La generación del perro
Tal como a he mencionado en otros artículos, el canino siempre ha evolucionado al lado del humano. No es sorpresa que en estos últimos años se han elevado de mascotas a estatus de compañeros de vida. Como generación, hemos idolatrado a estos mamíferos y creamos vínculos sentimentales que no surgieron con otras especies. Los perros han escalado jerarquías sociales hasta posicionarse el día de hoy en día en los hogares.
¿De donde surgió esta tendencia? Con los millennials llegó el auge de pertenencia a un perro, ya que nosotros encontramos un valor mucho más preciado mucho más allá de la protección física, que es la protección emocional. Gracias a nuestra generación, los perros se han popularizado a grado de tener un mismo nivel de exigencia en su salud, alimentación y bienestar como con nosotros.
¿Porqué? Desgraciadamente hemos sido una generación sobre estimulada, denominados los “frágiles” por ser recurrentes en ansiedad, estrés, depresión e inestabilidad. Los perros nos han regresado esa seguridad que perdimos en un ambiente sobrestimulado. Aunado a esto, los perros ya son parte de nuestra identidad generacional. No solo cumplen la función de compañeros, también nos ayudan a relacionarnos con otras personas al ser introvertidos, debido al enorme distanciamiento entre humanos por el acelerado crecimiento tecnológico. Tener un perro está en la prioridad de todo millenial citadino que son más propensos a tener hijos a una edad tardía o no tenerlos del todo.
Formamos nuestra identidad a través de ellos y proyectamos nuestra personalidad con rasgos meramente humanos en nuestros caninos. Todos los perros han cumplido la función de apoyo emocional ya que nos dan la sensación de una estabilidad integral que no hemos podido encontrar en otro mamífero en una sociedad hiperdistanciada. Pero esta tendencia también ha impactado con otras generaciones como matrimonios mayores que adoptan un perro, ya que los hijos se han independizado. Observan la vida de muchos jóvenes con perros y las probabilidades de tener nietos son reducidas entonces, optan por una mascota. Lo cuál, es impresionante ya que estas generaciones vienen de una cultura donde los animales cumplen sólo un papel funcional, un propósito específico no emocional.
Hay un solo incoveniente… En esta nueva sociedad tecnológica con crecientes divisiones en la sociedad nos hemos topado y un gran distanciamiento entre humanos que nos ha afectado en todos los aspectos encontramos refugio en los perros. Tal es la empatía que sentimos por un perro que se ha salido de control, humanizando en todo aspecto al perro. Desde el uso de prendas y accesorios hasta una dieta orgánica libre de ingredientes artificiales para preservarlos por mas tiempo a nuestro lado.