La mayoría de los políticos no tienen conocimientos ni experiencia en gestión empresarial, no saben cómo es una empresa por dentro ni cómo funciona.
Escritor sevillano, consultor de procesos empresariales, coach empresarial (comercial y ejecutivo). Manuel Jigato (Sevilla, 1964), ha trabajado para el grupo T-Systems, Siemens y en la española Mapfre.
– ¿Cómo ves el futuro tras los momentos que afrontamos?
– Cuando la economía iba bien, me refiero a la doméstica, el peso del sector industrial en el PIB estaba por encima del 23%; en diciembre de 2019 sobrepasaba levemente el 19%, lo cual ya era deficitario; en el 2020 no sobrepasaba el 11%. La gestión política no ha estado ni está a la altura de las circunstancias. Nos va a hacer falta mucha creatividad, y saber apretar los dientes.
– ¿Empresa o política?
– Empresa; es más cercana y humana. En la política actual hay muchos personalismos y poco liderazgo. Esto atrae muchos egos y una radicalidad peligrosa.
– ¿Qué le falta a las empresas para crecer?
– Consciencia y liderazgo. La gestión del conocimiento es necesaria, la gestión del talento, también; sin embargo la componente más crítica, hoy en día, es saber ejercer un liderazgo consciente, ágil, rápido y capaz de implicar a todos. Nos movemos en un mundo globalizado con cambios tremendos.
– ¿Y el aspecto económico y financiero no lo consideras importante?
– Son consustanciales a la empresa, se dan por hecho. Deben ser asignaturas más que aprobadas antes de comenzar.
– La trampa, ¿qué le falta a la política?
– Personas con conocimientos y experiencia. La mayoría de los políticos no tienen conocimientos ni experiencia en gestión empresarial, peor aún, no saben cómo es una empresa por dentro, ni cómo funciona. Si no saben gestionar una pyme, ¿cómo van a gestionar unos Presupuestos Generales del Estado?, ¿cómo van a saber gestionar todos los recursos de un país? De ahí se comprende el excesivo número de asesores y consultores.
– ¿Qué hace falta para ser empresario?
– Tener espíritu aventurero, y me refiero a aquel espíritu de los siglos XV, XVI y XVII. Hoy no vamos a descubrir o explorar nuevas tierras, pero sí nuevos mercados, oportunidades y modelos de negocio. Nuestro modelo de siempre tiene que cambiar; en muchas ocasiones, pequeños retoque producen grandes cambios y negocios inteligentes.
– ¿Qué hace falta para ser político?
– ¿Hoy en día?, no tener alma. El político de hoy en día está más centrado en su YO, en su partido e intereses que en la ciudadanía.
– ¿Quiénes son tus clientes?
– Son personas y empresas que creen en el factor humano, dispuestas a los cambios, a crecer y a probar nuevas formas. Sobre todo que crean en sí mismas. Cuando me preguntan por el éxito de otras empresas, los descarto, muestran, de forma subjetiva, su desconfianza en sí mismas o en mí.
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– Hablas con frecuencia de objetivos ¿tan importante son?
– Lo son, aunque no son inamovibles. Para llegar a algún sitio debo saber a dónde voy, llegar a ninguna parte no le interesa a nadie. Conocer desde dónde se parte también es necesario para trazar un rumbo.
– ¿Y tus objetivos?
– En lo personal, me lo guardo para mí. En lo profesional y empresarial, a largo plazo – 10 ó 12 años – quiero dejar un legado que otros puedan seguir. Eso no quiere decir que luego no siga entrenando, pero será a otro ritmo; y evidentemente seguiré escribiendo y, sobre todo, viajando.
– ¿En qué sector invertirías?
– En dos industrias imparables del sXXI: en la biotecnología y en personas.
– Un político que contratarías.
– Sin duda alguna, a Pablo Iglesias.
– ¿Pablo Iglesias, el líder de UP?
– Sí, por qué no. Es un tipo interesante. Aprendería algunas cosas de él, y él vería algunas realidades; así haría prácticas en gestión de presupuestos. Algunos compañeros suyos de gobierno dudaban de su capacidad. Aunque no creo que quiera ser contratado. Ya es rico, en comparación con la media de los españoles, y sin hacer nada. No en vano, según Escrivá, Iglesias entraría en aquella “panda de vagos” de cargos podemitas del Gobierno.
– Un empresario ideal para ser político.
– Mario Conde. Muchos me critican por esto. Su pasado no me interesa. De sus errores habrá aprendido. Conocimientos, experiencias y capacidades, le sobran.
– Sevillano, ¿Semana Santa o Feria?
– La Semana Santa en Sevilla es muy emocional; está llena de sentimientos, recogimiento y fe. En la Feria el sevillano desborda de alegría, que es otra emoción. Me considero una persona muy emocional, así que ambas me vienen como anillo al dedo.
– Antes de despedirnos, un deseo y un consejo.
– ¿Un deseo?, que salgamos pronto, sanos y bien, de este estado tan complicado. ¿Consejo?, no me gusta darlos, pero si me obligas: sobre todo que se sea feliz, a pesar de las dificultades, y que se mire siempre de frente a la vida. Merece la pena vivirla.