La importancia detrás del cambio para crear proyectos inmobiliarios de éxito (IV)

Nuevos retos demográficos

Nuestra industria florece cuando un país está en crecimiento, sea por demografía natural o migración. Esto significa; cuando personas de otros países vienen a vivir al nuestro o cuando la siguiente generación de habitantes es mayor que la anterior. En la actualidad, ésta es la fase por la cual está cursando nuestro país y gran parte de Sudamérica. Latinoamérica pasó de un crecimiento medio anual de 4.8 millones en el 1950, a casi 8.2 millones en 1990. 

Esta es una posición envidiable en comparación a otros países; la población infantil ha disminuido y el proceso de envejecimiento aún se encuentra en una etapa temprana. La mayor parte de la población está en un periodo económicamente activo y las oportunidades para el trabajo, el ahorro y la inversión ofrecen un panorama alentador. Los jóvenes gastan mucho y requieren de mayores inversiones en educación espacios de trabajo, tecnología y vivienda. 

Sin embargo, tenemos que saber aprovecharlo, pues como hemos ido analizando en los artículos anteriores, en las últimas décadas los países de la región han registrado profundos cambios demográficos. Entre ellos destacan la reducción de la tasa de crecimiento de la población, el gradual envejecimiento, el retraso de la maternidad y el descenso de la fecundación. Pues bien, todo esto, la CEPAL, Comisión Económica para América Latina y el Caribe, nos lo resume en números. A partir de 1990 el crecimiento empezó a disminuir y actualmente la región crece a un ritmo de 6 millones de personas al año y para el periodo 2020 -2025 se proyecta que la población dependiente (menores de 15 y mayores de 65 años) crecerá mas que la población en edad de trabajar (de 15 a 64 años) lo que indica el fin del bono demográfico regional.

Adicionalmente, esta población se incrementa sostenidamente en los próximos decenios y se espera que en el 2047 supere la población de menores de 15 años. Es más, se proyecta que en el 2050, 1 de cada 5 habitantes de Latinoamérica será mayor de 65 años. Vale recalcar que la población mayor se caracteriza por gastar menos y no requerir de grandes inversiones o nueva infraestructura como oficinas o casas. Por ende, cuando esto pasa, los bienes raíces dejan de ser un jugador importante en la economía

Por eso, necesitamos comprender que existe una correlación profunda entre la demografía, la economía y el ramo inmobiliario. Los demográficos no sólo permiten participar el gasto en vivienda, sino todo el abanico de productos inmobiliarios. Los gastos relacionados con la vivienda generalmente se dan entre los 30 años (cuando se compra uno su primera vivienda) y los 41 años (que es cuando se da el mayor gasto personal con la compra de la casa definitiva). Lo cual, a su vez, permite identificar cuándo se dará el máximo consumo generalizado para un país.

Pero las cosas vienen cambiando desde hace décadas y eso quiere decir que, como desarrolladores, tenemos que estar atentos. Los cambios que hemos venido trazando a lo largo de los artículos inciden de manera directa en la ola de consumo y en el comportamiento de los nuevos consumidores en nuestra industria por lo que tenemos que preguntarnos, si antes la primera vivienda se daba a los 30, ahora que las parejas recién consideren el matrimonio a esa edad ¿la primera vivienda cuándo se comprará? Si cada vez más parejas están dispuestas a postergar la llegada de hijos, ¿qué relevancia tendrá la posesión de una casa para una pareja que no tiene el espacio familiar como prioridad? De la misma forma, en vista del creciente interés por el estilo de vida global y de acumular experiencias que trascienden fronteras, ¿qué podremos ofrecerles a personas que buscan cada vez mayor movilidad y rechazan el estilo de vida sedentario?

Estar atentos a los cambios en el comportamiento social, hacernos preguntas y responder en el tiempo oportuno a las nuevas necesidades de nuestros consumidores serán los aspectos que determinen nuestra posición en el mercado. 

Nuestra industria debe adaptarse a los cambios de la sociedad y nosotros, como desarrolladores, debemos anticiparnos a sus necesidades, generando productos a su medida para, así, poder desarrollar proyectos inmobiliarios de éxito.