La tecnología, de ayer a hoy
En los últimos veinte años hemos sido testigos y partícipes de una auténtica revolución en el campo de la Tecnología. La informática, el vídeo y las nuevas herramientas de comunicación han irrumpido con fuerza en nuestro medio y nos han obligado a adaptarnos a ellas a pasos agigantados. A mi modo de ver, veinte años no son muchos para que se haya producido un cambio tan drástico. O quizá sí, quizá veinte años sí son muchos cuando incluso ha dado tiempo a un relevo generacional en el que nuestros jóvenes han sido bautizados como Nativos Digitales.
Puede que sea precisamente mi generación, la que ha vivido y está viviendo esta transformación de manera más brusca. He crecido en un entorno de cambios, aún recuerdo lo que fue el paso de la TV en blanco y negro a la TV en color y aquel trasto inmenso que aparte de pesar un quintal necesitaba su propio espacio. Nada que ver con las televisiones actuales, tan esbeltas, tan de diseño, tan estratégicamente colocadas en casa como un elemento decorativo más. La informática no estuvo presente en mi vida hasta bien entrada en la juventud, no tuve ninguna inquietud por los ordenadores, lo consideraba algo ajeno a mí. Solía utilizar las cabinas telefónicas de la calle para llamar a los amigos (¿sigue habiendo cabinas?) y conocí aquellos primeros móviles, grandes y pesados en una época en la que el teléfono portátil era algo “de ejecutivo”. Y quizá por aquello de las modas cíclicas, aquellos dispositivos enormes se fueron haciendo pequeños, cada vez más pequeños y ahora están creciendo otra vez, se vuelve a llevar el teléfono “grande”.
Este artículo es una reflexión en primera persona de cómo era y cómo es, de cómo han evolucionado las cosas y de cómo nos ha afectado. Además pretende resaltar cómo el mundo de las Nuevas Tecnologías nos abre un sinfín de oportunidades para hacernos la vida más fácil.
LA TECNOLOGÍA EN LA EDUCACIÓN: ¡CÓMO HEMOS CAMBIADO!
Si me remonto a mi infancia y adolescencia cuando había que hacer un trabajo del colegio recurríamos a la Enciclopedia. Éste era el libro de referencia por excelencia para el escolar de la época y afortunado era el que disponía de una en su hogar. Cuando la había, solía ocupar un lugar de honor en la librería del salón y cuando no, nos reuníamos en casa de alguna amiga que orgullosa nos invitaba a usar su enciclopedia. Hoy en día, en aquellas casas donde aún se conserva, este compendio de libros ha quedado relegado a un objeto decorativo más por su valor sentimental que por otra cosa. Actualmente, en todas las casas hay mínimo un ordenador y conexión a Internet. Para hacer un trabajo escolar, los niños de nueve o diez años bucean en Google, copian y pegan de la Wikipedia y montan un Power Point con agilidad pasmosa.
Y a propósito del Power Point, a todos nosotros nos parece una herramienta básica, que dicho sea de paso también está evolucionando para incorporar vídeos y otras técnicas que ayudan a impresionar durante una presentación. Muy lejos han quedado aquellos años donde los efectos animados eran lo más novedoso que podía incorporarse. Sin embargo, no siempre fue así. Mis primeras exposiciones las hice utilizando transparencias, y siendo sincera conmigo misma ahora lo clasificaría de auténtica chapuza poco profesional. Para los más jóvenes, les explicaré que las transparencias eran, como su propio nombre indica, unas hojas transparentes de acetato que se compraban en papelerías en las que se escribía con unos rotuladores especiales o, sobre las que, los más duchos, imprimían textos y gráficos. Estas páginas se mostraban mediante un retroproyector, un aparato que básicamente consistía en una caja grande que contenía una lámpara muy brillante y proyectaba las imágenes hacia una pantalla.
Las transparencias fueron desbancadas por diapositivas que después de horas de trabajo, había que llevar a un establecimiento fotográfico para que las revelaran y del que salías con tu cajita de filminas. Para exponerlas se utilizaba un cañón de diapositivas que giraba. La mayor preocupación del ponente era que el artilugio aquel se quedara atascado a mitad de la sesión. Todo esto quedó atrás, en el momento actual vas a tu charla con un pendrive en el bolsillo, lo enganchas al ordenador y listo. Sencillo de hacer, de instalar y de presentar.
La primera vez que me senté delante de un ordenador tenía veinticinco años y no sabía manejar el ratón. Aquello era muy complicado, qué torpeza al abrir los desplegables. Actualmente, hay muchos colegios que incorporan los sistemas multimedia desde la más tierna infancia de los pequeños. Con apenas tres años, antes de aprender a leer, a escribir y casi a hablar, los niños juegan con iPads y se desplazan por las diferentes aplicaciones de manera intuitiva y natural. Los avances tecnológicos han llegado a las escuelas para revolucionar la educación. La pizarra de toda la vida con aquella tiza que producía grima se sustituye por una pizarra digital que funciona vinculada a un ordenador y a un proyector, los libros en papel se reemplazan por libros digitales. Ante todo hay que entender que la incorporación de la Tecnología a las aulas no significa comprar unos ordenadores y contratar una conexión de banda ancha a Internet. No, es mucho más. La innovación pedagógica tiene que ir acompañada de cambios más profundos. Es necesario transformar la docencia tradicional, redefinir los roles de profesor y alumno, cada uno con su idiosincrasia. Ambos papeles se amplían. El profesor deja de ser un orador para convertirse en un facilitador, un orientador que va guiando a sus pupilos. El alumno se vuelve más crítico, más creativo, más autónomo en su búsqueda de información. El resultado es que la enseñanza se torna más activa, más participativa, más flexible. El aprendizaje se convierte en un proceso bi-direccional.
Y por último, dentro del terreno educativo hay que resaltar la formación online y los métodos de e-learning tan en boga actualmente. Estas plataformas, cada día más conseguidas, facilitan la formación a personas que por razones de tiempo o de localización geográfica no tendrían acceso de otro modo. Mi experiencia en este campo es altamente positiva y lo recomiendo sin reservas.
LA TECNOLOGÍA EN LA EMPRESA: EL GRAN RETO
Una parte importante de mi trabajo consiste en recoger información que proviene de distintos centros sanitarios localizados por todo el mundo. Hace diez años, las variables en estudio se recogían en papel, en los llamados “Cuadernos de Recogida de Datos”, una especie de formularios donde los participantes anotaban sus observaciones. Entre mis tareas estaba visitar estos centros, arrancar las páginas autocopiativas, llevarlas a la oficina y un grabador de datos introducía la información en la base de datos correspondiente. Gracias a las Nuevas Tecnologías, hoy es posible que, a través de una página web, los investigadores introduzcan sus resultados directamente en un soporte electrónico diseñado para tal fin con el consiguiente ahorro en tiempo, papel, dinero, desplazamientos y errores de transcripción. Además, estos sistemas son muy visuales y fáciles de usar.
Por otro lado, las comunicaciones actuales permiten que un equipo distribuido por diversos países comparta experiencias de manera habitual. Las videoconferencias reemplazan a las reuniones presenciales con un significativo impacto en la reducción de costes y en el aumento de interacción entre las personas.
De manera paralela, la gestión de los proyectos ha evolucionado de un modo espectacular. Las tablas de Excel han sido sustituidas por Sistemas de Gestión de Proyecto profesionales adaptados a los requerimientos de cada empresa que proporcionan a los integrantes del equipo acceso a un gran volumen de información, aseguran la trazabilidad de los datos y generan informes detallados y específicos con sólo pulsar las teclas adecuadas.
Es evidente que las Nuevas Tecnologías están ligadas al progreso de las empresas y no se concibe una Compañía que no se adapte y crezca con ellas. Las nuevas herramientas hacen posible el desarrollo de sistemas de control, de seguimiento, de gestión y de análisis que facilitan nuestro desempeño diario.
Y no puedo abandonar el ámbito profesional sin unas líneas para el correo electrónico. Me pregunto cómo se trabajaría en las empresas cuando el email no existía, imagino que el teléfono y la correspondencia tradicional serían la forma de proceder. Sin duda, la mensajería electrónica facilita el intercambio de información interna y externa aunque también es cierto que lleva asociada algunos inconvenientes. Desde hace varios años vienen publicándose artículos sobre el fin del email, el mal uso, el abuso, que se está quedando obsoleto……Mi opinión es que, hoy por hoy, el correo electrónico es una herramienta esencial para comunicarse con los clientes externos. Puede abrirse el debate acerca de su utilidad en la comunicación interna o sobre alternativas que reduzcan el volumen de mensajes sin relevancia que se reciben al día. Esto claramente tiene que evolucionar, no es eficiente que una persona dedique un alto porcentaje de su jornada laboral a revisar y organizar su bandeja de entrada, por no hablar de aquellas personas que se sienten obligadas a atender todos los mensajes que llegan de manera inmediata por encima de cualquier otra prioridad. Estoy segura de que en los próximos años vamos a asistir al auge de nuevos programas que faciliten la comunicación en este sentido. No obstante, también estoy convencida de que el correo electrónico no va a desaparecer completamente y probablemente quede para notificaciones formales u oficiales.
LA TECNOLOGÍA EN LA SOCIEDAD: ¿ESTAMOS PREPARADOS?
¿Y qué pasa a nivel personal? A nivel personal la cosa se complica. Las Nuevas Tecnologías han propiciado cambios a nivel social y de relación. Nuestra vida es cada vez más dependiente de ellas pero ¿somos capaces de hacer un uso racional?
Hubo una época en la que salías de casa y hasta que no volvías no se te podía localizar. Y no pasaba nada. Ahora todos llevamos un móvil, estamos localizables en todo momento y ¡ay de nosotros! si un día no funciona, entonces nos sentimos desvalidos. No hay que negar que la telefonía celular sea uno de los grandes avances tecnológicos de nuestra época imprescindibles en nuestra vida moderna pero cuando quedarse sin batería nos genera ansiedad, algo no estamos haciendo bien. Y luego están las personas que están hablando contigo y si reciben una llamada descuelgan presurosos, vamos a ver, ¿la persona que llama es más importante que la que tienes delante? ¿Realmente es tan urgente?
Capítulo aparte merece el whatsapp, un auténtico fenómeno social. He de reconocer que es muy útil para dar mensajes cortos o para que varias personas estén al tanto de algo al unísono a través de grupos. Y a pesar de esto, es crítico hacer un buen uso. Es muy triste ver una pandilla de adolescentes sentados juntos cada uno mirando su pantalla. No están con las personas que tienen cerca, están con las personas que están al otro lado de la línea y el resultado final es que están solos.
Y para complicarlo todo un poquito más aparecen las Redes Sociales. Si no estás no eres nadie, te dicen. Si se emplean bien son una fuente de información, un modo ameno y dinámico de compartir experiencias, pero a veces da la impresión de que no disfrutamos el momento, estamos más preocupados de la foto que voy a subir a la Red que de sumergirnos en el instante real.
Aunque pueda parecerlo, no estoy en contra de todas estas aplicaciones pero sí creo que hay que ser muy cauteloso con ellas. Es preocupante ver cómo estas herramientas se convierten a veces en lo contrario de para lo que han sido creadas. Hay estudios que demuestran que pueden generar adicción, aislamiento e incluso sirven de instrumento de acoso y mofa hacia otros. No deja de sorprender que en algunos de nuestros grandes hospitales se estén creando Unidades de atención a pacientes con adicción a las redes sociales y a las nuevas tecnologías y si se crean estas Unidades es porque existe una demanda real. Estos efectos secundarios indeseables son la otra realidad a la que no podemos cerrar los ojos porque pueden tener graves consecuencias negativas. Hay que estar alerta para saber detectar a tiempo un problema de este tipo y como en todo lo demás, la educación y la formación es fundamental.
Como no quiero acabar este apartado con una perspectiva negativa voy a realizar una mención especial a la Tecnología que se cuela en nuestros hogares y en nuestros automóviles particulares para hacernos la vida más cómoda. Los electrodomésticos y todos los aparatos que nos acompañan en nuestros quehaceres diarios también son tecnología. La domótica ya es una realidad que seguramente estará presente en todos los hogares del futuro. Igual que el GPS es una realidad en los vehículos actuales. A veces me pregunto cómo podíamos viajar con el callejero o la guía de carreteras y a pesar de eso, llegar al destino. Nunca he entendido los mapas, es una de mis asignaturas pendientes que el GPS ha venido a solucionar.
LA TECNOLOGÍA HOY: MI REFLEXIÓN
No podemos permanecer ajenos a las Nuevas Tecnologías. Hace veinte años entraron con ímpetu en todos los aspectos de nuestras vidas y desde entonces no han dejado de abrirse camino. Su valor en el campo profesional es indiscutible, gracias a ellas se han generado nuevas formas de trabajar, se han mejorado los procesos, se ha aumentado la productividad y la eficiencia de los sistemas. En el terreno educativo proporcionan nuevos recursos didácticos, instrumentos tecnológicos que llegan a las aulas para revolucionar la forma de enseñar. En el plano cultural e informativo nos ofrecen un mundo de posibilidades. Y por último, desde el punto de vista social, han modificado la forma de relacionarnos unos con otros.
La incorporación de la Tecnología a las escuelas y a los hogares hace que todos estos cambios se asuman como parte de la evolución natural, es algo asequible al alcance de todos y a lo que no se puede dar la espalda.
Las Nuevas Tecnologías ya no son nuevas, son parte indispensable de nuestras vidas. Nuestro reto está en aprender a convivir con ellas exprimiendo al máximo todas las oportunidades que nos brindan. Nuestro reto está también en favorecer el uso responsable, con sentido común y coherencia estableciendo los límites necesarios para que no nos arrastren porque lo que nunca podrá ser sustituible es el factor humano.
Fuentes: Pilar Campo .- Formación para Profesionales.es
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