La Gerencia Social en el Nuevo Siglo: Una Transformación Personal y Profesional

En el umbral del nuevo siglo, nos encontramos ante una transformación inexorable en el ámbito de la gerencia social. Mi viaje, desde las aulas universitarias hasta las complejidades del mundo corporativo, es un testimonio de esta evolución, un reflejo de cómo podemos, y debemos, adaptarnos y crecer frente a los desafíos contemporáneos.

Comencé mi camino en un entorno académico, un lugar lleno de aprendizaje y alegría. Pero fue en las calles, enfrentando las realidades cotidianas, donde encontré las lecciones más significativas. Vender en la vía pública, aunque visto por muchos como un desafío, se convirtió en una valiosa fuente de sabiduría para mí. Me enseñó a enfrentar la vida con resiliencia y a entender las experiencias humanas en su forma más pura, abarcando desde la abundancia hasta la escasez más profunda.

La transición al mundo corporativo me llevó a una planta de producción de autobuses, un microcosmos donde cada tarea, desde la pintura hasta las finanzas, era una lección en sí misma. Aprendí el valor incalculable del trabajo en equipo y cómo un liderazgo efectivo, empático y compasivo puede influir de manera positiva en la vida de los empleados y en el rendimiento de toda la organización.

Trabajar con emprendedores y transportadores me permitió comprender la importancia de un liderazgo basado en principios éticos y morales. Cada interacción con ellos reforzó mi convicción en la necesidad de un liderazgo que priorice la humanidad y el servicio sobre cualquier otro aspecto. Aprendí que cada persona con la que interactuamos tiene su propia historia, desafíos y esperanzas, y que como líderes, nuestro papel trasciende la simple gestión de recursos o procesos.

La llegada de la pandemia nos presentó desafíos sin precedentes, convirtiéndose en un crisol para el liderazgo. A pesar de la incertidumbre y el miedo, encontré la fortaleza para ofrecer esperanza y buscar soluciones. Esta crisis nos ha enseñado la importancia de ser más creativos, resilientes y, sobre todo, compasivos. Ha reafirmado la necesidad de estar unidos y trabajar juntos frente a las adversidades.

 Hoy, la gerencia trasciende la mera dirección hacia el éxito económico; se trata de liderar con el corazón y el alma. Los gerentes, tanto actuales como emergentes, deben estar dispuestos a transformarse y adoptar un enfoque centrado en el servicio y el bienestar humano. En esta nueva era, el éxito de una organización no solo se medirá por su rentabilidad, sino también por su impacto social y su capacidad para mejorar la vida de las personas.

A través de mi experiencia, he comprendido que el verdadero liderazgo implica ser un faro de esperanza y guía, no solo durante los tiempos de crisis, sino en cada paso del camino. Invito a mis colegas y a las futuras generaciones de líderes a adoptar este enfoque de gerencia social. Juntos, tenemos el poder de crear organizaciones más humanas, empáticas y, más exitosas.

Mauricio A. Herrera A.

MAHA