Mariano Puig... un caballero con halo
Hoy he decidido volver a escribir un artículo en LinkedIn. Ayer de madrugada leí la noticia, y me entristeció pensar que no podría volver a interactuar con él.
Conocí a Mariano hace unos pocos años, cuando ya estaba jubilado y mayor. Tuve la suerte de participar en un proyecto destinado a nuevas generaciones que él sentía muy suyo. Le gustaba mucho estar al corriente de todos los avances y detalles, a pesar de su edad y su "en teoría" jubilación.
Recuerdo muy bien cuando lo conocí en el proceso de selección. Siempre me hizo sentir especial, interesándose no sólo por mi "experiencia", sino por mí. Una vez en el proyecto, de vez en cuando, me llamaba para entender cómo iba. Hablábamos un poco de todo... del trabajo pero también de mí. Me preguntaba mucho cómo estaba. Si me ilusionaba el proyecto. Si veía ilusión en las nuevas generaciones. Pienso que esto era una característica muy suya.
Mariano se interesaba por la "persona", de forma genuina y de verdad.
Un día, con muchísima ilusión, me regaló un libro que había escrito, con sus memorias. A pesar que podía haberlo publicado con una gran editorial, decidió hacerlo él por su cuenta y entregarlo a algunos amigos y conocidos. Un gesto que ilustra su forma de gestionar estos temas, siempre con la máxima discreción y humildad.
Siempre tenía detalles. Un día, recibí una carta en casa. Una nota manuscrita escrita por él, dándome las gracias por mi trabajo. Todavía guardo el mensaje que me emocionó. No había recibido nunca nada así de un "cliente".
Y, además de esto, siento que aprendí mucho de él. De sus anécdotas, de su forma de ver la vida, de sus orígenes, de su familia... y de sus valores. Su interés porque todo siguiera bien, unir personas, más allá de ideologías... y de involucrarse para mover determinados "hilos" sin tener un rol visible.
Y esto estoy segura que lo seguirá haciendo, desde allá donde esté. Siento que he sido una privilegiada por haberlo conocido y haber podido interactuar tanto con él. Y por esto hoy me siento triste, y contenta a la vez, por haberlo conocido.
Gracias Mariano.