La Responsabilidad Social del empresario
Por Juan Manuel Ponce Díaz
Decía Winston Churchill, palabras más, palabras menos: “Nos ganamos la vida con lo que obtenemos, pero hacemos nuestra vida con lo que damos”.
La edad y la espiritualidad nos van haciendo más generosos con el tiempo y es la generosidad una cualidad de las personas bien desarrolladas.
Hoy en día, el entorno demanda alcanzar esa cualidad en menos tiempo. Ser Socialmente Responsable significa que la persona o la empresa, debe observar un comportamiento ético y sensible hacia los temas sociales, culturales, económicos y del medio ambiente.
El trabajar para aspirar a ser Socialmente Responsable nos ayuda como individuos, como empresa e incluso como Gobierno, a impactar de manera positiva el desarrollo, los negocios y la sociedad.
La empresa Socialmente Responsable lo es, porque los individuos que la conforman lo son. La raíz de esta responsabilidad se encuentra en las personas, no en las políticas de una empresa o los decretos de un gobierno.
“Haz con los demás lo que te gustaría hicieran contigo”, reza el dicho y es la responsabilidad social de cada uno, la que expande este concepto promoviendo de manera proactiva el buscar influenciar a la gente y el entorno de su círculo más cercano.
De lo individual es que se llega al concepto de Empresa Socialmente Responsable, porque la empresa se conforma de individuos que son los que juntos determinan la cultura de responsabilidad social que ellos mismos crean.
Toda Responsabilidad Social, ya sea la del individuo o la corporativa, es voluntaria. Se trata de ir más allá de lo que la Ley mandata. Involucra el concepto de que es mejor ser proactivo frente a un problema, que reactivo a él.
Ser socialmente responsable significa eliminar los actos corruptos, irresponsables y deshonestos que pueden dañar a una comunidad, a su gente o el entorno ambiental, antes de que sucedan.
La responsabilidad social no es una moda, es una necesidad y si aspiramos a incrementar nuestra calidad de vida, tenemos que empezar por lo individual y sumar voluntades, porque ese, es el único camino.
Decía Franklin D. Roosevelt, “No siempre podremos construir el futuro para nuestros jóvenes, pero siempre podremos construir a nuestros jóvenes para el futuro”.
Hagámoslo.