La revolución tecnológica llegó... ¿Y ahora qué?

Por: José Daniel Arias Torres

Está aquí, llegaron desde hace mucho, las Inteligencias Artificiales se han metido hasta a nuestra cocina. No hay por qué alarmarse, sin embargo, con su arribo, muchas profesiones y oficios se enfrentan a retos de adaptación, ¡Sálvese quien pueda!, cada uno toma su salvavidas y se lo pone ante este cambio de era. Ingenieros, científicos y médicos, siempre a la vanguardia del cambio, llevan la delantera, su trabajo parece asegurado en la nueva era.

Las IA´s lejos están de controlar al mundo, pero sí están próximas a revolucionarlo, de hecho, en este momento, ya lo hacen (y lo seguirán haciendo), no por nada en tantos espacios académicos, empresariales, financieros y políticos ya se habla de un cambio de página en la humanidad.

Esta tecnología no viene sola, sino acompañada de otras tantas que han dado de qué hablar en los medios: Computación cuántica, Big Data, Blockchain y el constante dilema de la ciberseguridad, la cual hace mucho que abandonó el terreno de la jerga de programadores, para convertirse en un asunto de seguridad nacional para todos los países.

Con todo lo anterior, se hace innegable que vivimos en un mundo cambiante, Twitter ahora se llama X, la novedad de ayer hoy se olvida, la estrella pop en tendencia hace unos meses hoy está olvidada. De pronto en los espacios de trabajo y de debate público se pone a debate si la economía de un país está preparada para los cambios tecnológicos del mañana y el trabajo burocrático de un trabajador mayor a punto de jubilarse, hoy peligra por la simplificación de procesos que supone una Inteligencia Artificial.

Ante estos cambios tan acelerados y masivos, surge la pregunta ¿Dónde estoy parado en todo esto? Personalmente, como escritor creativo, es una interrogante que me hago día a día desde que apareció "ChatGPT" en la jerga diaria y poco después la huelga de escritores, actrices, actores y guionistas en Hollywood, ante esta hecatombe me cuestiono, si eso le está pasando a figuras públicas del cine, ¿Qué le depara el tiempo a un escritor que recién comienza como yo?

Por suerte, estas Inteligencias Artificiales requieren de entrenamiento humano para hacer bien su trabajo, obtuve un puesto para ello y ha sido una experiencia enriquecedora el observar frente a frente el avance tecnológico, no deja de sorprender, pero la pregunta pasada continúa y se transforma, ¿Por cuánto tiempo más podré seguir entrenando IA´s para que hagan mi trabajo?

Soy escritor y tengo estas preguntas, pero estoy seguro de que en este dilema no estoy solo, algo así deben de preguntarse filósofos, internacionalistas, politólogos, economistas, artistas visuales, músicos, diseñadores y un largo etcétera, que ven desfilar ante sus ojos tecnologías que, para bien o para mal, pueden hacerlos obsoletos o mucho más prescindibles.

Desde que fundé y coordiné la sección de Estudios Globales de la Ciencia y Tecnología en Espacio Global , la principal interrogante que tenía en la cabeza era y sigue siendo ¿Cuál es el rol de las ciencias sociales y humanidades desde América Latina en todo este cambio tecnocientífico? Lo acoto a esta región porque en definitiva no somos competidores reales de Estados Unidos y Asia en lo que se refiere a innovación tecnocientífica y generación de patentes, por ende, nuestro mercado continúa siendo dependiente de la manufactura tradicional y no se ha terminado de subir a la industria 4.0, ni a la revolución tecnológica actual.

Es de este pensamiento inquieto y crítico que algunas reflexiones han arribado:

• América Latina si bien, puede no ser vanguardia en el desarrollo tecnocientífico, sí lo puede ser en una legislación ética de estas tecnologías y en su derramamiento social.
• América Latina puede regionalizar sus esfuerzos en cooperación tecnocientífica, han habido esfuerzos importantes desde CELAC y la constitución de la Agencia Latinoamericana y Caribeña del Espacio, esto debe de extenderse a la generación de conocimiento e investigación en diferentes áreas, no solo en la carrera espacial. Los grandes proyectos del norte Global generan a su vez, grandes oportunidades periféricas que pueden y deben ser aprovechadas por la región.
• Los sindicatos de trabajadores deben de estar a la altura de los retos del mañana, es necesario tener un desarrollo económico ético, en donde la introducción de nuevas tecnologías a los espacios laborales no deba de suponer desprotección e incertidumbre para el trabajador, los sindicatos "charros" y su lenta burocracia no tienen cabida en una revolución tan acelerada.
• Las industrias nacionales deben desarrollar departamentos de innovación que se encuentren en la "cacería" de estas nuevas tecnologías que mueven al mundo desde hace algunos años, para así generar programas internos que las hagan adaptarse y capacitar a tiempo a sus empleados en estas, la obsolescencia de técnicas debe ser contrarrestada con constantes programas de educación y capacitación, esto no hace mejores trabajadores, sino mejores profesionales y da certeza laboral tanto al empleado como a la industria.

El cambio es acelerado y los retos muchos, es imposible ignorar que para importantes sectores de la sociedad la incertidumbre frente a todo esto es latente.

¿Están los países preparados para olas de desempleo y la reubicación de estos en nuevos puestos?, ¿Están preparadas las empresas para capacitar a su personal y subirse a la industria 4.0 a tiempo?, ¿Están los legisladores capacitados para legislar sobre estos desarrollos?, ¿Están los sindicatos listos para proteger a los trabajadores ante esta revolución?, estas preguntas enormes son solo el reflejo de preguntas personalísimas producto de la inseguridad laboral, en mi caso es ¿Yo como escritor y mi trabajo literario tenemos cabida en la nueva era? Hasta hoy me empeño a responder que sí, pero definitivamente, reconozco la importancia de seguir pensando en esta pregunta y cómo hacer que la respuesta futura siga siendo "sí".

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