La Magia de Ser Más...
En nuestra vida cotidiana, nos encontramos frecuentemente con la pregunta: "¿Quién eres?" Y, de manera natural, tendemos a responder mencionando nuestro nombre seguido de nuestro trabajo.
Reflexión: Hace poco tiempo en una reunion, me di cuenta que todos nos presentamos y siempre hablamos de el trabajo como la etiqueta que va de frente en el dialogo y no pude evitar pensar que, no es de extrañar, ya que el trabajo ocupa gran parte de nuestro tiempo y, en cierta medida, es nuestra carta de presentación ante el mundo.
Pero, ¿acaso somos solamente lo que hacemos para ganarnos la vida?
Hoy te invito a pensar sobre esa pregunta y a explorar lo maravillosamente complejos y diversos que somos más allá de nuestro trabajo.
Somos seres de infinitas facetas, en constante crecimiento y evolución. Intentar definirnos mediante términos o etiquetas podría limitar nuestra esencia. Cada uno de nosotros es como un arcoíris de emociones, somos experiencias y pasiones que se combinan para formar un ser único e inigualable.
Somos sueños que vuelan libres en la noche, somos risas compartidas con amigos, somos lágrimas que dan sentido a nuestra sensibilidad, somos abrazos cálidos que reconfortan el alma.
Es cierto que hay personas que encuentran una gran satisfacción en su trabajo y sienten que es una parte fundamental de su identidad. Y está bien.
Todos somos diferentes y lo que nos llena y nos hace sentir realizados puede variar ampliamente. Pero, incluso para aquellos que aman su ocupación, es esencial recordar que somos más que eso.
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Nos apasionan diversas actividades y aficiones que nos conectan con nosotros mismos y con los demás.
Podemos ser aficionados a la pintura, apasionados de la música, entusiastas de la cocina o amantes del deporte. Estas pasiones nos nutren y nos permiten crecer en diferentes aspectos de nuestra vida. Nos ayudan a conectarnos con nuestra esencia más profunda y nos recuerdan que la vida es una aventura llena de color y posibilidades.
La vida está llena de momentos preciosos que nos definen como individuos. Los pequeños gestos de amabilidad que mostramos a los demás, el apoyo incondicional que brindamos a nuestros seres queridos, las risas compartidas con amigos cercanos; todos estos momentos construyen nuestra verdadera identidad.
Incluso en los momentos más difíciles, demostramos nuestra fuerza y resiliencia. Somos luchadores silenciosos que enfrentan adversidades con valentía y determinación. En cada obstáculo superado y en cada lección aprendida, crecemos y nos volvemos más fuertes.
Es curioso cómo tendemos a etiquetar a los demás y a nosotros mismos por nuestras ocupaciones. Asumimos que alguien con un cargo de director creativo es automáticamente innovador, abierto y divertido. Pero ¿Qué pasa si nuestro panadero también tiene estas cualidades? No deberíamos dejarnos llevar por estereotipos y prejuicios. Cada individuo es un universo de virtudes y experiencias únicas.
Así que, la próxima vez que alguien te pregunte: "¿Quién eres?", no dudes en mencionar tu trabajo si eso te llena de orgullo, pero también permítete abrir tu corazón y compartir esas otras partes maravillosas de ti mismo. Habla sobre tus pasiones, tus sueños, tus momentos de felicidad y tus metas.
Abracemos con alegría todas las maravillosas dimensiones que nos hacen únicos y especiales.