La diferenciación del despacho multidisciplinar.

El otro día estuve, por enésima vez, en la sala de urgencias de un hospital por culpa de uno de mis tres hijos. Se turnan para coger la gripe, un constipado, torcerse un tobillo o pillarse un dedo con una puerta.

Y allí estaba yo, sentado en el banco de la paciencia, viendo como pasaban todo tipo de accidentados y enfermos. Algunos de ellos acudían sin saber exactamente que les pasaba. Preocupados por la incertidumbre sólo expresaban como podían sus sensaciones y el enfermero les asignaba el numerito correspondiente. Cuando finalmente pasé con mi hijo me di cuenta que estaba en buenas manos. Le hicieron pruebas, no sólo directamente relacionadas con su aparente dolencia, si no que le hicieron pruebas adicionales basadas en la experiencia y criterio médico del facultativo generalista que le atendió. Esto, en determinadas situaciones podría salvar vidas, pensé.

Mi sensación al salir del centro médico fue de tranquilidad absoluta.

A mi despacho profesional vienen habitualmente "accidentados" que nos expresan igualmente sus "sensaciones". Por eso, en las reuniones que mantenemos inicialmente con los clientes, el profesional asignado, experto en su materia pero además con sólida base generalista conseguida después de muchas reuniones multidisciplinares y de la formación continua impartida por sus propios compañeros del resto de áreas de la firma, decide si otros profesionales especializados deben participar en la misma en función de las diferentes materias involucradas, tanto directa como colateralmente. Y ahí está el valor añadido.

Esta práctica provoca que el cliente tenga finalmente una visión global de su problema. La sensación con la que salen los clientes después de una reunión en un despacho profesional multidisciplinar es la misma con la que salí yo del hospital con mi hijo pequeño.

En el ámbito médico hay mucho desconocimiento. Lógico. Pero dentro del ámbito jurídico, laboral, fiscal, concursal o financiero también. Igualmente lógico, "Doctores tiene la Santa Madre Iglesia".

Cuando un empresario viene a nuestro despacho a contarnos, por ejemplo, que su empresa está en dificultades es vital que el profesional que le atienda en una primera fase sepa filtrar las contingencias, entienda cual es su situación real actual y cual podría llegar a ser ésta de no actuar rápida y diligentemente.

Una vez detectada la problemática es importante que a la reunión, además de los consultores especializados en la contingencia troncal, sean convocados otros profesionales que dominen las distintas disciplinas interrelacionadas como podrían ser, por ejemplo, un auditor de cuentas, un administrador concursal, un abogado mercantilista, un consultor estratégico, un asesor fiscal o un profesional de las diferentes áreas de RRHH.

El cliente, con este experto análisis y asesoramiento global, sería consciente, en su caso, del punto de inflexión en el que se encuentra. Yo, si algún día tuviera que cruzar el Rubicón querría que, antes de hacerlo, inicialmente un profesional supiera detectar mis problemas, tanto los visibles como los potenciales, ocultos o latentes, que posteriormente estuvieran implicados todos los especialistas necesarios para la causa y que finalmente,  y en consecuencia, tuviera acceso a toda la información, los riesgos, un calendario de actuaciones, la cuantificación y calificación detallada de las contingencias y un presupuesto de honorarios "hecho a medida" e integral.

Cuando además el despacho profesional multidisciplinar lo forman profesionales de alto nivel y forma parte de una red internacional con soporte profesional omnímodo, el nivel de satisfacción del "paciente" se puede incrementar hasta "nivel leyenda".

Poner a disposición del cliente tales sinergias y "know how conjunto" es un valor añadido que diferencia estos especiales "centros de salud" del resto y en ocasiones, y hablo por experiencia profesional propia, a otro nivel y empresarialmente hablando, también "salva vidas".