LA SEGURIDAD EN LA EMPRESA FAMILIAR: un asunto discreto, pero crucial
Según el Instituto de la Empresa Familiar se estima que en España hay alrededor de 1,1 millones de empresas familiares, lo que representa el 89% del total de empresas en el país. Estas empresas son un pilar fundamental de la economía española, generando el 67% del empleo privado y contribuyendo significativamente al PIB.
Por su singular idiosincrasia, este perfil de empresa se enfrenta a desafíos de seguridad únicos que, si no se abordan adecuadamente, pueden poner en peligro su legado y su futuro. La estrecha relación entre los lazos familiares y comerciales, aunque valiosa, puede generar dinámicas complejas que afectan a la seguridad. La confianza inherente entre los miembros de la familia, si bien es un activo singular, puede llevar a una relajada formalización de los procesos de seguridad y a una falta de conciencia sobre los riesgos existentes. Esta escasez de estructura y de protocolos claros puede poner a la empresa en una situación vulnerable ante amenazas internas y externas.
El proceso de relevo generacional, la sucesión en la empresa familiar es un momento crucial en su trayectoria, puede convertirse en un punto de inflexión en términos de seguridad. La transición de liderazgo puede desencadenar tensiones y conflictos que, si no se gestionan adecuadamente, pueden debilitar la empresa y exponerla a una serie de amenazas. El robo y el fraude, por ejemplo, pueden ser perpetrados por empleados deshonestos o por terceros que aprovechan la confianza existente entre los miembros de la familia. El sabotaje, motivado por conflictos familiares no resueltos, puede causar daños irreparables a la empresa.
La extorsión y el secuestro son riesgos muy reales para los miembros de la familia, especialmente aquellos que ocupan cargos directivos o que son la imagen del éxito de la empresa.
También, la pérdida de información confidencial ya sea por negligencia o por actos malintencionados, puede tener consecuencias catastróficas, como la pérdida de clientes, la disminución de la competitividad y el daño en la reputación empresarial. Suele ser a través de las redes sociales, herramientas indispensables en la empresa, blanco atractivo para los ciberdelincuentes. Los ciberataques a través de estas plataformas son cada vez más frecuentes y sofisticados, aprovechando la gran cantidad de información personal que compartimos y la confianza que depositamos en nuestros contactos. Para la empresa familiar, donde en ocasiones se mezcla lo personal con lo empresarial, este tipo de prácticas supone un gran riesgo.
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A pesar de todas estas amenazas, existen medidas que las empresas familiares pueden adoptar para fortalecer su seguridad. El primer paso es reconocer la importancia de la seguridad integral y crear una cultura de seguridad en la que todos los miembros de la familia y los empleados implicados sean conscientes de los riesgos y de su responsabilidad en la protección de la empresa. Esto implica establecer políticas y procedimientos claros, formar al personal en materia de seguridad y fomentar la comunicación abierta sobre los riesgos y las medidas de seguridad.
Es imprescindible identificar los riesgos específicos a los que se enfrenta la empresa familiar y diseñar un plan de seguridad a medida, que incluya medidas integrales tanto para la seguridad física como para la seguridad de la información y de los datos.
Contar con un asesoramiento profesional será de gran ayuda para las empresas familiares que deseen mejorar su seguridad. Los expertos en seguridad proporcionamos asesoramiento y apoyo especializado, ayudando a las empresas a identificar y abordar los riesgos de manera efectiva.
La seguridad en la empresa familiar es una inversión en el futuro de la empresa y en la protección de su legado. Al tomar medidas proactivas para abordar los riesgos de seguridad, las empresas familiares pueden garantizar su continuidad, proteger su patrimonio y asegurar su éxito a largo plazo.