La importancia de trabajar en equipo

Una vez escuche una frase con la que empezaré este artículo, y es: nadie es mejor que todos juntos. Considero todo un desafío, hacer que personas con diferentes características encuentren la metodología de dirigirse hacia un mismo objetivo, velando en cada momento por los resultados.

Trabajar en equipo es más que agrupar a un grupo de personas, y hacerlas discutir las soluciones de cada problema. La convivencia en sí, necesita una serie de reglas donde se pone de conocimiento común, los límites para respetar espacios de otros. En cuanto al trabajo, se trata de respetar las ideas y planteamientos de otros miembros aun estando en desacuerdo, pero también saber refutarlos por si uno está en una situación opuesta.

Según mi investigación y experiencia en el trabajo con equipo, lo primero es tener conocimiento sobre la psicología humana, y saber que cada individuo es distinto. Entender los tipos de personalidades y cómo hablar en términos neutrales en los que todos puedan sentirse incluidos y parte del propósito, es la base para lograr la cooperación todos.

Alguna de las estrategias principales diría que es identificar a los miembros del grupo e indagar en las habilidades por las que destaca cada uno. Si bien es cierto, muchos creerán que las soluciones vienen de todos para todos. Pero en realidad, hay situaciones en que no se puede poner a una persona a resolver un problema que no resalta en la habilidad a la que va dirigida el problema en sí, y es mejor dársela a quien pueda tener mayor conocimiento del tema. Pero también hay que trabajar en que el equipo también pueda identificarse ellos mismos, de esa manera evitaremos malos entendidos de favoritismos.

La mayor ventaja de trabajar en equipo es definitivamente la lluvia de ideas y las opciones que surgen para resolver problemas de manera objetiva y balanceada. Existen situaciones extremas, en las que las soluciones deben repartir labores y es ahí, donde la responsabilidad es del equipo, concientizar y responsabilizar a cada miembro por su parte, hace que uno le deba al mismo equipo su mejor yo.

Como líder, toca enfocarse en los puntos en común del equipo, encontrar una sinergia con todos significa volver a la base, volver a la parte que a todos puede motivar para luego saltar a sus especialidades. Todos tienen una motivación, todos son humanos, y empezar por ahí es crucial si se quiere llegar a cada miembro del equipo y sacar lo mejor de ellos.

Algunas de las prácticas para motivar al equipo es primero conocerlos uno a uno. Darles tiempo para saber cómo retribuir los logros y como reconocerlos cuando han tenido un gran acierto. Ese tipo de cosas no se nos puede pasar. Desde mi experiencia, es lo más motivante para el equipo. Dejar que puedan exponer sus ideas y si son aceptadas, darles la oportunidad de trabajarlas hasta ponerlas en práctica. Que sientan libertad para crear y proponer los puede hacer sentir más cómodos y hacerlos prepararse para las reuniones de equipo, buscar un grado de competencia profesional en el día a día por mantenerse actualizados y conllevarse a explorarse ellos mismos cada vez más. Un ambiente retador también es muy motivante.