La Marca: reputación y prosperidad

Tarek Yorde

Consultor en marketing y comunicación.

En la llamada “sociedad global de la información” la marca de una empresa o institución es mucho más que un diseño gráfico o un emblema inerte. 

La MARCA es un flujo constante de mensajes y acciones. Es el resultado de sumar una iconografía que refleje principios éticos, mensajes claros y conductas coherentes. Es una personalidad, expresada en formas, colores, valores, mensajes y acciones. Algunos lo llaman “branding” porque va más allá del diseño gráfico y se extiende a todas las prácticas e interacciones de la Empresa frente a sus empleados y consumidores. 

Ser fácilmente identificables, comprensibles y bien valorados es un objetivo estratégico para cualquier empresario o gobernante. Porque de estos atributos dependen los beneficios que obtendrá el Líder de la organización. Y esto se traduce en votos si estamos hablando de gobiernos o ventas si hablamos de negocios. 

Muchas veces se dice que la marca corporativa de una empresa o institución es su principal activo y es cierto, porque toda transacción económica se inicia con la Confianza, es decir, que alguien “crea” en tu oferta de servicios o productos y que esa misma persona esté dispuesta a pagar por eso que tú ofreces. La buena reputación que tengas ante los ciudadanos o consumidores definirá la prosperidad y el éxito de tus operaciones.

La construcción de una marca exitosa va mucho más allá de un simple logotipo, símbolo o tema musical. Es un proceso complejo en el cual debemos integrar la arquitectura y ambientación del edificio o local sede; el trato que los empleados den a los ciudadanos/consumidores; los mensajes impresos y audiovisuales que se transmiten y la calidad y coherencia de los intercambios entre usuarios y representantes de la organización. Por eso se dice que “la reputación se construye en años y se destruye en minutos”.

La gestión de la marca corporativa no debe dejarse en manos inexpertas o cambiantes, tampoco puede asumirse como una actividad estética que termina en una fecha determinada, porque en ella se juegan la credibilidad, la prosperidad y la vida misma de la organización. La Comunicación y la Gestión de la Marca son alas de un mismo avión, deben mantenerse en movimiento, estables y bien dirigidas.