La meta del 3% de inflación del BCRP es arbitraria
Alejandro Narváez Liceras(*)
El Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) está empeñado en que la inflación vuelva a su meta del 3%. Si bien el 3% puede considerarse una especie de "punto óptimo" para la inflación, ni tan alto que las empresas y hogares tengan dificultades para hacerle frente, ni tan bajo que enfrié o sofoqué la actividad económica del país, no obstante, dicha tasa es arbitraria y tiene efectos perversos para la economía y el empleo. Veamos.
Algunos antecedentes
Antes de la década de 1990, los bancos centrales no tenían un objetivo de inflación numérico establecido a-priori. Por ejemplo, para el Banco Central de los EE.UU. (FED, por siglas en inglés), el objetivo fue durante mucho tiempo la estabilidad de precios, junto con un bajo desempleo. Cuando la FED luchó contra el gran episodio de inflación a fines de los años 70 y 80, elevando su tasa de referencia más del 19%, no tenía un objetivo de inflación numérico declarado públicamente.
El régimen de “metas de inflación” ampliamente adoptado por los bancos centrales de occidente se originó en Nueva Zelanda (1989) que atravesaba por un periodo de alta inflación. Sorprendentemente, tal decisión no fue fruto de ningún estudio académico o de investigación previo, sino, como dicen sus críticos surgió de la “casualidad”. A partir de entonces los bancos centrales se sumaron a la corriente de fijar metas de inflación con honrosas excepciones como el caso del Banco Popular de China.
A pesar de las alarmantes tasas de desempleo y subempleo existentes principalmente en los países en vías de desarrollo, muchos bancos centrales no consideran la creación de empleo parte de su mandato. Es decir, la política monetaria en curso se limita a restringir la inflación a cifras de un dígito bajo. Actualmente, las autoridades monetarias están obsesionadas con la inflación y para alcanzar su meta prevista (hasta ahora sin lograrlo) han subido las tasas de política monetaria a nivel inusuales a costa de otros indicadores económicos como el empleo y el crecimiento económico. Pregunto: ¿Es posible apagar la inflación sin afectar el mercado laboral? ¿Necesitamos una recesión económica para bajar la inflación?
El BCRP y su meta
Como era de esperar, el BCRP se ha sumado al esquema de metas explícitas de inflación desde el año 2002. Bajo este nuevo esquema, el banco contempla un rango entre 1% y 3%, para la tasa de inflación, medida como la variación porcentual del Índice de Precios al Consumidor de Lima Metropolitana (IPC) anual y calculada por el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI). Si la inflación se sitúa por encima de la meta, el banco puede elevar su tasa de política monetaria a corto plazo y también influir en las tasas a más largo plazo para que a los hogares y a las empresas les sea más caro endeudarse. El mayor costo del crédito significa que a la gente le resulta más oneroso gastar. Esto reduce la demanda y, por ende, crece menos la inflación y descienden las expectativas de aumento de precios.
La meta de inflación es arbitraria
La evidencia empírica sugiere que la meta de inflación del 2% o 3% o como actualmente tiene Brasil del 4.75% es, de hecho, arbitraria. Brigitte Granville, profesora de Economía Internacional en la Universidad Queen Mary de Londres, en una reciente entrevista (julio 2023) hace referencia a su libro “Recordando la Inflación “(2013), donde menciona entre otras cosas, que las variaciones en la tasa de inflación en torno del 5% no tienen ningún efecto material, ni positivo ni negativo, en las tasas de crecimiento económico real, especialmente si la tasa de inflación no es muy volátil. Desde entonces, no hay ninguna nueva investigación que arroje dudas sobre esta conclusión, añade.
Los monetaristas creen que la inflación es un fenómeno exclusivamente monetario, y para lograr la estabilidad de precios es necesario controlar la cantidad de dinero en circulación y por ello la política monetaria es el instrumento natural para controlar la inflación. Por tanto, los bancos centrales serían las instituciones encargadas de lograr ese objetivo de estabilidad de precios.
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En cambio, otros investigadores como John Cochrane (2023) de la Universidad de Stanford, autor del libro “Teoría fiscal del nivel de precios”, sostienen que la inflación no está causada simplemente por un aumento de la oferta monetaria, como dicen los monetaristas, en su opinión, el dinero no es más que otra forma de deuda pública. Los bancos centrales por sí solos no pueden parar la inflación. Las tasas de interés elevadas no solo son incapaces de bajar la inflación, sino que empeoran el problema. Esta conclusión contradice abiertamente la sabiduría convencional que viene desde los años de Milton Friedman. El mundo cambia, las economías evolucionan, nada permanece igual, las teorías y los modelos económicos también cambian.
Cada periodo de inflación es diferente. La inflación de la década de 2020 está siendo diferente de aquella de los años 70 y 80. Diferentes crisis de inflación requieren diferentes soluciones o respuestas. Elevar tasas 775 puntos básicos (7.75%) en 12 meses como lo hizo el BCRP, es un enfoque contundente y dañino. El banco puede y debe desarrollar herramientas que sean más quirúrgicas y menos destructivas.
El objetivo de inflación actual de 3% del BCRP está vigente más de dos décadas. El problema: es un número inventado sin sentido y sin evidencia empírica que lo respalde. Como dijo Roger Ferguson (junio, 2023), exvicepresidente de la FED, al referirse a la tasa meta de los EE.UU. del 2%, se trata de un número aleatorio. Recomienda a los bancos centrales elevar los objetivos de inflación al 4% y esta tasa tendría poco costo para los países y evitaría futuras recesiones.
Por otro lado, sostiene que las encuestas de expectativas de inflación direccionadas son inútiles. El mundo es más complejo, aleatorio y global que nunca. La multiplicación de incógnitas ha hecho que la previsión económica sea aún más difícil. Pero para predicciones hilarantemente erróneos, nada mejor que encuestar a personas al azar sobre donde creen que estará la inflación en 12 meses o 2 años.
Preguntas necesarias
Por lo dicho antes, una evaluación exhaustiva del “punto óptimo” requeriría al menos responder a las siguientes preguntas. Una sería: ¿Qué tan precisas son las medidas de inflación del INEI? Hay quienes creen que las tasas de inflación públicamente disponibles no se ajustan a la realidad, tienen errores de recopilación de datos y, con frecuencia, conducen a conclusiones erróneas. En segundo lugar, debemos preguntarnos ¿existe una tasa de inflación óptima? de ser afirmativa la respuesta ¿Cuál es, esa tasa: 3% o quizás 4%?
Una tercera pregunta sería: ¿es preferible una tasa de inflación estable a una que varíe significativamente, al menos dentro de un rango razonable? Si es así, debemos preguntarnos si el BCRP puede, de manera realista, mantener relativamente estable una tasa de inflación por encima del 3%. Puesto que el Banco Central se ha irrogado el derecho de contralar la inflación, mi cuarta pregunta es: ¿Qué hace el gobierno, y dónde queda su política fiscal? (publicado el 23/09/03.
Este articulo también puede leerse en: www.alejandronarvaez.com
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(*) Es profesor principal de Economía Financiera en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y director del Instituto Internacional de Economía y Empresa.