La Economía en el Tahuantinsuyo
Reciprocidad es la palabra clave al hablar de la economía en el incanato.
“La reciprocidad es un sistema organizativo socioeconómico que regulaba las prestaciones de servicio en diversos niveles y servía de engranaje en la producción y distribución de bienes” María Rostworwski
Este principio señala que el estado se valió de pedir favores prometiendo una recompensa, Pachacutec estableció lazos de parentesco con los jefes o señores de otros territorios ofreciéndoles regalos y luego formulando su “ruego” (minccacacuni : rogar a alguno que me ayude prometiéndole algo). Gracias a este principio habían siempre personas que hacían trabajo para el estado y la comunidad religiosa o perteneciente al Sol, se trataba de una organización y programación de tiempos de trabajo en el cual los servidores o “yanas” laboraba y descansaba teniendo como proveedor al estado.
Para ello el estado se valía del excedente de la producción para hacer la redistribución de productos en el resto del territorio. La construcción de “Colcas” (Depósito, granero) fue fundamental para poder tener un control y almacenamiento de los productos ya sean alimentos, vestimentas, armas, herramientas.
Fuerza de trabajo:
Los hatunruna (hombres del común) fue la mayor fuerza de trabajo del incanato. Estos trabajaron para el ayllu, el curaca local, para el Inca o para las huacas, por un determinado tiempo, y luego regresaba a su propia tierra la cual le aportaba utilidades para él mismo. Las acllas o mamaconas mujeres que el estado empleaba para tareas útiles para el gobierno.
Territorio:
Cada territorio conquistado era dividido en tres partes: la primera parte para el Inca, la segunda parte para los hijos del Sol o religiosos y la tercera parte para el pueblo la cual era repartida en tupus (se entregaba a cada hombre un tupu y en el caso de tener hijos por cada varón se le entregaba un tupu y por cada mujer medio tupu).
Agricultura:
La agricultura es la actividad más importante practicada en este tiempo, habían productos como: el maíz (siendo el cultivo predilecto con el cual realizaban la chicha la cual era la bebida preferida), la papa, la oca, el ulluco, la mashua, la quinua, diferentes tipos de frijoles, ají, entre los árboles frutales encontramos la lúcuma, el pacay, la piña, el plátano, el molde el pimiento, entre otros. Es importante mencionar los cultivos de coca.
La agricultura no era automatizada como los pares europeos de la época pero la organización que tenían les permitía obtener muy buenos resultados. Junto a esto se realizaron diversos estudios y se construyeron lugares de experimentación y adaptación en los cuales gozaban de diversos microclimas los cuales ayudaban la domesticación de plantas.
Ganadería:
En las regiones “Colla” al sur de Cusco (territorio de los aymara-hablantes) sobre los 4000 metros el clima favorecía la producción natural de “las hierbas enanas que crecían en medio del ichu” alimento principal de los camélidos: alpaca, llama, vicuña y guanaco, estas dos últimas salvajes. Se organizaban actividades como el Chaku en la cual atrapaban a las vicuñas para trasquilarlas y luego dejarlas en libertad para evitar su extinción, por el contrario el guanaco era cazado por su carne del cual obtenemos el charqui (carne deshidratada) el cual podía conservarse mejor. Sin duda el animal que aportaba mayor utilidad era la llama el cual servía como animal de transporte.
Minería:
No era una industria muy importante en el aspecto económico ya que no se acuñaban monedas pero fué utilizada para objetos decorativos y herramientas.
“La actividad minera en el Tahuantinsuyo tuvo dos objetos distintos: la producción de los metales preciosos, destinados al adorno personal, el fausto de la corte y pompa del culto; y la producción de cobres y bronces para fabricar sus armas y herramientas” Carlos Jimenez
Textilería:
Junto con el algodón se usó la lana de la llama para fabricar las vestimentas de la gente común, cabe señalar que cada Ayllu tenía y fabricaba su propia vestimenta. También se realizó la confección de vestimentas mejor elaboradas llamadas Cumbi las cuales eran hechas de las fibras de las alpacas y vicuñas y reservadas para la nobleza. Es necesario señalar la utilización del cuero de llamas y guanacos para la fabricación de calzado.
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Quipu y Quipucamayoc:
El nivel de organización que poseían a pesar de no contar con escritura era realmente eficaz gracias al quipu el cual era un instrumento de conteo y de la yupana como instrumento de cálculo, conocido en la actualidad como ábaco. El personaje encargado de utilizar el quipu era llamado quipucamayoc en términos modernos : contador.
María Rowstowroski:
“La economía inca se desarrolló sobre la base de tres tenencias propias del gobierno: la fuerza de trabajo, la posesión de tierras y los hatos de camélidos. Los quipu reemplazaban la escritura indispensable para la planificación de un Estado. La fuerza de trabajo quedaba a disposición de las necesidades gubernamentales e incluía la mano de obra femenina reunida en los Acllahuasi o casa de escogidas —mano de obra con un gran potencial de producción textil y de bebidas. El resultado de todos los bienes mencionados, contabilizados y conservados en depósitos, formaban el capital del incario. Gracias a este capital, el Estado inca podía atender el sistema de la reciprocidad —que suponía el “ruego” y la “dádiva”—, clave de la organización indígena cusqueña”.