La moral provisional de Descartes

La moral provisional de Descartes

Introducción: Descartes y su contexto filosófico

René Descartes (1596-1650) fue un filósofo, matemático y físico francés, considerado el padre de la filosofía moderna y el fundador de la geometría analítica. Su pensamiento se enmarca en el siglo XVII, una época de profundos cambios científicos, políticos y religiosos, que cuestionaron el saber tradicional basado en la autoridad de Aristóteles y la Iglesia.

Descartes se formó en el colegio jesuita de La Flèche, donde recibió una educación humanista y escolástica, pero pronto se sintió insatisfecho con los conocimientos que le ofrecían las letras y las ciencias. Buscó entonces una nueva forma de acceder a la verdad, que fuera más segura y universal que la que proporcionaban los sentidos y la razón común. Para ello, se inspiró en el método matemático, que le parecía el más claro y evidente de todos.

Su proyecto filosófico consistió en aplicar el método matemático al ámbito de la filosofía, es decir, a la búsqueda de los principios más generales y fundamentales del conocimiento y de la realidad. Para ello, se propuso dudar de todo lo que pudiera ser dudado, hasta llegar a una idea que fuera indubitable, y a partir de ella, deducir todo lo demás. Esta idea fue el famoso cogito: “Pienso, luego existo”, que expresaba la certeza de su propia existencia como sujeto pensante.

A partir del cogito, Descartes desarrolló su metafísica dualista, que distinguía entre dos sustancias: la res cogitans (la cosa pensante, es decir, el alma o la mente) y la res extensa (la cosa extensa, es decir, el cuerpo o la materia). También demostró la existencia de Dios, como garante de la verdad y de la armonía entre el alma y el cuerpo. Y finalmente, explicó las leyes del movimiento y de la naturaleza, basándose en la geometría y la mecánica.

La moral provisional: concepto y sentido

Pero mientras Descartes llevaba a cabo su ambicioso proyecto filosófico y científico, que le exigía mucho tiempo y dedicación, también tenía que seguir viviendo y actuando en el mundo práctico, donde se planteaban problemas morales y políticos que no podían esperar a ser resueltos. Por eso, Descartes se vio obligado a adoptar una moral provisional, es decir, un conjunto de reglas o máximas que le sirvieran de guía para su conducta, mientras no tuviera una moral definitiva, basada en la razón y en la ciencia.

La moral provisional de Descartes tiene dos sentidos: por un lado, es provisional porque es temporal, es decir, está sujeta a ser revisada y mejorada cuando se disponga de una moral más sólida y fundamentada. Por otro lado, es provisional porque es mínima, es decir, contiene lo esencial y necesario para vivir de forma honesta y prudente, sin entrar en cuestiones complejas o controvertidas.

La moral provisional de Descartes se compone de cuatro reglas, que él mismo expone en el Discurso del método, y que son las siguientes:

  1. Obedecer las leyes y costumbres de mi país, y seguir la religión en la que fui educado, manteniendo una fe moderada y tolerante.
  2. Ser firme y resuelto en mis acciones, y seguir las opiniones más razonables y probables, sin cambiarlas por dudas o caprichos.
  3. Vencerme a mí mismo antes que a la fortuna, y cambiar mis deseos antes que el orden del mundo, conformándome con lo que tengo y buscando lo mejor posible dentro de lo posible.
  4. Hacer un examen de mi propia conducta, y cultivar la virtud y el conocimiento, siguiendo el ejemplo de los sabios que más me han admirado.

La moral provisional: valoración y crítica

La moral provisional de Descartes tiene varios aspectos positivos y negativos, que podemos valorar y criticar desde una perspectiva actual.

Entre los aspectos positivos, podemos destacar:

  • La moral provisional es una moral práctica, que se adapta a las circunstancias y necesidades de la vida, sin pretender imponer dogmas o verdades absolutas.
  • La moral provisional es una moral racional, que se basa en el uso de la razón y el método, y que busca la claridad y la evidencia en las decisiones morales.
  • La moral provisional es una moral autónoma, que se funda en la propia voluntad y responsabilidad del sujeto, y que le permite ser dueño de su destino y de su felicidad.

Entre los aspectos negativos, podemos señalar:

  • La moral provisional es una moral conservadora, que se somete a las leyes y costumbres de la sociedad, y que no cuestiona ni critica las injusticias o los abusos que puedan existir.
  • La moral provisional es una moral individualista, que se centra en el propio interés y bienestar, y que no tiene en cuenta las necesidades y derechos de los demás, ni el bien común.
  • La moral provisional es una moral incompleta, que deja de lado muchos problemas y dilemas morales que requieren de una reflexión más profunda y de una fundamentación más sólida.

Conclusión: la moral provisional y la moral definitiva

La moral provisional de Descartes es, en definitiva, una moral transitoria y limitada, que sirve para orientar la conducta en el ámbito práctico, mientras se espera una moral definitiva, que sea el resultado de la aplicación del método y de la ciencia al ámbito moral. Sin embargo, Descartes nunca llegó a elaborar esa moral definitiva, que quedó como un proyecto pendiente y frustrado.

¿Por qué Descartes no pudo desarrollar una moral definitiva? Podemos apuntar algunas posibles razones:

  • Porque su metafísica dualista planteaba una separación radical entre el alma y el cuerpo, entre la razón y la pasión, entre el conocimiento y la acción, que dificultaba la integración y la armonía de los distintos aspectos de la vida humana.
  • Porque su método matemático era demasiado rígido y abstracto, y no podía aplicarse adecuadamente a la realidad moral, que es compleja y cambiante, y que exige una sensibilidad y una flexibilidad que el método no podía ofrecer.
  • Porque su concepción de la libertad era demasiado absoluta e indeterminada, y no podía dar cuenta de las condiciones y los límites que afectan a la voluntad humana, ni de los valores y los fines que orientan la acción moral.

Así pues, podemos concluir que la moral provisional de Descartes fue un intento honesto y prudente de vivir de acuerdo con la razón, pero que también fue un intento insuficiente y problemático, que dejó abiertas muchas cuestiones y desafíos que otros filósofos posteriores intentaron resolver.

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