La relevancia del dato en el viaje al Cloud
Por Juan Manuel López, Modern Data Center & Cloud Innovation Manager de IPM
Las empresas españolas se sitúan diez puntos por encima de las europeas en términos de madurez en la adopción de la nube híbrida. Esto demuestra que la digitalización no es solo un hecho o una tendencia, sino una acción prioritaria y avanzada para las organizaciones contemporáneas en todo el mundo.
La nube se ha convertido en la estrategia más útil, rentable y rápida para modernizar una empresa, por lo que es crucial contar con una estrategia bien diseñada para proteger los datos. Los datos son fundamentales para el funcionamiento de cualquier negocio, no solo porque constituyen la base de la información necesaria para llevar a cabo las actividades comerciales y las relaciones con clientes, sino también porque son únicos y característicos de cada organización. A diferencia de elementos como la infraestructura, los dispositivos o las aplicaciones, que son reemplazables y pueden reconstruirse, los datos son irreemplazables y esenciales.
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Dadas las circunstancias actuales en las que operan las empresas en nuestro país, tanto la nube pública como el entorno local (on-premises) se convierten en una combinación indispensable para garantizar la seguridad de los datos y su análisis estratégico, siendo la ciberseguridad un elemento igualmente clave. Para lograr este objetivo, las empresas deben tener un buen conocimiento de su situación actual y confiar en socios certificados para el desarrollo de soluciones de tecnología de la información, que entiendan sus intereses y el funcionamiento del mercado. Afortunadamente, la tecnología está madura, lista para ser utilizada por las empresas y cada vez más accesible.
El verdadero desafío radica en que los directivos sean capaces de comprender y enfrentar la transformación tecnológica con una mentalidad enfocada en el desarrollo de su negocio en el entorno digital. Para lograrlo, es necesario adoptar infraestructuras flexibles que se adapten a las características del equipo, los objetivos de la compañía, el nivel de competencia y las expectativas de clientes y proveedores. El plan debe ser multifactorial e integrarse con las metas de crecimiento y el presupuesto disponible.
En el caso de las empresas integradoras, nuestra responsabilidad consiste en aplicar soluciones tecnológicas de la manera más rentable, segura y eficiente posible, aprovechando las mejores soluciones que ofrecen los fabricantes. Sin embargo, más allá del aspecto técnico, es crucial que nuestro servicio también sirva como un acompañamiento para el cliente. No basta con proporcionar e integrar soluciones, sino que el verdadero valor y esfuerzo de un socio radica en su capacidad para caminar junto al cliente, brindar asistencia siempre que sea necesario, ofrecer formación, asesoramiento y resolver las dudas que puedan surgir al adoptar una solución de digitalización. Además, es fundamental medir continuamente la rentabilidad y productividad de los proyectos, de modo que el objetivo principal, más allá de los intereses económicos, se centre en identificar oportunidades de mejora a futuro y mantener una relación sólida y amistosa con el cliente.