La salud mental en las empresas

El tema que voy a tratar hoy es acerca de las dinámicas psicológicas que se desarrollan dentro del mundo corporativo.

Me dedicaré a relatar mi experiencia como una psicoterapeuta inmersa en un mundo tan lejano a nuestra formación y donde uno se puede sentir como “una cucaracha en baile de gallina”. Mis colegas terapeutas no entendían cómo es que de haber trabajado durante tantos años dentro de las paredes de un consultorio atendiendo y acompañando a las personas a buscar soluciones a sus problemas, yo me introducía en un universo donde hasta el lenguaje utilizado era nuevo para mí.

Sin embargo, poco a poco me fui dando cuenta que formaba parte de un ecosistema donde también se desarrollan dinámicas muy parecidas a las que uno oye a diario en nuestros consultorios.

Es como estar dentro de una gran familia cuyas relaciones y dinámicas se ven teñidas por la personalidad de cada uno de los miembros que la integran. Al mismo tiempo, me fui dando cuenta durante todos esos años que las corporaciones pueden desarrollar síntomas neuróticos e incluso psicóticos que pueden alterar su desarrollo armónico.

Del mismo modo, hay miembros de esa familia que tienen un ego mucho más fortalecido y pueden asumir los cambios y retos que se van presentando, pero hay otros que a lo mejor aún no están preparados para afrontarlos y van apareciendo síntomas que pueden afectar su salud mental y espiritual: depresión, ausentismo, problemas de comunicación, ansiedad, etc.

Es aquí donde creo que las corporaciones, a pesar de todas las iniciativas que se llevan a cabo desde las áreas de recursos humanos, tienen un punto ciego.

Existen numerosas ofertas en el mercado que apuntan al desarrollo personal y grupal de sus colaboradores: talleres de liderazgo, de trabajo en equipo, etc. Pero algunas de ellas se ofrecen como recetas comunes y no contemplan un diagnóstico clínico acerca de la situación actual de la empresa.

Si hacemos una comparación de la empresa con una persona que viene por primera vez a nuestra consulta, lo primero que hacemos es una aproximación diagnóstica.

Para ello es una prioridad realizar su historia clínica. Debemos responder las siguientes interrogantes: cuál es el motivo que le lleva a buscar ayuda, qué dificultades está teniendo y cuáles son sus síntomas. De la misma manera, debemos realizar su “exámen mental”: definir por ejemplo cómo están sus funciones de atención y concentración; si presenta trastornos en el área del pensamiento y la senso-percepción; si su afectividad resuena hacia el polo depresivo o más bien hacia la hipomanía; entre otros. Y finalmente, lo más importante, si tiene “conciencia de conflicto psicológico” y la voluntad de querer sanar.

Por lo general, este último es el punto de partida para un proceso de psicoterapia exitoso.

Así como cuando el paciente que acude a nuestra consulta debe tener conciencia de lo que le sucede y la sólida intención de querer trabajar sus conflictos, la empresa debe estar muy clara que se encuentra atravesando un período de crisis y hacerse consciente de su problemática y necesidad de abordarla. Debe tener la voluntad de “querer curarse”.

Son muy diversas las razones por las que una empresa puede estar presentando una sintomatología muy similar a la de los pacientes que vienen a nuestra consulta psicológica, por esta razón no debería acudir a técnicas o paquetes genéricos, sino hacer un diagnóstico muy preciso de lo que está sucediendo y desarrollar un plan de acción individualizado  para abordar la problemática.

#psicoterapia #psique.today


Arelis Díaz C.

Director de Gestión Humana / Desarrollo y Cultura/

5 años

Giovanna, muy buen artículo. 

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