LA GUERRA NI DE ANGELES!
Esta foto sarcástica me encanto, me hizo reír a carcajadas y a su vez reflexionar y recurrir a la memoria familiar, una de las tantas de la población venezolana que pondrían su sangre en una guerra promovida por quienes nunca enviarían a sus familiares a pelear en las mismas. Ni los hijos de Trump y de sus generales asesores mayameros (chuleadores de oficio del erario estadounidense incluyendo las jubilaciones), al igual que de los políticos belicistas venezolanos jamás pondrían a sus hijos o nietos a morir en trincheras de sangre que los perros de la guerra cavarían para ellos. Estos patriotas “revolucionarios” y de oposición mirarían la guerra venezolana con USA desde sus hostales de Francia, Inglaterra, Miami o Nueva York sin hablar de Bogotá, Lima, Rio de Janeiro o ciudad de México.
Uno de los cuestionamientos que surgieron de la 1º internacional socialista del siglo XIX fue que los movimientos proletarios de trabajadores y campesinos, deberían estar suficientemente formados y organizados para detener las guerras burguesas, ya que los hijos de los obreros serían los que fabricarían las armas para asesinar a los hijos de los obreros que saldrían a pelear por las tantas patrias que inventa la burguesía y monarquías reinantes. La historia confirmo esta discusión cuando los movimientos proletarios estaban incapacitados de evitar las conflagraciones bélicas tanto de Rusia como Alemania, Inglaterra, Francia, España y USA.
Toda revolución debe tener como paradigma que la verdadera lucha es contra la hegemonía del capital, contra la explotación del hombre por el hombre. Esta es la verdadera lucha no la guerra patriotera por una bandera o un himno nacional que son invenciones de la burguesía para sojuzgar al trabajador. La patria está al servicio de quien la invento, pero la fuerza del trabajador debe de estar al servicio del trabajador, no de la patria del burocratismo, del ejército, del banco, del ministerio o del político patriotero demagogo y populachero.
Por eso es que reflexione en cuanto a que no debe uno dejarse engañar con esta foto por la ideología belicista de unos peñeros tratando de detener un portaavión supuestamente estadounidense.
Recordemos que en 1499 Alonzo de Ojeda fue derrotado en puerto Flechado en Venezuela cerca de Chichiriviche por un grupo de curiaras que rodearon 8 bergantines para impedir que desembarcarán esta flota repleta de cañones, armas y soldados (El portaviones del momento) hijos de campesinos reclutados por su miseria a la fuerza. Mientras se reían los capitanes españoles de esto indios con flechas, los mismos subieron nadando por debajo de agua hasta los bergantines, les perforaron el casco, les cortaron las anclas, subieron por babor y les prendieron fuego; desde el agua les lanzaron flechas y la derrota fue descomunal a todo este poderío bélico español que tuvo que retirarse del sitio en desbandada y no lograron llegar a ninguna ensenada posteriormente porque de forma anárquica los indios estaban prevenidos para evitar que se aprovisionaran de alimentos y agua. La derrota de Ojeda fue total. De ahí que la única manera de los españoles de doblegar a los indios fue casándose con las indias para exigir derechos territoriales y aun así tres siglos después estos indios con ayuda de los africanos derrotaron y expulsaron del continente americano al mercantilismo español a punta de lanza contra cañones y todo.
Se preguntarán ustedes:
¿Hoy ante el capital que tiene una tecnología diferente, que utiliza a pueblos enteros para pelear guerras económicas hegemónicas solo con el discurso mediático que puede hacer un paisito contra un portaaviones?
Primero que todo veamos el caso de Vietnam; Rusia les facilito aviones MIG y súper bazucas y ametralladoras de gran capacidad de carga automática; China les dio enlatados de comida. Al final a punta de flechas, arroz y túneles estos campesinos derrotaron a la superpotencia mundial sin necesidad del apoyo de otra superpotencia “multipolar”.
Hoy actualmente USA no puede contra beduinos en camellos, no puede contra ovejeros y hondas para tirar piedras. El embargo económico conque estos pueblos responden a USA impiden su abastecimiento militar lo cual obliga a la casa Blanca a tener que sufragar inmensos gastos militares para llevar comida a sus ejércitos de ocupación que no encuentran ni siquiera agua en el desierto.
Una nación cuyo poderío se basa en los intereses de la deuda pública. Una nación que se desborona porque puede sostener ya guerras por la quiebra de sus empresas básicas como puede invadir con éxito a pueblos enteros.
Claro está, esto no justifica la actitud belicista de nuestros políticos. Ya que una guerra acabaría con todos los logros revolucionarios; al bote se irían las misiones, las leyes aprobadas, las infraestructuras construidas, los satélites espaciales, los logros educativos y culturales, los niños y ancianos recuperados. Todo se acabaría y lo más importante la vida humana que por ninguna causa debe sacrificarse por consignas guerreristas o apetencias personales egocéntricas ávidas de poder o dinero que jamás estarían en los frentes de combates. Desde el presidente hasta sus ministros y sus hijos y nietos incluyendo su oposición política y avara de poder serían los primeros que escaparían del país.
Al igual que los gringos, hijos de obreros y campesinos, jamás sus generales estarían disparando, verían las guerras de sus televisores plasma, drones y Twitter.
Así que la verdadera guerra a la que le teme el capital es al del trabajo autosustentable, a la formación popular, a la salud popular, a la cultura popular, a un pueblo que logre esa utopía jamás estaría a las puertas de una guerra ya que la misma no tendría eco en la población, nadie moriría por su líder. Los tambores de guerra solo serían oídos por los gobernantes, los politiqueros, los comerciantes, ya que la guerra la ganaría el pueblo de antemano con jóvenes científicos, doctores, educadores de alto nivel frente al barbárico militar que solo sabe de batallas e himnos nacionales. Cada joven o adulto formado es un soldado menos y un trabajador menos que vendería su fuerza de trabajo. Esa es la razón por la cual todos los anticolonialistas, activistas sociales, objetores de conciencia son satanizados, cuanto camarada hay en la calle comiéndose un cable de hambre (me incluyo ahí) luchan para restarle soldados a los perros de la guerra, pero están excluidos políticamente, porque su liderazgo es peligroso. Ven porque Estados Unidos nunca ha tenido invasiones, nadie los sanciona o los bloquea, nadie les levanta muros o prohíbe sus inmigraciones. En cambio, las patrias como la de Venezuela (No la revolucionaria) le siguen suministrando petróleo, oro, uranio, cacao, café, le negocian con sus divisas (dólares) les complacen creando personajes caricaturescos como los Dudamel o la ministra de salud que se robó los dineros de los hospitales, los gobernadores como Falcón e incluso hacer alianzas con los Uribes y Santos (hermanos colombianos) o llama al dialogo a fantoches como Trump.
El otro camino alterno a la guerra es la lucha por educación, trabajo, y no las armas y la sangre por un líder, un himno, una consigna o una bandera. Por eso fue que Zamora dio guerra ya que en vez de preocuparse de banderas (que había como diez, con estrellas y todo) e himnos marciales, enfilo su esfuerzo por tierra y hombres libres, pero no para matar sino para educarse y producir.