La Tormenta Perfecta
Después de una pandemia, de que el mundo se detuviera, de que las calles se quedaran vacías, de que el ruido de los coches desapareciera y los animales camparan a sus anchas… Todo puede ocurrir. Decía mi portero: «A mí, si me cuentan que nos invaden los marcianos, pues ahora me lo creo. ¿Tú no?». Yo nunca he dicho que no a los de fuera, más bien me apetecería que otros aparecieran para ver si la diversidad comienza a ser un hecho y no una reivindicación. No sé si la pandemia ha provocado que abramos la mente o ha multiplicado las papilas de nuestros miedos.
La principal amenaza ahora parece que no es un virus, sino una gran tormenta que podría dejarnos sin luz durante semanas. Los austriacos comienzan a tomar medidas al respecto, no les vaya a ocurrir como con el Covid-19, que nadie sabía cómo afrontar un confinamiento. Esta semana no he dejado de leer artículos llenos de recomendaciones para poder sobrevivir a un tiempo sin luz eléctrica.
Funcionario público en Ayuntamiento de Talavera de la Reina
3 añosBuen artículo y haz caso a tu portero, que la edad es un grado. Creo que todos los días estamos expuestos a multitud de circunstancias inesperadas, increíbles y no predecibles, pero que nos están pasando y nuestro cuerpo y mente se van adaptando a su paso. Como dice tu vecino, si vienen marcianos, bienvenidos sean, aprenderemos con ellos. Sin la energía estaríamos perdidos, seguro que sí, pero seguramente nos adaptariamos o nos reinventariamos para poder seguir adelante. No podemos vivir en espera de nuevos acontecimientos o con miedo de lo que nos pudiera venir. Creo que hay que ser conscientes y no ceder a lo inesperado. Todo lo que tenga que llegar, nos hará fuertes y nos enseñará a que nada ocurre porque sí. La información es poder y la constancia, su mejor recurso, así que ahora a vivir el día, que el mañana, ese Dios dirá...