La INNOVACIÓN en las empresas es una necesidad estratégica.

Según el estudio del Global Innovation Index de 2021, España está ubicada en la posición número 30 en INNOVACIÓN a nivel mundial. Aunque tenemos mejoras respecto a años anteriores en diversos indicadores, es una posición realmente baja.

En el contexto empresarial, la innovación se refiere a la aplicación de ideas novedosas, métodos, productos o procesos que generan valor, mejoran la competitividad y conducen al crecimiento sostenido.

En el ámbito industrial, la innovación implica la introducción continua de cambios significativos en todas sus áreas de gestión y de operaciones de compra, manufactura stock, ventas y cadena de distribución que generan unas ventajas notables frente a la competencia entre las que se incluyen:

• Ventajas competitivas, mayor diferenciación sobre la competencia que permiten mayores márgenes de beneficio.
• Mayor flexibilidad para adaptarse a los cambios necesarios del mercado y del entorno.
• Mejora en la calidad de la gestión interna y externa, que genera mayor eficiencia y mejora de productos.
• Mayor atractivo para la captación del talento.
• Mayor satisfacción del cliente, cubriendo sus expectativas, tanto en productos como en servicio.
• Son organizaciones que siempre trabajan sus proyecciones y planificación estratégica sobre el incremento de ingresos, mayor rentabilidad y diferenciación.

Esto es, un coctel perfecto para el crecimiento imparable.

Con todo lo expuesto, aprendemos que la innovación en las empresas es de necesidad estratégica y, por tanto, crítica. Las empresas necesitan innovar en toda su gestión para ser competitivos y crecer, de forma sostenible en el tiempo. De otra forma, conseguirán subsistir en el mejor de los casos, y muchas morirán.

Llegados a este punto, para entender y a discernir las posibles causas, los diversos problemas, que tenga la empresa española para generar innovación, debemos conocer cuales son los fundamentos sobre los que se asientan los entornos propicios para la generación y aplicación exitosa de ideas innovadoras dentro de las empresas.

Esos fundamentos en los que podemos estar fracasando en España, los podemos resumir en los puntos siguientes:

1. Liderazgo comprometido con sus trabajadores: el compromiso y la promoción de la innovación por parte de los líderes y directivos son esenciales. Deben fomentar un ambiente de apertura, apoyo y recompensa para la generación de ideas innovadoras.

2. Cultura de la innovación: como se mencionó anteriormente, una cultura organizativa que valore la innovación es fundamental. Esto implica promover la creatividad, el aprendizaje, la toma de riesgos y la experimentación. Los empleados deben sentirse alentados y empoderados para proponer nuevas ideas y soluciones sin miedo al fracaso.

3. Alineación de la organización con la estrategia empresarial: la innovación debe estar alineada con los objetivos estratégicos de la empresa. Debe apoyar y complementar la misión, visión y metas a largo plazo de la organización.

4. Estructuras y procesos flexibles: Los sistemas y procesos en la empresa deben ser flexibles y ágiles para permitir la implementación y ejecución de nuevas ideas. Una estructura organizativa que fomente la colaboración interdepartamental y permita la rápida adaptación a cambios es fundamental.

5. Colaboración interna y externa: fomentar la colaboración entre equipos internos y, además, con fuentes externas como clientes, proveedores, universidades o startups enriquece de forma sobresaliente el proceso innovador, al aportar diferentes perspectivas, conocimientos y oportunidades.

6. Capacitación y desarrollo del talento: proporcionar a los empleados herramientas, formación y capacitación en técnicas de creatividad, resolución de problemas y pensamiento innovador es esencial para fomentar un entorno propicio para la innovación.

7. Métricas y seguimiento: establecer indicadores y sistemas de seguimiento para evaluar la situación histórica, el progreso, los resultados y sus las iniciativas de innovación aplicada es fundamental. Esto permite medir el impacto de las inversiones y ajustar estrategias y tácticas según sea necesario.

8. Inversión en investigación y desarrollo (I+D): destinar recursos a la investigación y desarrollo es fundamental para la generación de ideas innovadoras y la creación de nuevos productos, procesos o servicios. Esta inversión puede ser tanto en tecnología como en la formación y capacitación del personal.

En conjunto, estos fundamentos proporcionan los cimientos necesarios para crear una cultura de innovación en la empresa. Cuando se implementan de manera coherente y se fomentan de manera proactiva, impulsan el desarrollo de nuevas ideas y soluciones que marcan la diferencia en entornos muy complejos y volátiles.

Ahora, desde la perspectiva relacional que puedan tener estos fundamentos ya enumerados, nos damos cuenta de que todos ellos están relacionados con el liderazgo y los empleados como el activo más importante en la generación de innovación continua.

Con todo lo expuesto, aprendemos que la empresa española puede llegar a tener problemas serios de CULTURA EMPRESARIAL que son muy básicos y que deben superarse para crecer en entornos complejos y volátiles, para comenzar a escalar ese ranking tan bajo que tenemos. Esto se relaciona, directamente, con esa cantidad de quiebras de las que, lamentablemente, somos casi líderes y que comentábamos en nuestro anterior artículo “COMO ENFRENTAR SITUACIONES EMPRESARIALES CRITICAS PARA EVITAR QUIEBRAS“

Luis Gómez Segura

Asesor Ejecutivo para la Transformación, la Implementación Estratégica y el Desarrollo Sostenido en las Empresas.

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