Toser, ser o dejar de ser.

Reiteradas son mis intenciones de expresarme en este medio acerca de cuestiones que me modifican en esto de lo "profesional", que transmuta a su vez "lo humano", y resulta en consecuencia con lo vincular y mi rol frente a mi y quienes me rodean.

Por si hace falta poner en contexto - Quizá en contexto a futuro, ojalá así sea - en Argentina estamos transitando el día 43 de cuarentena.

Que significa esto? - Solo a modo introductorio - estamos cumplimentando instancias de distanciamiento social a fin de evitar que un virus llamado COVID19 encuentre los mecanismos necesarios para su propagación y perjuicio de la población a nivel mundial.

O sea, el virus se transforma en pandemia en la medida que el ser humano transita con el virus y lo propaga.

Para ello, se ha llegado a instancias a mi entender necesarias, de sumo rigor e incluso, bajo normas implantadas por el mismo gobierno nacional que - Mediante fases y normativas - significarán sino la extinción de dicho virus, al menos la mejor manera de lograr que el mismo se traduzca en una curva plana de modo tal que el sistema de salud no colapse y pueda hacer frente a las consecuencias que este conlleve.

Resultado... todos en casa. Aislados. Cumpliendo una cuarentena que se va modificando de a poco y con la sana intención de regresar a lo que llamamos "normalidad".

Y cuando hablamos de normalidad hablamos de volver a actividades y rutinas que nos construyen como sociedad y nos brinda la posibilidad de socializar, hacernos como individuos en planos familiares, profesionales y vinculares.

Haciendonos de este modo de las herramientas que nos constituyen como seres mundanos, ciudadanos y comunitarios.

No fue ni es nada fácil.

Bueno saberlo y recordarlo a futuro.

No es fácil estar encerrados. No es fácil no poder cumplir nuestras actividades cotidianas. Trabajo. Chicos en escuela. Deportes. Encuentros familiares. Visitas. Salidas de entretenimientos a shoping, cines, teatros, estadios de fútbol. Paseos con mascotas. Trabajo.Viajes. Consultas hospitalarias. Ver nacer. Ver morir.

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Hace no menos de 15 años que aplico gráfica en imagen corporativa y puntos de venta. Me animo a ponerme aun mas en contexto, he transitado en espacios de arte sumamente vinculares como es el cine, dirigiendo en forma esporádica documentales y relatos de ficción. He pisado escenarios con el teatro aficionado. Me he proyectado en forma social siguiendo una causa de "cochecitos vacios" peleando por la ley nacional de reproducción humana asistida. Lo cual me ha conducido en forma física junto a mi esposa a espacios mediáticos a dar testimonio sobre aquella necesidad de concebir y recibir el debido apoyo del sistema de salud en todas sus formas. Hoy por hoy me considero mas vincular en lo afectivo que hace años, por lo cual un encuentro entre amigos de asado cumple un rol fundamental, y si bien no constituimos una familia convencional - No tenemos hijos - bien nos arreglamos para subir a nuestra perra caniche al auto y dar un buen paseo a las orillas del río en San Isidro. Todo esto, para convencerme y dar cuenta, de que soy un individuo esencialmente presencial y físico. Aunque eso no quite esto. Estar aquí sentado frente a la PC, aprovechando del virtuosismo de un sistema de comunicación que trasciende y traspasa el límite físico. E intentando hacer uso de su hibridez. Entonces promuevo mis actividades en redes, les doy difusión, pienso, creo, siento y me expreso a través de este medio digital y lo transformo en un espacio tan genuino y digno de mi propia persona. Un documental se difunde en forma digital y tiene 12.000 visualizaciones. Un viaje inolvidable ayuda al recuerdo en forma de diapositivas en redes sociales. Un pensamiento tiene llegada en forma de like. Y te enterás del estado de salud de tus seres queridos con un - no poco - mensaje en whatsapp.

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Una sobre saturación de encierro toma -apenas pasados los primeros 25 días - forma de inmovilidad y ceguera.

Una sobre exposición al aislamiento, al uso de barbijos, a miles de víctimas fatales, a nuevos contagios, a recuperados, a respetar normas que evitan el encuentro cuerpo a cuerpo a distancias menores al metro y medio de distancia. Al no poder transitar sin permisos de declaración jurada.

Al medio digital que ahora si encuentra casi sin resistencia alguna su mecanismo por excelencia y definición.

Las calles vacías y los bits que no paran de andar. Riéndose incluso de aquel VIRUS INFORMATICO 2K - Aquello hablaba del colapso del espacio informático con la llegada del año 2000 -

Un espacio que encuentra su forma de expresión - Sanamente en ocasiones si se torna vincular - en forma de redes de contacto interpersonales. Entonces estallan apps como WHATSAPP, ZOOM, SKYPE, etc.

Y en esos mismos contextos empiezan a transitar como mesías de la posmodernidad gurúes de la comunicación en redes, destacando, creando estadísticas, llevando el agua para su molino y yo - Que de inseguridades y temores entiendo bastante - escondo mis herramientas, guardo mis tintas y empiezo a recordar con nostalgia aquellos espacios físicos que bien he disfrutado y de los cuales he vivido, transformándolos en fuentes de ingreso.

Queda lejos - Aunque apenas dos meses atrás - aquel cambio de imagen en Santander, aplicando imágenes en paredes de no pocas 20 sucursales. Y quedan lejos tantos otros espacios físicos. La falta de instalación de gráfica se traduce en falta de ingreso.

Intermitentes publicaciones dan cuenta de mi potencial vivido y por vivir. Pero por vivir cuando?...

La calle se hace cada vez mas lejana pero necesaria. Diferentes rubros laborales y espacios sociales se hacen eco de la inminente necesidad de tomar medidas mas flexibles que nos reencuentren con lo que conocemos.

Los chicos deben volver a sus escuelas. Los enfermos a los hospitales. Los trabajadores a sus trabajos. La fe a la iglesia y la caridad a los comedores. Los viajantes a sus viajes. Y sobre el terreno de casa debe volver a pasar un avión cada cinco minutos por el mismo meridiano.

Quienes nos desarrollamos en areas referidas a la comunicación, la construcción y la arquitectura, encontramos nuestro aliado mas directo en forma de máscaras faciales, barbijos y mamparas de distanciamiento obligatorio. Y aunque parezca un dato menor. No lo es. Aquello es por fin la imagen mas cercana a volver a ser nosotros mismos.

De hecho nos constituimos por definición entonces en promotores de lo físico.

Vuelvo a mi. Me siento útil y concreto en la promoción de mamparas de distanciamiento social. En forma de fotomontajes - Diseños aplicados sobre fotos reales - traslado la idea concreta de habilitar ciertos espacios con cuidado y funcionalidad responsable.

Me hago de mi barbijo, mis vinilos esmerilados, mis elementos de instalación, y me dispongo a colocar gráfica en mamparas interpersonales en los atm de un conocido banco .

Por aquello cobraré. Por aquello justificaré una ida en auto al centro de la ciudad de 30 km. Por aquello tendré una mañana de contacto con mis instaladores. Por aquello volveré a la calle. Con aquello cumpliré un rol social.

Con barbijos... y distancia social...

Volveremos a nuestros espacios de trabajo en común y colectivos - Quizá con algunos haciendo home office -.

Volveremos a cenar a un restaurante con nuestro amor con una placa acrilica trasparente de por medio.

Volveremos al shoping, con recaudos en cantidad de clientes dentro del lugar, distanciamiento y barbijos.

Volveremos a estar entre los nuestros.

Volveré a colocar gráfica a aquellos lugares donde la gente necesita conectarse en vivo y en directo. Y alguien por ahí disfrutará de mi trabajo y me lo hará saber.

Volveré... que mas puedo decir... como leí por ahi.

"En el futuro próximo nos esperan formulas de consumo siquiera imaginadas aún donde lo digital se anude con lo físico. El futuro es hibrido. Y en un mundo humano, lo humano no puede anularse de la fórmula, lo humano es siempre físico."

Que tengas una hermosa vida.