La sucesión de la reina Isabel II, un reto para su empresa familiar

La sucesión de la reina Isabel II, un reto para su empresa familiar

Con el fallecimiento de Isabel II se suma un ingrediente más al cambio de época al que venimos asistiendo desde hace un par de años. Se va el último gran personaje que nos unía a lo que fue la segunda mitad del siglo XX.

Sin duda, se abre un nuevo entorno de incertidumbre a nivel mundial, pues su muerte afecta a una de las tradicionales potencias del mundo, Gran Bretaña, quien una vez dominó los mares y que sigue teniendo una preponderancia esencial en la fabricación de decisiones en el escenario geoestratégico.

Además, en el intorno del país aparecen interrogantes de cómo será el reinado de Carlos de Inglaterra, quien llega al trono con 73 años y que se ha de enfrentar a un país convulso que vive en una serie de crisis superpuestas, desde la política a la energética.

Y por último, desde una perspectiva más íntima, el nuevo rey afronta la carencia de armonía familiar. Y aquí está el verdadero desafío para el nuevo monarca, puesto que sabiendo que la familia real se define a sí misma como “the firm”. A saber, un concepto que se asocia al difunto príncipe Felipe, consorte de la reina Isabel II, que lo popularizó tras la creación por parte de su suegro, el rey Jorge VI, quien, según se dice, declaró en una ocasión: “No somos una familia. Somos una firma”.

De esta manera, el trono sería una empresa familiar. Y como tal habría de ser gestionado, también en un momento de cambio. Sin embargo, en esta ocasión no vamos a asistir a la evolución de una dirección unitaria por parte de un propietario-fundador hacia un sistema corporativo-familiar donde los hijos u otro nivel de descendientes entran a formar parte de las áreas de management. Porque, no nos engañemos, rey solamente hay uno. Sin embargo, el escenario actual sí que invita a abordar el momento desde un enfoque estratégico, tanto para la familia como para la firma.

Sería recomendable trabajar en el nivel familiar, pues este es el germen de todas las relaciones posteriores, y en él se habría de buscar la armonía. Así, para que los vínculos familiares se mantengan sanos es importante utilizar una aproximación física, es decir, identificar claramente qué espacios están relacionados exclusivamente con la familia y respetarlos no introduciendo en ellos cuestiones del ámbito corporativo. A partir de aquí, se trabajaría en el ámbito profesional, que precisaría de decisiones y de comportamientos más allá de las posibles relaciones personales.

Las grandes preguntas que se habrían de responder sería: ¿qué propósito tiene esta empresa? y ¿hacia dónde vamos ahora? Una vez contestadas de manera reflexiva y concreta, sería el momento de ocuparse de otras cuestiones: ¿cómo se quiere que interactúe la familia en la empresa?, ¿de qué manera se han de integrar los miembros de la familia en la firma? Y es una de las claves del éxito del reinado de Carlos III pasará por el alineamiento de toda la familia entorno a una meta común y para eso habrá de darse respuesta a interrogantes complejos.

Inicia sesión para ver o añadir un comentario.

Otros usuarios han visto

Ver temas