La Importancia de la Gestión de Riesgos en Corporaciones Bolivianas

En el competitivo y cambiante mundo corporativo de Bolivia, una de las herramientas más poderosas para asegurar el éxito de las empresas es la gestión de riesgos. Sin embargo, muchas organizaciones aún enfrentan un problema crítico: la tendencia a reaccionar ante los problemas en lugar de anticiparlos. Esta mala práctica de esperar a que los incidentes ocurran para recién actuar puede tener consecuencias graves, tanto en términos de tiempo y costos como en la calidad del proyecto, afectando incluso el alcance originalmente planificado.

El Impacto negativo de una Gestión Reactiva

En Bolivia, es común observar que algunas empresas no implementan sistemas preventivos adecuados, esperando a que surjan inconvenientes antes de tomar medidas. Si bien es cierto que algunas emergencias no pueden preverse, la falta de un enfoque estructurado para gestionar los riesgos puede llevar a las siguientes complicaciones:

• Incremento en los costos: Al no prever los posibles problemas, las soluciones de emergencia suelen ser más costosas. Por ejemplo, si un proyecto enfrenta un imprevisto técnico, la inversión para resolverlo de manera urgente puede superar con creces lo que se hubiera gastado en una medida preventiva.
• Retrasos en los plazos: Cuando los problemas no se abordan con anticipación, los plazos iniciales rara vez se respetan. Esto genera demoras que afectan no solo a la empresa, sino también a los clientes y a otros socios clave.
• Alteración del alcance: Sin una adecuada gestión de riesgos, es común que los proyectos sufran desviaciones en su alcance. El trabajo que inicialmente estaba claramente definido puede volverse más complicado y amplio, lo que conduce a una "corrupción del alcance" o, dicho de otro modo, a un incremento descontrolado de los requisitos del proyecto.

La Necesidad de una Cultura de Prevención

Para evitar estas problemáticas, es esencial que las corporaciones bolivianas adopten una cultura de prevención y proactividad en la gestión de riesgos. Esto implica:

1. Identificación temprana de riesgos: Evaluar constantemente las posibles amenazas y vulnerabilidades antes de iniciar cualquier proyecto o proceso.
2. Implementación de planes de mitigación: Establecer medidas concretas para abordar los riesgos identificados, minimizando su impacto potencial en la operación de la empresa.
3. Monitoreo constante: Realizar un seguimiento continuo de las operaciones y ajustes necesarios, de manera que los riesgos emergentes puedan ser atendidos de forma rápida y eficiente.

Un Llamado a la Acción

Bolivia se encuentra en una etapa clave de crecimiento económico y empresarial. Para aprovechar al máximo este momento, es fundamental que las empresas comprendan que la gestión de riesgos no es un gasto adicional, sino una inversión inteligente que garantiza la sostenibilidad y el éxito a largo plazo. Adoptar prácticas preventivas no solo protegerá a las organizaciones de sorpresas desagradables, sino que también contribuirá a mejorar su reputación y competitividad en el mercado.

Conclusión

El costo de no anticiparse a los problemas siempre será mayor que el de gestionarlos de forma proactiva. Es hora de que las corporaciones bolivianas transformen su enfoque y adopten una visión estratégica para asegurar que el éxito no dependa de soluciones de último minuto.

Shogun Shimose, PMP®