La digitalización y la prescripción fitosanitaria: retos actuales para la profesión

¿Qué nos encontramos los ingenieros Técnicos Agrícolas cuando salimos cada mañana a ejercer nuestra profesión? Este es uno de los temas sobre el pudimos hablar durante el encuentro que mantuvimos, aprovechando la reciente celebración de San Isidro, en la sede del Colegio. Y coincidimos en que el Ingeniero Agricola conoce la palabra de moda,“resiliencia”, desde hace muchos años, justo desde el inicio de su actividad profesional.

De hecho, cada mañana se levanta con ella, ya que cada día es diferente. Cada campaña se presenta con un nuevo reto; regulatorio, climático, fitosanitario, económico, social, … pero en estos años se vienen sumando casi todos a la vez, y ahora agravado por la pertinaz sequía.

Y es que los momentos de crisis son momentos de oportunidades, y más para los que trabajan usando el “ingenio”. 

Toma de decisiones: responsabilidad compartida

Las exigencias de Europa hacen que cada vez seamos más imprescindibles para el Agricultor como nexo de unión con la administración en el proceso de digitalización dentro de nuestro papel quizás mas conocido,  el de asesor técnico. El fin ultimo de un Ingeniero Agricola asesor es obtener las mejores cosechas con el menor impacto y la mayor rentabilidad. La toma de desiciones es cada día más difícil y los Ingenieros debemos adoptar decisiones sencillas, interpretando datos complejos. A esto sumamos las exigencias medioambientales y la coyuntura hídrica.

Se olvida a veces que los primeros defensores del medio ambiente somos los Ingenieros Agrícolas, y a los que más le interesa mantener y acrecentar la diversidad, ya que la agricultura y ganadería son parte de ella. 

Y como no, la lucha desde cualquier Colegio Profesional por la defensa de la profesión y del intrusismo profesional.  Una de las mejores herramientas sería que se regule de forma definitiva la firma reconocida de un Ingeniero detrás de ciertas decisiones diarias que influyen en la mejora de la salud de las personas, como sería la receta o prescripción fitosanitaria. Ésta, firmada exclusivamente por una de las profesiones reguladas del ámbito universitario,  serviría para una mayor garantía de cumplimiento de las normas frente a las exigencias europeas en materia medioambiental y de salud.

Y desde el punto de vista colegial, serviría como herramienta indiscutible para evitar el intrusismo profesional.  Al igual que otras profesiones reguladas como la medicina,  la abogacía, la arquitectura, los veterinarios, etc. un Ingeniero Agrícola, debería tener la atribución de firmar una prescripción de productos fitosanitarios, en base a su preparación, añadiendo un plus de garantía y control. Profesiones reguladas, que como la normativa estatal indica, están obligadas a la colegiación para el desempeño profesional.

¿También os véis reflejados en esta situación?