La Gestión de Riesgos: Un Escudo Proactivo ante la Incertidumbre

La gestión de riesgos consiste en abordar los problemas antes de que surjan, y aquellos que lleguen a materializarse pueden ser atenuados de manera efectiva para reducir su impacto. Adoptar un enfoque proactivo y más integral, que tenga en cuenta la interconexión de los riesgos y sus consecuencias en el negocio en general, se convierte en una disciplina sofisticada que es fundamental para la toma de decisiones estratégicas. Esto incluye cuantificar los riesgos basándose en escenarios probables, lo que permite simular diferentes escenarios posibles para evaluar los efectos y planificar los protocolos de acción.

Esta disciplina requiere el compromiso de la dirección para su implementación como parte de la cultura organizacional, dado que demanda tiempo y recursos. Sin embargo, estas inversiones retornarán con creces, ya que permiten mejorar el tiempo de producción en cada fase, optimizar procesos, reducir pérdidas y facilitar la toma de decisiones estratégicas. Esto significa que, aunque requiera una inversión inicial, se traducirá en beneficios a largo plazo.

Los riesgos están condicionados por ciertos detonantes que, al desencadenar una serie de eventos, pueden materializarse en una amenaza o, por el contrario, generar una oportunidad. En el primer caso, se activarán los protocolos de mitigación correspondientes; en el segundo, se implementarán las acciones previstas en la planificación para maximizar el beneficio.