LA OBSCENIDAD A LA ORDEN DEL DÍA
Foto: Aeejandra Bertoliche

LA OBSCENIDAD A LA ORDEN DEL DÍA

En esta entrega número doce –en el mes doce del año– y definitiva de este 2022, #EnOff colocará sus binoculares en el entramado político/judicial y comunicacional desprendido de la filtración de datos de un grupo selecto de Telegram del teléfono del ministro de Seguridad porteño Marcelo D'alessandro. Aunque en estos meses se han suscitado incontables episodios en la política criolla: Cristina Fernández de Kirchner oradora premium en la UOM y luego en el día de la militancia en el estadio Diego Maradona de La Plata -colmándolo con más de 60 mil aficionados-. Tal cual como se ha señalado en este espacio, la vicepresidenta es el punto de partida donde se originan –positivo o negativo– los hechos políticos que ocupan las agendas mediáticas.

Ocultado por el andar de la Copa del Mundo, en el país se respiran aires de insólita tranquilidad. ¿Acaso el clamor por la selección de Lionel Messi pudo ser receptor del malestar social y de la inconsistencia económica? Al parecer es así y estaría funcionando –a tirar buenas vibras para que la albiceleste llegue lo más lejos posible para que de esa manera, el país sea un puño apretado gritando por Argentina–. Del mismo modo, la tarea del potable presidencialista Sergio Massa, devenido en ministro de Economía, sigue arrojando buenos resultados y esbozos de satisfacción para el sector agropecuario y del establishment. Asimismo, se espera una navidad interesante y un comienzo de año peculiar.

Ahora bien, Argentina deambula por un océano sombrío de irregularidades de todo tipo. Ello se debe a la reciente filtración del chat del grupo de Telegram “Operación Página 12”. El escándalo debió haber sido nacional e internacional, pero no fue así. El insoslayable viaje con adopción de dádivas por parte de jueces federales a Lago Escondido –mansión del amigo inglés Joe Lewis de Mauricio Macri en la Patagonia– ocupa la parcialidad de la agenda mediática del país. ¿Con qué sentido se realizó el mítin en el sur argentino, donde participaron dirigentes del PRO porteño cercanos a Horacio Rodriguez Larreta, ex agentes de inteligencia que responden al infalible Jaime Stiusso, jueces federales y primeras líneas del Grupo Clarín –que dicho sea de paso fueron los que pusieron la “tarasca” para que se efectúe el viaje de los poderosos a la Lewis House-? De allí sobrevuelan infinitos interrogantes. Muchos sin respuestas, aunque gran parte del periodismo y de la política especulan con el objetivo de la reunión.

El artículo 259 del Código Penal dice expresamente que “será reprimido con prision de un mes o dos años e inhabilitacion absoluta de uno a seis años, el funcionario publico que admitiere dádivas, que fueran entregadas en consideracion a su oficio, mientras permanezca en el ejercicio del cargo”. De aquí en más, las interpretaciones son de libre albedrío. Por lo pronto, querer truchar –en palabras textuales del Juez Julián Ercolini– las facturas del viaje donde expresan un claro pago por parte de uno de los accionistas del Grupo Clarín y abogado del mismo holding Pablo Casey es al menos digno de ser investigado. Aún así, la obscenidad está a la orden del día.

Quién pueda perder su preciado tiempo leyendo los chats –y oyendo los audios– del grupo del Lawfare, se dará cuenta de la tranquilidad que maneja el grupo selecto. Patagoniafacts.com habla por sí solo.

Al parecer Lago Escondido no estaba tan oculto de estos personajes, sino todo lo contrario: fue el epicentro de confabulaciones, armado de causas y directrices para lo que viene –año electoral–. En una semana donde se conocerá –aunque ya esté escrita y firmada, tal como lo manifestó CFK en su alegato de defensa– la sentencia a seis años de prisión más la inhabilitación de por vida a ejercer cargos públicos, este Watergate criollo deja de ser una casualidad para convertirse en una causalidad.

No es por menos que este martes 6 de diciembre se dicte la sentencia –que la vicepresidenta podrá apelar– antes descripta, que los diarios dominantes ya tengan impresa la tapa de sus matutinos para que al día siguiente, el 7D, se publiquen y dejen a la máxima líder política de la región bajo una sola premisa: corrupta. La inmoralidad jurídica, política y mediática en su clamorosa expresión. Volviendo al 7 de diciembre, debe decirse que es una fecha sumamente simbólica donde entra en relevancia la tan aclamada e inoperante ley de medios que había venido para desarmar el oligopolio de la persona más poderosa del país, Hector Magnetto.

En este país donde la lucha encarnizada se agudiza mucho más, la grieta se expande a polos nunca antes imaginados, las internas están a flor de piel tanto en el oficialismo como en la oposición y las personas de a pie persisten con salarios cada vez más empobrecidos, el Poder Judicial se sigue embarrando hasta las rodillas. Una vez más habrá que barajar y dar de nuevo. La política tendrá que ser la ejecutora de las soluciones que se necesitan para que Argentina tomé el envión productivo que le hace falta, pero además, tendrá que ocuparse de hacer una verdadera reforma en la Justicia. La misma que se ocupe de los principales problemas de los argentinos, pero también que se encargue de desmontar el aparato persecutorio sobre dirigentes políticos.

Alguna vez, en un estado de derecho, donde las garantías constitucionales eran solventes, los poderes del Estado transitaban sus propias vías. Hoy, lamentablemente, esos caminos se entrelazan, haciendo que la putrefacción del Estado sea cada vez más nauseabunda y oscura.

Replantearse nuevas ideas para dejar, de una vez por todas, el oscurantismo atrás.

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