La felicidad en el trabajo
¿Cómo está tu escritorio o lugar de trabajo? Enterrado en montañas de documentos y no logras encontrar el informe pendiente a entregar a tu jefe, a un cliente o a una institución.
¿Tienes un listado interminable de correos electrónicos pendientes de revisar y contestar? Y aunque entras constantemente a tu cuenta, contestas algunas nada más.
¿Tienes la agenda llena de citas, actividades y pendientes y ya no sabes que hacer? Si esto sucede, puede ser que te cueste tomar decisiones, que no sepas qué es lo realmente vale de tu puesto, no tengas determinados indicadores de gestión para medir tu productividad laboral y personal.
¿Será que tu trabajo se reduce a ir tachando cosas de tu lista de tareas pendientes? Si te has identificado con algunas de estas preguntas, te presento la solución inicial que consiste en ordenar.
Nuestro trabajo a veces está cargado y como el escritorio aguanta con todo, cada vez éste se va volviendo pesado, ¡lleno de cosas, cosas y más cosas! Montañas de documentos, clips sueltos, cartas sin abrir, libros por leer, la computadora llena de post it para recordar tareas pendientes. Estoy seguro de que al ver así el escritorio hasta suspiramos hondo y decimos ¿cuándo termino de limpiar el escritorio?, y al terminar de hacerlo ya está nuevamente desordenado.
Y la oficina no solo es el escritorio; también son reuniones, clima y cultura organizacional, interacción con jefes, compañeros y colaboradores.
¿Será que, así como está el escritorio estarán también esas reuniones, clima e interacción? Y con frecuencia la pregunta, ¿sigo adelante o ya estoy harto de mi trabajo?, ¿soy feliz o infeliz en lo que hago? Y así salimos día a día del trabajo a casa, con inquietudes de ¿Qué pasará mañana?
Trabajar así es deprimente, frustrante. Sin embargo, la mayoría de las personas solo se toman el tiempo para la reflexión, pero se les olvida lo más importante, generar un plan de acción para lograr motivación en el trabajo.
Cuantas veces, buscando en ese montón de actividades a ordenar, se descubren nuevos anhelos, se recuerdan varios obstáculos, y esto en lugar de generar trabajo, lo que provoca es agotamiento, nuevamente preguntándose ¿Valdrá la pena seguir adelante?
Este desorden laboral no es más que la reacción inmediata de la persona a la calidad de vida que le brinda el trabajo a la persona, y como consecuencia, la persona reacciona acorde a sus creencias, paradigmas, conductas aprendidas, entre otros.
El problema no es el orden o desorden, el problema es determinar qué lo ha provocado. A veces el desorden sale más caro de lo que podemos imaginarnos.
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Respuestas tales como ¡No tengo tiempo!, ¡cada vez me asignan más tareas! Son manifestaciones de cansancio, descontento, insatisfacción, frustración. Y la pregunta a reflexionar es ¿Qué voy a hacer por mi vida para solucionar esto?
El concepto de felicidad consiste en el estado de ánimo de la persona que se siente plenamente satisfecha por gozar de lo que desea o por disfrutar de algo bueno. Y la felicidad laborar se refiere a un estado de ánimo que permite que los colaboradores o empleados tengan muchas más razones que las económicas para realizar sus labores diarias.
El desorden como respuesta a la felicidad laboral tiene un impacto personal ya que reduce la productividad, propicia la actitud negativa, disminuye la motivación y finalmente, provoca infelicidad.
Esta infelicidad laboral puede provocar efectos adversos en la salud, tales como depresión, insomnio, trastornos o enfermedades emocionales, mentales, físicos, cognitivos, conductuales, entre otros.
La felicidad en el trabajo no solo impacta a nivel personal, sino también se traslada a la empresa, ya que la cultura y comportamiento organizacional, están conformados por la suma de la cultura y el comportamiento de cada colaborador, aunado a la visión, misión y objetivos de la empresa.
Cuando una persona se ve afectada en su felicidad laboral, todo lo que sucede en la empresa lo toma a título personal, y todos los hechos o fenómenos de la empresa van a afectar en el estado de ánimo personal.
También la persona insatisfecha en sus diversas esferas de la vida (personal, laboral, educativo, afectivo, social, físico, espiritual) va a trasladar su insatisfacción en su entorno inmediato, provocando reacciones en cadenas de otras personas que están viviendo su propia infelicidad laboral.
La felicidad no es permanente, sino que es generada por momentos; ya que la felicidad no es un objetivo sino un camino para mantenerse bien en cada momento.
Estuardo Valdez Bonilla
Doctor en Salud Mental, Psicólogo, Coach