Un Riesgo Catastrófico
La invención de la imprenta por Johannes Gutenberg en el siglo XV marcó un hito crucial en la historia de la humanidad al transformar radicalmente la difusión del conocimiento y el acceso a la información.
Este avance sentó las bases para el Renacimiento y la Ilustración, modificando la sociedad de su época.
Aunque no podemos recordar todo lo ocurrido desde entonces hasta nuestros días, el impacto fue perdurable a través de 17 generaciones posteriores que se vieron influenciadas por este invento revolucionario.
Internet, por su parte, se erigió como otro evento comparable al liberar el conocimiento y democratizar el acceso a la información de manera sin precedentes.
Ahora, la inteligencia artificial (IA) se presenta como una invención que podría seguir ese mismo camino.
Sin embargo si hacemos un primer análisis, ¿Es así?
Recientemente se ha establecido una alianza para trabajar en común entre Worldcoin, OpenAI y PayPal, que seguramente tendrá significativas implicaciones en la innovación tecnológica y los servicios financieros.
Worldcoin ha leído hasta el momento el iris de 2.000.000 de personas en el mundo a cambio de un puñado de criptomonedas, y obtiene información única que puede proporcionar pistas sobre la predisposición genética a ciertas enfermedades o condiciones médicas y quizás más.
Además, se comenta que se hará uso del iris como medio de identificación en una blockchain para generar una identidad global de cada individuo en el planeta Tierra.
Si sumamos la convergencia con la inteligencia artificial junto con una de las empresas más importante del mundo en servicios de pago, y agregamos a las monedas digitales (que los gobiernos desean rastrear en busca de trazabilidad), podría obtenerse un nivel de intrusión sin precedentes sobre la vida de las personas.
Hoy queramos o no, informamos en tiempo real nuestra actividad a través del celular a empresas y gobiernos.
Le transmití mi preocupación hace poco tiempo a un joven quien me dijo: "Google sabe de mí más que yo". ¿En qué puede cambiar mi vida si comparto un poco más información personal a cambio del uso gratuito de beneficios o pagos?
La recopilación de datos personales, especialmente biométricos, plantea desafíos en términos de privacidad y protección de datos, porque se puede llegar a un paso más lejos ya que pueden ser utilizados para el control de los seres humanos.
En el ámbito de los seguros, diríamos que enfrentamos un riesgo potencialmente catastrófico porque por su magnitud no puede ser dimensionado con precisión.
De ninguna manera me opongo al avance tecnológico; por el contrario, la humanidad se ha beneficiado enormemente con el advenimiento de nuevas técnicas.
Sin embargo, no podemos olvidar que en el pasado hubo muchas fórmulas exitosas para lograr la dominación de los pueblos.
Siempre existió, incluso en las peores condiciones, un último reducto de libertad: nuestros pensamientos, lo que sentimos en nuestro interior y no expresamos.
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Allí siempre fuimos libres; nadie había podido ingresar nunca, hasta ahora.
¿Tendremos más libertad o perderemos autonomía en el futuro?
¿Nos descartarán a nosotros y a nuestra descendencia de una cobertura de salud antes de contratarla por estar incluidos en una base de datos de enfermos potenciales?
¿Podrían impedir que tengamos hijos so pretexto de mejorar la humanidad y evitar gastos?
¿Estamos en los albores de una nueva forma de esclavitud?
¿Serán estos pensamientos y reflexiones demasiado extremas y erradas?
Lamentablemente, solo poseo preguntas sin respuestas. Tampoco sé si las hay aún.
Aunque surgen algunas voces críticas respecto a lo que está sucediendo, muchas son silenciadas bajo el lema de que no hay que oponerse a la modernidad.
Lo cierto es que existen pocas acciones concretas en ayuda del ser humano común, quien aún no ha encontrado su lugar en el mundo digital y no ha sido, ni es, debidamente protegido.
Desde lo individual, es poco lo que se puede hacer, pero debemos generar conciencia y reclamar a los gobernantes para que nos defiendan. Este es el humilde objetivo de este artículo.
Aristóteles escribió extensamente sobre la esclavitud en su obra "Política" y la justificaba en aquellos que, según él, carecían de la capacidad para gobernarse a sí mismos.
Sin embargo, también expresó:
"El peor tipo de esclavitud es aquella en la que el esclavo no sabe que lo es".
Estos pensamientos, 2374 años después, podrían transformarse en una realidad inevitable y además lo hacemos de manera voluntaria.
¿Lo habías pensado?
¡Hasta la próxima!