La Reeducación de Competencias en México: Un Enfoque hacia el Futuro
La semana pasada fui invitado a participar como jurado en una competencia regional de robótica, la cual se desarrolló en sábado. La razón de la invitación fue coyuntural, creo yo, pues habiendo excelentes expertos en la materia en la institución educativa que me convocó, estaban impedidos de formar parte del jurado en el nivel de competencia universitario, porque estarían participando equipos de la misma institución, junto con equipos venidos de otras partes de México. Por lo que no podían ser juez y parte y requerían de un miembro externo para ello. Lo cual, no le resta importancia a la convocatoria y, muy al contrario, se agradece a los organizadores que me hayan hecho participe de ello.
En verdad, no sabía que esperar del citado evento, sin embargo, muy agradable resultó la sorpresa al llegar al lugar de la competencia y encontrarme con un auditorio pletórico de niños y jóvenes, en algunos casos, con sus padres o familiares presentes y participar con gran entusiasmo con sus robots construidos y programados por ellos mismos.
El torneo de este sábado fue parte del calendario de eventos de la competencia VEX IQ Challenge Pitching In que se desarrolla simultáneamente en muchas ciudades de México y del mundo y que tiene por objetivo que los participantes luchen por estar presentes en el mundial de robótica VEX que se llevará a cabo en Dallas, Texas del 6 al 14 de mayo de 2025.
El relato anterior me parece relevante para comentar que, en los últimos años, los sistemas educativos han experimentado una transformación significativa con la adopción del enfoque por competencias. Este enfoque busca preparar a los estudiantes no solo para el ámbito académico, sino también para el mundo laboral, enfocándose en la formación integral y la adquisición de habilidades prácticas.
El enfoque por competencias se centra en la formación de habilidades específicas que los estudiantes necesitan para desempeñarse eficazmente en su futuro profesional. Esto incluye tanto competencias técnicas, como conocimientos especializados en ciencias, ingeniería y matemáticas (STEM), y competencias blandas, como la comunicación, el trabajo en equipo y la resolución de problemas.
Durante el desarrollo de la competencia y, al conocer el trabajo realizado por los diferentes equipos que me tocó evaluar, pude ser testigo de primera mano de algunos de los beneficios de esta modalidad de educación:
En los criterios de evaluación que nos fueron proporcionados, no solo se resaltaba el trabajo desarrollado por los jóvenes en el diseño, construcción y programación de sus robots, sino también el trabajo en equipo que se realizó, la participación de cada uno de ellos desde la etapa de conceptualización de su robot, hasta su construcción y prueba, así como los diferentes roles que cada uno de ellos desempeñaba en el equipo. Esto hacía evidentes las habilidades blandas que estuvieron fortaleciendo durante este proceso, y que serán críticas durante su vida profesional: liderazgo, comunicación, empatía, planeación, resolución de conflictos y habilidades para la competencia, incluyendo la tolerancia a la frustración, cuando los resultados no fueron los esperados.
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Evidentemente, este tipo de competencia representan solamente uno de los elementos que se deben promover en nuestra sociedad para la formación de nuestros jóvenes de cara a los retos que estarán enfrentando en su futuro, en un contexto educativo que aún le falta mucho por madurar para ser lo efectivo que se espera que sea y porque tiene limitaciones que será preciso atender y eliminar, entre las que se podría mencionar:
El enfoque por competencias en México representa un paso importante hacia la modernización del sistema educativo. Sin embargo, es crucial abordar los desafíos y riesgos asociados para asegurar que todos los estudiantes tengan la oportunidad de beneficiarse de esta transformación.
Me da gusto saber que los equipos que representan academias e instituciones educativas mexicanas en el campeonato mundial VEX han tenido muy buenos resultados en el pasado y han podido competir, con buen nivel, contra los equipos de jóvenes de países con economías y sistemas educativos más avanzados, demostrando plenamente sus capacidades y habilidades adquiridas. Lo anterior demuestra que nuestra gente y nuestra economía pueden llegar a ser de clase mundial, solo requerimos que estos ejemplos no sean "garbanzos de a libra", sino que se vuelvan caso común y generalizado, con la participación conjunta y coordinada de sistemas educativos, sistemas productivos y de las familias, con objetivos comunes y acciones coordinadas para crear sinergias.
Suerte para los ganadores y esperamos verlos en el mundial del 2025.