¿La Inteligencia Artificial aplacará nuestra propia inteligencia como humanos?
En la era digital, la inteligencia artificial (IA) se ha convertido en una herramienta omnipresente, transformando industrias, mejorando la eficiencia y facilitando innumerables aspectos de nuestra vida diaria. Sin embargo, esta tecnología también ha suscitado una serie de preguntas y preocupaciones, entre ellas, si la IA podría, paradójicamente, "volver tontos" a los humanos. ¿Estamos delegando tanto en la IA que estamos perdiendo habilidades cognitivas cruciales?
El auge de la dependencia tecnológica
No es un secreto que la tecnología ha cambiado la manera en que interactuamos con el mundo. Desde los teléfonos inteligentes hasta los asistentes virtuales, dependemos de dispositivos y algoritmos para tareas que antes realizábamos manualmente o con más esfuerzo mental. La automatización y la facilidad de acceso a la información son dos grandes beneficios de la IA, pero también han generado una tendencia hacia la dependencia excesiva.
Por ejemplo, antes de la era de los teléfonos inteligentes, memorizar números de teléfono o saber orientarse en una ciudad eran habilidades comunes. Hoy en día, rara vez se memorizan números de teléfono, y aplicaciones como Google Maps han reemplazado la necesidad de conocer nuestras ciudades. Esta conveniencia, aunque útil, puede estar erosionando ciertas capacidades cognitivas, como la memoria o la habilidad para resolver problemas sin asistencia tecnológica.
La paradoja de la inteligencia artificial
La IA está diseñada para hacer nuestras vidas más fáciles, pero también existe la preocupación de que, al automatizar procesos cognitivos, los humanos podríamos estar perdiendo la capacidad de realizar esas mismas tareas. La paradoja es que, cuanto más inteligente se vuelve la IA, más podemos depender de ella, y en ese proceso, podríamos perder habilidades que alguna vez fueron fundamentales.
Sin embargo, es importante señalar que la IA no tiene por qué reducir nuestra inteligencia. En lugar de volvernos "tontos", la IA podría estar liberando espacio mental y tiempo que antes dedicábamos a tareas rutinarias. Este tiempo podría ser utilizado para el desarrollo de nuevas habilidades, la creatividad y el pensamiento crítico, aspectos que las máquinas, al menos por ahora, no pueden replicar completamente.
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Educación y la importancia del pensamiento crítico
Una de las claves para evitar que la IA disminuya nuestras capacidades cognitivas es la educación. Es fundamental que la enseñanza evolucione para preparar a los individuos a interactuar de manera crítica y reflexiva con la tecnología. En lugar de simplemente enseñar a utilizar herramientas tecnológicas, la educación debe enfocarse en el desarrollo del pensamiento crítico, la resolución de problemas y la creatividad.
Además, es crucial promover la alfabetización digital, para que las personas no solo sepan usar la tecnología, sino que comprendan cómo funciona y cuáles son sus implicaciones. De esta manera, podemos asegurarnos de que la IA se utilice como una herramienta para potenciar, en lugar de reemplazar, nuestras capacidades humanas.
¿Aliado o enemigo?
La inteligencia artificial, como cualquier otra herramienta, tiene el potencial de ser tanto un aliado como un riesgo para nuestras capacidades cognitivas. Si bien es cierto que la dependencia excesiva de la tecnología puede llevar a una pérdida de habilidades, también es cierto que, utilizada de manera consciente y equilibrada, la IA puede liberar nuestro potencial creativo y cognitivo.
El reto radica en cómo elegimos interactuar con esta tecnología. Si nos volvemos usuarios pasivos que dependen completamente de la IA para cada aspecto de nuestra vida, corremos el riesgo de perder habilidades valiosas. Pero si utilizamos la IA como un complemento para nuestras capacidades humanas, podemos asegurarnos de que nos mantengamos mentalmente activos y creativos en un mundo cada vez más automatizado. La inteligencia artificial no tiene que volvernos "tontos"; al contrario, puede ayudarnos a ser más inteligentes si aprendemos a utilizarla correctamente, liberando nuestro gran potencial sin que dependamos de los limites biologicos de nuestro cerebro, vamos a ser humanos en nuestra máxima expresión.
Para cerrar, contaré una experiencia que ocurrió hace un año con el advenimiento de los LLMs, de tal modo que se ilustre un punto clave. Les asigné una tarea a un par de ingenieros, uno con 8 años de experiencia y otro con 6 meses de experiencia, indicando que para su realización se usaría IA para hacerlo más eficientemente. El resultado fue ampliamente diferente a pesar de que había sido resultado de la IA. La experiencia jugó un rol vital en dar órdenes a la IA. Entender un propósito no es una tarea trivial, existiendo múltiples maneras de lograrlo. La IA potencia la ya existente experiencia, habilidad, conocimiento e incluso inteligencia humana.
Me preguntaron: ¿la Inteligencia Artificial nos volverá más tontos? La IA nos liberará de la barrera que nos impone nuestro propio cráneo al no dejar crecer más nuestra neocorteza cerebral. Rompemos el canal vaginal de nuestra madre al nacer si esta creciera más. Esto limita fuertemente nuestra capacidad de abstracción. Así como una gallina no tiene la capacidad de abstraer que un triángulo tiene tres lados y tres ángulos, y no se lo puede imaginar debido a la carencia de neocorteza en esta, hay cosas que no podemos abstraer ni tampoco siquiera imaginar debido a esta misma carencia. Somos extremadamente ignorantes con respecto al cosmos, conociendo tan solo una parte mínima de cómo opera. Al unificar nuestra mente con la IA, tendremos la posibilidad de descifrar el complicado universo que estamos tan lejos de entender y resolver los problemas que tenemos como especie.