La habilidad de elaborar una buena historia

Un indicador poderoso de que la transición laboral y profesional va por un camino fecundo es el storytelling que hago de mi pasado, presente y futuro laboral. Si puedo unir los puntos entre lo que hice y lo que quiero hacer y puedo contárselo a otros voy a ir creando la realidad a la que aspiro.

El storytelling de mi historia laboral es una ficción.

Aquí es donde mucha gente se muestra renuente y cree que la propuesta es mentir respecto de lo que hizo en el pasado. Y, por supuesto, no es así.

Mi historia laboral es una construcción que está viva y que puedo moldear, sin por ello mentir, y que puede servir (y creo que tiene que hacerlo) a los efectos de mi proceso de reinvención. Tiene que apuntar a aquello en lo que me quiero convertir.

Como toda construcción (ficción), entonces, puedo poner luz en aspectos de mi carrera relacionados con mi proyecto actual.

Puedo contar mis experiencias, aun las más dolorosas (despidos, reestructuraciones, conflictos con jefes, etc.) otorgándoles un sentido que ilumine, que dé coherencia y continuidad a mi historia apuntando hacia lo que quiero hacer.

Necesariamente es un trabajo que requiere ensayo.

Muchos ensayos.

Cómo digo lo que digo y qué digo cuando digo algo se vuelve muy relevante.

Este ensayo, consistente en hablar con gente de mi entorno, amigos, y contarles mi proyecto una y otra vez, va a ir moldeando mi biografía laboral y profesional de cara al futuro.

Mi historia laboral se va resignificando a la luz de nuevos acontecimientos.

Pero esta resignificación no ocurre por default. Tengo que trabajarla, unir los puntos, tener una idea de adónde me dirijo para poder usar la “brújula” de mi historia laboral de modo que me lleve o me acerque allí donde quiero ir.