¿La tecnología nos está volviendo perezosos?

Durante los últimos años, hemos sido testigos de una evolución tecnológica sin precedentes, la cual ha transformado fundamentalmente la forma en que vivimos nuestras vidas cotidianas. Desde la comunicación hasta la educación y el entretenimiento, la tecnología se ha convertido en una parte integral de nuestra sociedad moderna. Aunque es innegable que estos avances tecnológicos han mejorado muchos aspectos de nuestras vidas, también han creado una cultura de pereza y búsqueda de resultados sin esfuerzo en la sociedad.

En la actualidad, la mayoría de las personas esperan obtener los resultados deseados de la manera más rápida, fácil y eficiente posible. Esta mentalidad ha sido ampliamente abrazada por la sociedad moderna, en gran parte gracias a los avances tecnológicos que han hecho posible que la mayoría de las tareas se puedan realizar con tan solo unos pocos clics.

Por ejemplo, hoy en día, es posible realizar compras en línea sin siquiera salir de casa, ya sea para comprar ropa, alimentos o cualquier otro artículo que necesite. Esto ha hecho que muchas personas abandonen los mercados y tiendas tradicionales para acomodarse a esta modalidad, que aunque resulta práctica, aleja a la gente de las relaciones interpersonales y la actividad física que con lleva ir a realizar compras.

Asimismo, muchos estudiantes han abandonado el hábito de tomar apuntes y estudiar diligentemente para los exámenes, prefiriendo en su lugar buscar en línea donde encontrar esquemas del contenido. Aunque Internet es una herramienta muy útil, ha creado una cultura de dependencia que fomenta el espíritu de dejadez en lugar de la dedicación y el esfuerzo necesarios para adquirir conocimiento.

En el área educativa, la tecnología ha tenido un gran impacto, proporcionando una amplia gama de herramientas eficaces para el aprendizaje. Sin embargo, el abuso de las tecnologías en el proceso educativo también puede llevar a una cultura de aprendizaje superficial y pereza intelectual. A continuación, se presentan dos ejemplos de cómo el abuso de la tecnología ha llevado a la pereza en el aprendizaje:

1. Uso excesivo de los motores de búsqueda: Los motores de búsqueda como Google y Bing pueden proporcionar información instantánea y millones de resultados en milisegundos, sin embargo, esto ha llevado a la pereza en el aprendizaje. Muchos estudiantes ingresan frases como "hacer una tarea de historia" o "resumir una novela" en los motores de búsqueda, y en lugar de leer la novela completa o hacer su propio análisis histórico profundizan solo en los resultados que ellos ranquean como mejores. Esto ha llevado a una reducción en la capacidad de análisis crítico y a la incapacidad de comprender conceptos importantes debido al aprendizaje superficial.

2. Uso excesivo de las respuestas en línea: Lamentablemente, muchos estudiantes buscan atajos para lograr sus objetivos en lugar de esforzarse por entender por qué una respuesta es correcta o incorrecta. Sitios web que proporcionan respuestas directas y tutoriales paso a paso son cada vez más populares. Si bien pueden ayudar a los estudiantes en el corto plazo, también pueden sofocar el pensamiento crítico y la capacidad de resolver problemas de manera independiente. Esa mentalidad extiende el argumento de la pereza tecnológica hacia un problema más amplio: la falta de perseverancia para ejecutar labores desafiantes y creativas.

En conclusión, la tecnología debe ser una herramienta para enriquecer nuestro conocimiento y mejorar nuestras capacidades, pero no a expensas del trabajo duro y la dedicación. Como educadores y estudiantes, es importante equilibrar el uso de la tecnología con el compromiso de aprender de manera profunda y sostenida, y desarrollar habilidades intelectuales valiosas como el pensamiento crítico, la resolución de problemas, y la creatividad. La responsabilidad de trabajar duro debe ser parte de cada ser humano, la habilidad para aprender de manera efectiva es una capacidad morfológica del cerebro, y esto está en nuestro propio producto de cada uno de nosotros para desarrollar dicho proceso.