LA GESTIÓN DEL ODIO.
Hace algunos años, la sociedad española estaba asustada por la violencia de los ultras en los partidos de fútbol. Era la época en la que también existía una juventud que estaba perdida, con incertidumbre sobre el futuro, y con expectativas vitales fallidas.
Fue una etapa en la que no éramos ni de lejos la liga de las estrellas, y donde nuestros equipos estaban lejos de aquellas victorias en la Copa de Europa, ya no digamos en un mundial. Tal vez recordéis un anuncio donde un anciano que vivía aislado preguntaba si el Real Madrid era otra vez Campeón de Europa... y donde empezamos a ver una campaña para sensibilizarnos sobre la violencia de algunos sectores en el campo de fútbol.
Eran tiempos de fanatismo violento consentido -cuando no auspiciado- en algunos casos por las direcciones de los equipos de primera y segunda división, que tapaban así gestiones desastrosas tanto desde el punto de vista económico como deportivo.
Es lo que podemos denominar como la Gestión del Odio. Y es que bajo la premisa de que el contrario nos odia, buscamos cabezas de turco en los que personalizar todos los males de nuestro equipo: El árbitro, el contrario que nos tiene manía, la televisión, el comentarista...
Todos hemos sido testigos de esta gestión. También hubo un tiempo en que en el campo laboral se aplicaba de manera tóxica: Los de producción contra los de Calidad, los de Ventas contra los financieros...
Esto mismo ocurrió en España hace muchos años, y de nuevo ocurre ahora: Nos gestionan por el Odio.
No destaca este gobierno por una gestión brillante, ni la oposición por un nivel mayor en absoluto. Pero saben llegar a la víscera dormida, y aplacar cualquier crítica aludiendo "que vienen los otros" y así, instando a un sentimiento de conmigo, o contra mi, minimizan cualquier censura a su gestión. Y entre medias desempolvan viejos rencores de guerras que no debemos olvidar, pero que sobre todo no debemos repetir.
Hace años, un profesor de Derecho Político me comentaba que elegir entre PP y PSOE era como elegir entre Coca-Cola y Pepsi, para poner un ejemplo de lo poco que realmente iba a variar la gestión. Nadie quería privatizar todo ni nacionalizar todo. Todos defendían la Educación, La sanidad y las Pensiones públicas. Las diferencias eran de Centro Izquierda y Centro Derecha, porque son esos de centro indecisos los que inclinan una balanza.
Hoy, con gestores que no son como los que eran, nos movemos entre un voto visceral, irreflexivo y , lamento decirlo, muy manipulado.
Lo sé porque no me ha sido fácil tratar de aislarme de esta nueva política. No es fácil recordar que ser rivales en ideas no es ser enemigos. No es fácil escapar de la toxicidad de una política que pretende que no veamos, que no pensemos, y que no analicemos reflexivamente hacia donde nos llevan.
La Gestión del Odio da poder, pero no da resultados positivos ni a medio ni a largo plazo. La gestión del Odio simplemente perpetúa en el Gobierno a quienes la usan, infantiliza a las personas y divide a una sociedad.
En búsqueda activa de nuevas oportunidades en el sector logístico y almacén, así como vacantes en atención al cliente
4 añosMuy acertado. De hecho el tenernos divididos socialmente únicamente les beneficia a ellos, el odio es políticamente rentable... La culpa es del vecino, del que vota lo otro, etc...pero no de los que están en el poder.