La navidad no se trata de mí, se trata de ti.

La navidad no se trata de mí, se trata de ti.




Hace algunos días, en torno a la celebración del nacimiento del niño Jesús, sostenía una conversación con una familiar que viajaba a mi lado 
mientras recorríamos el camino a nuestras casas. El horario y las condiciones festivas promovían un tráfico saturado, por lo que debíamos tener una amena conversación para hacer grato el camino.  Me gustaría poder decir que somos los mejores conversadores en nuestra familia y que la diversidad de temas fluyen fácilmente.  No, no lo somos, sin embargo, nos hizo falta camino para continuar conversando. 

Recientemente en la familia hubo una pérdida de un ser querido, fue una noticia inesperada, todo sucedió muy rápido.  El tío era la figura paterna de muchos, el representante mayor de la familia, el apoyo anónimo para sus sobrinos o ahijados y muchas veces el motivo de reuniones familiares, para cada miembro de la familia representaba algo diferente.

Durante 45 años su amada y fiel esposa estuvo a su lado en la celebración navideña que se realizaba en la casa donde había nacido su esposo, la que en ausencia de sus padres paso a liderar la hija mayor, quien era mi compañera de viaje de esa tarde. 
 
Con voz segura y aparente sarcasmo expreso: _“Esta navidad, cada uno que la pase donde quieran y con quienes quieran, los nietos si quieren venir a verme que vengan, total ya me lo decía mi mamá, que todo se acaba, ya no está mi hermano y con su ausencia se terminó todo”.  Un tanto sorprendida de su comentario continúe escuchando su desahogo, parte de su reacción era que la viuda de su hermano, no estaba para reuniones, deseaba quedarse en su casa por primera vez, debido a su proceso de duelo se encontraba en tristeza profunda y pensar en una celebración era algo que no estaba en sus planes. sería la primera navidad sin su viejo como cariñosamente lo llamaba. 

Cada palabra de mi acompañante encerraba un proceso de duelo; su tono de voz un tanto soberbio, alterado, pero lento, una mirada sostenida, pero entristecida, autocompasión con un toque de culpa, aparente serenidad y apatía, pero con deseos de recibir un abrazo y de no estar sola en navidad. El temor a la ausencia de aquella voz fuerte y masculina que solía hacer bromas chuscas que provocaban risas y carcajadas, ¡ya no estaría presente! 
                                                                           Con un tono de voz suave exprese lo que creía podía ayudar, hablamos
del dolor que se vive cuando perdemos algo o alguien que hemos amado y de lo
que representa perder a un compañero de vida de tantos años; cómplice de
aventuras, tristezas, discusiones, alegrías y miles de vivencias más, hablamos de lo que significan estas fiestas para las personas que recientemente han perdido a un ser querido. ¡Su primera navidad sin él! 

¡Él vació y la ausencia estaban presentes!, invitados o no,
provocaban diversas emociones, sentimientos, pensamientos y hasta reacciones;
la tristeza, la apatía, incluso el enojo estaban haciendo de la navidad un
terror, había molestia en muchos de la familia, la navidad estaba presente por todas partes y evitarla era imposible. El espíritu navideño inundaba todos los lugares, entorpeciendo el deseo de aislamiento, conducta que intentaba esconder la expresión de emociones, la incertidumbre trataba de inundar todos los ambientes de la familia, intranquilizando a todos a hacer algo diferente a otros años. 

Afortunadamente, el interés no era pasar por alto la navidad.  Las
decoraciones en torno al pesebre envolvían nuestras casas, la intensión de
aislamiento no difería en el significado de la navidad, “el nacimiento del niño Jesús” nos recordaba que no estamos solos y que su amor nos acaricia junto a los recuerdos de nuestros seres queridos.

Actuar como si todo estaba bien no era la intensión, ¿hacer algo diferente? creo que no, a pesar de que no sería lo mismo, buscábamos tener
una reunión familiar y expresarnos con libertad, simbolizando a nuestros seres queridos, siendo honestos con nuestras emociones, incluso hasta llegar derramar lágrimas, total no todas las lágrimas son de dolor y de tristeza. 

Finalmente concluimos que volveríamos a reunirnos en el mismo lugar, las mismas personas, una más y una menos, que extrañaremos el abrazo del tío y hasta hablaremos de todo aquello que significaba para cada uno, que no habrá una silla vacía esta navidad, estará repleta de momentos,
esos momentos que compartimos a su lado, brindaremos en su memoria y daremos
gracias por los años compartidos.  Celebraremos con los presentes porque un día también nosotros seres ausentes. 

Durante el recorrido hacía nuestros hogares, vivimos momentos de reflexión, sobre la vida, la unión familiar y los amigos, esos momentos que llenan nuestras vidas de esperanza; que vale la pena hacer un esfuerzo por
continuar nuestro viaje a pesar de que nuestros seres amados ya no están, 
que en su memoria; lloraremos lo que tengamos que llorar, viviremos lo que
tengamos que vivir y celebraremos lo que tengamos que celebrar. 
 
Al llegar a nuestros destinos, nos despedimos concluyendo que en esta navidad regalaremos tiempo, momentos y acompañamiento. 
 
Será la mejor manera de abrazar a nuestros seres queridos que han partido.



         

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