La hora de la verdad
Experimentar un siniestro es un desafío emocional que pone a prueba la solidez de todo el sistema de seguros.
En este difícil momento, el asesor desempeña un papel insustituible al brindar apoyo, escuchar activamente las preocupaciones del cliente y ofrecer empatía sincera.
Desde que ocurre el incidente, el asesor se convierte en un guía confiable, actuando como un sherpa que acompaña al asegurado por los senderos del reclamo.
En situaciones de shock, los clientes pueden sentirse abrumados y desorientados.
Es esencial que comprenda desde el principio los detalles de la cobertura, incluyendo la indemnización probable y cualquier restricción aplicable.
Esta transparencia garantiza que pueda tomar decisiones acertadas para su futuro financiero, especialmente cuando enfrente la pérdida de flujo de ingresos que a menudo acompaña a un siniestro.
El proceso puede ser complejo y exigir una considerable cantidad de documentos, por lo que es fundamental colaborar en la recopilación y organización precisa de la información, ya que agilizará sensiblemente los tiempos de liquidación.
Proporcionar una visión general reduce el estrés del cliente y permite establecer expectativas realistas.
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Aunque la liquidación de la aseguradora sea eficiente, la presencia y el respaldo del asesor son imprescindibles, para garantizar que se sienta contenido en todo momento.
Si bien la buena fe es el principio fundamental de la industria, es responsabilidad del asesor actuar como un defensor imparcial del cliente en las negociaciones con la aseguradora, garantizando una compensación justa y completa.
Si no cumplimos con las expectativas, automáticamente perdemos su confianza, por lo que hay que mantener la calma, incluso en situaciones difíciles.
La verdadera esencia del servicio y el compromiso se ponen a prueba, y es aquí donde demostramos nuestro verdadero valor como asesores de seguros y nos diferenciamos claramente de otras opciones.
En definitiva, es la mejor instancia para defender nuestra profesión.
Todo lo indicado precedentemente es independiente de la magnitud del evento, en mi experiencia, estos son los trazos básicos que se observan de forma habitual.
La hora de la verdad, como dijo Jean-Paul Sartre, es el momento en que dejamos de fingir para ser quienes realmente somos.