Reflexión 9: ¿Falta liderazgo o es mi impresión?

Algo que me estoy dando cuenta últimamente, es el caos que ha venido proliferando en las empresas, sobre todo en las pequeñas y medianas, la planificación dio paso a la improvisación, el control se transformó en una caza de brujas, la solución de problemas se transmutó en lapidación, mientras que el trabajo en equipo cambió a sálvese quien pueda.

El desarrollo y ejecución de proyectos se ha transformado en oír las ideas más absurdas de los dueños de empresas y aplaudirlas, ya los trabajadores no están perdiendo sus empleos, sino que las organizaciones se están quedando sin personal capaz y eficiente.

Vemos con gran preocupación en las empresas de que siguen empeñadas en que el liderazgo se hereda, entonces como una coronación de un reino, que el rey saliente, se vuelve emérito y da paso a una nueva generación, que ha estado subiendo fotos y videos en las redes sociales, sin ningún tipo de preparación ni de conocimiento.

Entonces vemos muchachos que está jugando a ser vicepresidentes, gerentes, sin tener la menor idea de cómo y con qué se come eso. Porque los reyes eméritos es mentira que le traspasan el poder a sus vástagos, sino que simplemente lo ejercen de otra manera y todas las decisiones siguen siendo tomadas por la vieja escuela.

Una decisión que antes se podía demorar un día, ahora pasan hasta semanas, vemos como esos nuevos ejecutivos están enzarzados decidiendo que papel higiénico van a comprar, si de dos o de cuatro hojas, o tal vez llamando a hoteles para pedir reservaciones, otro tema recurrente es la de disminuir costos, entonces en vez de comprar 10 bombillos, compramos tres, porque es muy importante ahorrar.

Y mientras tanto, las decisiones importantes, el establecimiento de estrategias, la búsqueda de innovación, donde por cierto esos procesos vienen siempre de adentro hacia afuera y comienza desde arriba para permear hacia abajo, eso ya es anticuado.

La gente que se encuentra en estas empresas están en un limbo, ya que muchos (por no decir la mayoría) están por necesidad, porque realmente no tienen nada mejor y que todos los días ven perdiendo la fe, en algo que creían y que ahora bueno peor es nada.

En juego queda el liderazgo, porque lo que se está haciendo es desestimular a la gente, porque no hay objetivos claros, no hay cabezas visibles que tomen soluciones y sean responsables de sus decisiones, mientras que lo peor, los trabajadores están naufragando en medio de tanta incertidumbre, por no decir mediocridad. Entonces, ¿dónde quedan esos líderes?

David Pereira

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