La prisa patológica
Siempre sentía que ya tendría que estar haciendo “lo siguiente”.
Cuando estaba contigo, estaba pensando en la llamada que tenía que hacer. Cuando hacía la llamada, me estaba acordando de la reunión pendiente para la que tenía que preparar una propuesta que aún no había empezado porque había estado preparando el forecast del nuevo año. Cuando estaba de camino a la reunión veía a la gente corriendo en el Retiro, lo cual me recordaba que debería hacer más deporte.
Llegaba a los sitios con la lengua fuera y el alma en otro lugar. Literalmente “estaba que no estaba”.
Y cuando llegaba a casa, me sentía tan agotada -por la gran cantidad de cosas que había hecho más la infinita cantidad de cosas que sentía que tendría que haber hecho- que sólo pensaba en conseguir las suficientes horas de sueño para poder afrontar todos esos asuntos sin cerrar al día siguiente. Te imaginas la desesperación cuando todas las madrugadas me despertaba de golpe acordándome de algo que estaba sin hacer.
Es como si la sombra de una absurda actividad autoimpuesta me persiguiera y no me dejara vivir. Disfrutar. Recobrar el aliento. Compartir tiempo con las personas que más quería. Simplemente SER. Todo lo que hacía tenía que tener un fin productivo.
Incluso pensaba que quedaba bien: “¿Cómo te va?” “Genial, estoy por poner mi cama en la oficina.”
Hasta que un día me pregunté: ¿Adónde vas tan deprisa? ¿Cuál es el objeto de todo esto? Y me di cuenta de que había confundido éxito con un frenético nivel de actividad. Había asumido que mi valor como persona era proporcional a la cantidad de proyectos en los que estaba inmersa. Tenía miedo. De no ser nadie. Y corría por mi vida. Literalmente.
Echando la vista atrás me doy cuenta de que nunca he sido menos persona que en esa época.
“Soy lo que hago” vs “hago lo que soy”. ¿Cuál de estas opciones refleja mejor tu vida?
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Jefe de Ventas / (Como decía mi abuela, un jefecillo)
6 añosUna pregunta interesante que debemos analizar en profundidad después de reflexionar la respuesta
CEO & Executive Partner at Calibre360 Consulting | Certified ScrumMaster® (CSM®) I 5x Salesforce Certified Professional I Odoo Partner specialist
6 añosQué buen artículo. Es una reflexión que nos deberíamos hacer tod@s. Gracias por compartir Claudia
Muy interesante Claudia y real como la vida misma. Me encanta tu última pregunta final, soy lo que hago o hago lo qie soy. Gracias Clauida.
UX Product Designer & Strategist | UX Researcher | Product Manager
6 añosMuy relacionado con todo esto, os recomiendo la lectura de 'La sociedad del cansancio', de Byung Chul Han. Básicamente habla acerca de cómo se puede explotar uno a sí mismo de manera inmisericorde y, a la vez, creer que se es 'feliz'. Camino directo al agotamiento, la frustración y la insatisfacción. Esto del 'yes, we can' ha hecho más daño del que nos podemos imaginar.
Consultora de Marketing Digital y Directora en Yerba Buena
6 añosEs muy interesante y muy importante. El otro día compartías un tweet que también abundaba en este tema, y creo que es fundamental dejar de darle valor al ir sobrepasado de trabajo, que parece que cada vez que decimos que estamos liados estamos hablando bien de nosotros mismos. Parece que se traduce en "estoy facturando; estoy produciendo; estoy dándolo todo" cuando seguramente estamos dando la peor versión de nosotros mismos. Yo ahora mismo tengo que pensar si estoy haciendo lo que soy o si soy lo que hago. Está bien empezar por aquí como punto de partida. Y si, justo hoy estaba poniendo arreglo a esto de andar liada. Tengo un truco, y es un truco personal: Un hijo al que darle prioridad, esto me ha hecho muy productiva en mi horario de trabajo. Supongo que cada uno encuentra su motivación en algún sitio, pero es importante no dejarla de escuchar para no perder su esencia, no se.