La falacia tu quoque o consejos vendo que para mí no tengo.
La falacia tu quoque es la protagonista de esta nueva entrega del ciclo de falacias de El blog de Interacción Humana.
Ya sé que tiene un nombre muy extraño pero cuando leas el artículo te vas a dar cuenta de la gran cantidad de ocasiones en las que has utilizado este sofisma.
Pero antes de entrar en materia, ya sabes que si te suscribes a El blog de Interacción Humana tendrás a tu disposición más de 100 artículos dedicados al mundo de la persuasión y la oratoria. Además, podrás descargarte, totalmente gratis, el ebook «Sé más persuasivo e influyente».
Vamos con la falacia de hoy.
Podemos traducir tu quoque por «y tú también», así que esta falacia consiste en atacar al oponente acusándole de incoherencia o de falta de consistencia al demandar alguna cosa que él o ella no realiza.
Recuerdo que hace muchos años lancé un proyecto de escuela de padres. Mi objetivo era conseguir que los padres, sobre todo los primerizos, entendiesen mejor el comportamiento de los niños y, sobre todo, desarrollasen mejores pautas de crianza.
Cuando presenté el proyecto a potenciales usuarios, una de las preguntas más comunes que me hacían era si yo tenía hijos y como mi respuesta era que no, inmediatamente aparecía la siguiente objeción:
«¿Cómo puedes ayudarnos con nuestros hijos si tú no tienes?»
Siempre pensé que no es necesario que un traumatólogo se parta una pierna para saber cómo se cura una fractura, pero parece que para la crianza de los hijos, la cosa es distinta y se duda de la posibilidad de recibir información útil de parte de alguien que no tiene hijos.
Este es un ejemplo de falacia tu quoque.
Sigue leyendo