien anda reclamando empatía a la sociedad muestra un rasgo despótico. Es igual que cuando se pretende que los otros tengan los mismos valores que uno. Y, como con el perdón, es fácil ser empático con el que tengo afinidad, lo difícil es con quien no tengo afinidad. El perdón lo es cuando hay algo imperdonable, si es perdonable, entonces, no es perdón. De tanto usar esa palabra (empatía) está desapareciendo. En palabras de Baudrillard: "todo desaparece por proliferación". Ya la gastaron, ya hicieron polvo una práctica que solía ser hermosa. Excelente artículo, amigo.

María Blasco

Asistente de Dirección | Experta en Organización y Atención al Cliente | Secretaria de dirección | assistant | office manager | inglés B1 | creadora de contenido | futura escritora

10 meses

Yo creo que se confunde empatía con simpatía, para empezar que la empatía es algo muy complicado, porque entender como se siente una persona en una determinada situación es complicado, especialmente si nunca se ha estado en esa situación. Cada persona es un mundo y tiene unos sentimientos que corresponden a esa persona, no son ni buenos, ni malos, ni mejores, ni peores, son de esa persona y son totalmente válidos. El decir "te entiendo" que es la cortesía común es algo falso si no has estado en esa situación, no puedes entender a una persona en determinada situación cuando nunca has estado, no puedes entender algo que no has vivido o experimentado. Pero sí puedes tratar de ponerte en esa situación y pensar en lo que se podría hacer en esa situación. Puede darle a esa persona una perspectiva diferente, una manera diferente de ver las cosas y posibles soluciones. Y eso es lo mejor que se le puede dar aparte de un hombro para llorar/quejarse/lo que quiera y palabras de aliento, la lástima no, nadie la quiere, ni tampoco te la van a agradecer (y sabrán si es lástima o no). Los problemas, gestionar las frustraciones, el dolor, la situación.... lo debe hacer cada uno (como buenamente pueda). Y eso para mí es empatía.

Sílvia Geronès

Psicóloga RRHH | Sanitaria | Forense en Derecho Laboral

10 meses

La palabra “empatia” se usa con demasiada facilidad y con fines manipulativos. Puedes poner límites siendo empático pero no simpático.

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